Un día normal en la ciudad, como siempre la decisiones que tomamos en la vida nos forjan nuestro carácter. Para mi la vida no ha sido de muchas oportunidades, bueno eso es quizás porque no he podido tomar una buena decisión, después de perder todo mi futuro quizás la vida me dé una oportunidad que jamás volveré a aprovechar. Mi nombre es Amber, una chica que tenía el futuro en bandeja de plata o al menos eso creía; mi padre me apoyaba en todo, tenía un futuro como catedrática en la universidad, una de las mejores de mi generacion, amigos, familia, oportunidades laborales, pero ocurrieron o más bien llego a mi vida una persona que me hubiera gustado tenerla lejos o jamas darle la mano.
No sé por dónde empezar, quizás enumerando mis desgracias: perdí a alguien que amaba, mi mejor amigo, conocí a la que sería su futura esposa, arruine su boda, arruine mi vida, me embaraze del peor hombre, me abandono, tuve que lidiar con los problemas que conlleva un hijo y ante todo perdí a mi mejor amigo.
Me remontaré al año 2017 en donde fue que empezó todo, el último año en la facultad de economía, mis amigos y yo estábamos a un año de poder cerrar nuestra carrera, lo mejor de todo es que teníamos todo asegurado, lugares de prácticas para el siguiente año y una posibilidad de trabajo.
Mis amigas y yo siempre nos llevábamos bien. Alicia siempre fue mi compañera, nos conocíamos hace años pero la universidad nos hizo hermanas de sangre, Adriana se unió a nuestro equipo y desde entonces hemos logrado lo que nos proponemos y no hace falta el toque masculino, Henry y Lucas quienes son nuestros amigos más cercanos y nos han apoyado hasta el momento actual y no puede faltar mi mejor amigo Rafael.
La situación con Rafael fue muy linda y algo que llevamos años construyendo, nuestra amistad o no sé si denominarlos relación ha sido muy rara y con muchas situaciones de por medio. A pesar de saber muchas cosas hemos llevado y alargado nuestra situación y no llevarla al siguiente nivel, ya saben tener una relación formal o de noviazgo.
Hay cosas que no me puedo explicar, es como si quiero y a la vez no. Siempre pienso eso todos los días, pero no se que tengo miedo. Los años han pasado y no sé qué decisión tomar. Las clases de la universidad me han mantenido despejado de esas ideas que tengo, aunque ya sé que Rafael dirá que sí, pero por ahora solo puedo decir que no.
Mis amigas y yo nos reunimos el viernes en la noche para poder platicar agusto y claro lo hicimos en el mejor lugar que podíamos hacer, ir a bailar a una de las discotecas que hay en la parte céntrica de la ciudad, siempre hacemos esto cuando terminamos exámenes y así poder desestresarnos: tomar unos tragos, bailar con alguien y quién sabe tratar algo de una relación con alguien que no sea Rafael.
— Amigas me da gusto estar con ustedes — digo mientras levanto mi vaso con cerveza.
— Salud— responden.
— Mira detrás tuya— dice.
Volteo a ver un simple sujeto bien vestido, pero que para nada puede atraerme.
— Ve a hablarle — dice Alicia.
— Olvidalo, creo que estoy bien así— digo.
En ese momento unos sujetos llegan de forma inesperada para invitarnos, uno de ellos trata de abrazarme, pero yo simplemente lo evado. Aun así no puedo creer que haya hombres de esa forma, afortunadamente sé cómo defenderme.
Después de bailar como loca y beber lo más moderadamente posible me regreso a casa. En mi mente ebria solo pensaba en él, pero al final no podía quitarme las cosas que pensaba, Rafel es mi amigo pero tengo miedo de fallar, tengo miedo de que después de todo esto no funciones aunque conozco los riesgos nada puedo decir con respecto a eso.
Este es el principio de mi historia pero no queda más que decir que solo puedo esperar a que ocurra con mis decisiones.