Nunca me había sentido incómoda en mi vida, pero al mismo tiempo sentía una sensación de emociones, no sé cómo explicarlas. Toda la clase la pase desconcentrada, no sabía ni que hablaba el catedrático y mucho menos ponía atención para hacer los ejercicios de clase.
Mis amigos se percataron y decidimos salir de clase, pero lo mejor era estar sola aunque con miedo porque Sebas podía encontrarse afuera para que habláramos. Salgo de clase con mi mochila y me voy a la cafetería para tomarme un buen café negro. No sé cómo explicarme qué es lo que siento: miedo, emoción, ansiedad o excitación.
En ese momento que doy el primer sorbo aparece él.
—Hola— dice Sebas.
Trato de no ahogarme con mi sorbo de café barato.
— Hola— respondo amablemente.
— ¿Cómo estás?— dice.
— Bien— digo.
Me cuesta entablar una conversación estable con algún extraño. Sebas se sienta a la par mía.
— Puedo hacerte compañía— dice.
Insolente.
— ¿Por qué estás aquí?— digo desafiante.
— Porque me pareces alguien interesante de conocer— dice.
— Si claro— digo sarcástica.
Durante ese periodo de treinta minutos logró obtener una parte de mi confianza, pero no toda. Hablamos de diversas cosas, comida, películas, series, que hacemos en nuestro tiempo libre, parece ser un sujeto simple e inofensivo. Esto me interesa, conocerlo y ver que puede pasar.
— Amber— dice Rafa.
— Hola— digo.
Apareció inesperadamente en nuestra amable plática con Sebas.
— Quieres ir a comer— dice Rafa.
— Claro— digo.
En ese momento me levanto y me voy al puesto para comer un delicioso hot dog, pero hay algo que no me gusto y fue la actitud.
— ¿Qué tanto hablabas con él ?— dice Rafa.
— Cosas— digo.
— ¿Qué clase de cosas?— insiste.
— En serio vas a empezar con eso— digo.
— Empezar con que— dice.
— Tus celos — digo.
— No estoy celoso— dice.
— Yo sé que sí y eso es algo que siempre me molesta— digo.
En ese momento y quizás muchos de ustedes dirán que los celos de amigos son normales o insoportables. Les puedo decir en cierto punto que si y no, mis amigas se enojan cuando salgo con otros amigos o amigas y siempre me reclaman.
Los celos de Rafael son diferentes, es una sensación de amigo y amor. Siempre quiere que me fije en él, lo que no sabe es que lo hago y lo único malo es que siempre me niego la oportunidad. No me gusta que me cele porque no estamos comprometidos, a veces pienso en eso cuando estemos en una relación, pero lo mejor es dejarlo así o al menos que me sienta preparada.
Esta es una de las primeras señales, pero se preguntarán si esto es una red flag (bandera roja) o una green flag (bandera verde), quiero que recuerdes esto porque más adelante lo sabrás.
— Entonces— dice.
— Ya me canse de tu actitud sabes— digo mientras lo dejo comiendo solo.
Por lo general no peleamos, siempre evadimos el tema de nuestra relación de amistad/amor porque es lo mejor para ambos. No puedo seguir con este tipo de situaciones porque quiero algo de verdad, algo me haga sentir viva.