Ese día fue el mejor de mi vida, al menos eso pensaría cualquier mujer al saber que escogió a alguien como su pareja. Eso es lo malo del amor, es como un juego de blackjack, tienes todas las cartas necesarias para ganar, pero al final no te sirve de nada porque dejas que tu ambición te hunda.
Sebas es un gran chico, conforme lo conocí con el tiempo me di cuenta que es alguien que vale la pena; ambicioso, quiere sus propias cosas y diganme quien no quiere eso. El problema es que el tipo tenía mejor labia y yo siempre caí en sus mentiras.
Pasamos nuestro primer día de novios comiendo en un restaurante, después fui al cine con él; para despejarnos. La fiesta en el centro de la ciudad estaba de la mejor forma, miraba las fotos con mis amigos. Lo único que temblaba en mi cabeza es la presencia de Rafael, eso sin duda alguna, tenía que hablar con él.
— Hola— le escribo.
— Hola—
— ¿Cómo está la fiesta?— digo.
— Bien—
Eso me dice que no la estaba pasando bien o yo estaba en sus pacientes.
— Sigues divirtiéndote, porque Adriana y Alicia lo disfrutan— digo.
— Sí, yo trato de divertirme aunque faltes tú— dice.
Siento un poco de decepción en sus palabras y posiblemente sea una de las razones por las que mi presencia no se encuentre allí. Sebas me lleva a mi casa porque ya es de noche y mientras escuchamos canciones.
— Hoy fue uno de los mejores días— dice Sebas.
— Para mí también —digo.
— Espero que se repita más y más ese día— dice.
— Igual a mí— respondo.
Llegamos a mi casa y me despido con un gran beso. Entro a mi casa y me dirijo a mi cuarto para actuar de la forma más amorosa posible y también gritar de la emoción. Verifiqué si mis amigas ya estaban en sus casas para poder chismear sin interrupciones.
— Amigas— digo emocionada.
— ¿Por qué te desapareciste? — dice Alicia.
— Oficialmente tengo novio— digo.
Todas gritamos al mismo tiempo.
— Sí, así es, ya tengo a mi amorcito— digo.
— Vaya, te nos adelantaste— dice Adriana.
— Ahora solo falta que le hagas caso a Javier— digo.
Javier es uno de los muchos pretendientes de Adriana, lleva meses pretendiendo y ella no le da entrada. Eso no es lo importante, lo importante aquí es hablarles de mi lección. Ya hemos hablado de mi situación actual.
Al final estos sucesos que han ocurrido son emocionantes, cualquier mujer que lee esto puede decirme que tome la decisión correcta porque mis sentimientos fueron correspondidos y escogí al hombre que yo quería en ese momento.
Lo peor de que te guste tu mejor amigo es que algo saldrá mal. Muchas veces es difícil entender esto, pero debemos ser más arriesgados en la vida. Los amigos van y vienen, porque nos quedamos con el hecho de que podemos arruinar nuestra amistad con una relación de noviazgo, para mí es tonto. Esto lo aprendí demasiado tarde.
Sebas llegaba a mi facultad antes de que iniciarán las clases, pasábamos nuestro tiempo de calidad. Lo malo era darle explicaciones a mi mejor amigo y desde ese momento lo categorice de esa forma.
— Hola— dice Rafa.
— Hola— respondo amablemente.
— ¿Por qué ultimadamente ese idiota esta aquí? —
— Porque hablamos — justificó.
— ¿Qué tanto hablan ?—
— Nada que te preocupe o interese— digo.
No me gusta mentirle, pero cada quién debe saber su límite.
Terminando las clases decidí que lo mejor era salir con mis amigas y darnos un tiempo juntas. En ese momento Sebas aparece detrás mía, uno espera una bolsa de chucherías o quizas una flor, pero yo recibí algo peor:
— Hola— dice Sebas enojado.
— Hola — digo mientras lo abrazo.
— Vámonos— dice algo hostil.
— Estás bien— digo.
En ese momento me toma de la muñeca y me jaloneo para irnos juntos.
— Espera— digo.
— ¡Qué!— responde.
— Saldré con mis amigas—
— No, haré muchas cosas y quiero que vengas conmigo— dice.
— Lo siento, pero no le quedaré mal a mis amigas— digo.
— Te subes al carro y punto— dice.
En ese momento no tuve opción y decidí irme con Sebas.