Pasaron los días, y Rafel y yo seguimos con nuestra ”relación” en términos de calma. Lo que no sabe es que Sebas ha ido a mi casa en estos días. Lo cual lo he pasado bien porque hemos visto series y películas.
Sin duda la he pasado bien con él, aunque muchas veces actúa raro. Siempre que estábamos él intentaba meterme mano y no precisamente en mi hombro o brazos , se intentaba pasar de listo, por suerte mi hermana se mantenía cerca así que no podía hacer su jugada.
Es cierto que debemos pasar solos con alguien que nos interesa significa que lo complazcan sexualmente al principio, dense su lugar. Esos pequeños detalles me hacen sentir incómoda.
El fin de semana decidí pasar el tiempo con Rafael, queríamos ir al cine para pasar un tiempo a solas. Asi me gusta que sean las cosas , ambos sin problemas de pareja o peleando por cosas absurdas, solo él y yo disfrutando un tiempo a solas mientras comemos palomitas.
Después fuimos a comer algo y seguir hablando de muchas cosas, por ejemplo de mi grupo de fans, el grupo de personas a las cuales no le importa acosarme todos los días en las redes sociales y por Whatsapp. Rafael me ha sugerido que los bloquee, pero es que simplemente no puedo hacerlo, siento que la mejor forma de que me vean es si me dejan en paz.
Rafael siempre se molesta, pero se que es una decisión sabia aun así voy hacer lo que yo diga. Ese día me fue a dejar a mi casa, ya era de noche y lo mejor era cuidarme; siempre me gusta su forma de protegerme.
— Adiós — dice.
Veo su mirada de amor, intenta besarme pero yo simplemente me apartó y entró a casa. Se que lo enoje, lo peor es cerrarle la puerta en la cara. El debe de entender que no estoy segura de perder todo lo que construimos, en cambio con Sebas todo puede ser diferente.
El lunes en la mañana nos pudimos percatar que Rafael estaba un poco molesto conmigo, pero lo hablaremos después. Salí un momento del baño y me di cuenta que Sebas estaba siguiéndome lo cual eso se me hizo extraño hasta cierto punto.
— ¿Qué haces aquí?— digo.
— Vine a verte— dice.
— Bueno, ya te puedes ir— digo mientras rió un poco nerviosa.
— Quería saber si podíamos ir a pasear— dice.
— No, ahora no tengo ganas, será en otra ocasión— digo.
— Es que no te estoy preguntando— dice.
Él se acerca un poco a mí, pero su mirada cambia un poco, para mi no es algo normal.
— Amber— grita Rafael.
Genial, si hay un momento para que se enoje es este y lo peor de todo es que si alguien se entera lo pueden expulsar.
— Te está molestando este idiota— dice.
— No— digo nerviosa.
Ya se armo.
— Oye, tu facultad está lejos de aquí porque no mejor vas hacer estorbo — dice Rafael.
— Qué te crees, idiota — dice Sebas en su defensa.
— Estás molestando a la dama, así que me encargo de poner la basura en su lugar— dice Rafael.
— Hey, cálmense— digo mientras lo separó.
— Dile a tu amigo que lo mejor es que se calme— dice Sebas.
— Lo único que me calmará es golpearte o que te largues — dice Rafa.
Sebas se va simplemente, mientras trato de calmar mi corazón.
— ¿Qué te pasa?— digo enojada.
— ¡Perdón!— dice Rafa.
— No me estaba haciendo nada— respondo.
— Porque defiendes al tipo, estaba de forma hostil y escuche la forma en que te responde— dice.
— No me hacía nada, porque la escena de celos y reclamos— dice.
Esta pequeña pelea puede ser para ustedes algo normal o un simple chico cuidando a su amor platónico. Algo les puedo decir es que cuando alguien le importa siempre se percatara de las cosas que son normalizadas.