— Sebas— digo.
— Sí— responde un poco serio.
— Me gusta pasar tiempo contigo, pero mis amigas se molestaron— digo.
— Tal vez porque ellas no entienden que tienes novio y además tiempo tendrás con ellas — dice.
— Queríamos salir y hablar cosas— digo.
— Ahora yo podré escucharte y saldrás conmigo. Callate y es momento de que veamos que haremos el resto del día porque no pienso llegar a casa, pasaré todo el día contigo — dice.
Todo bien en nuestra relación, la actitud que tuvo fue justificada y lo más importante es que puedo pasar tiempo con él. Lo mejor que se nos ocurrió hacer era ir al cine a ver una película tranquila y pasar el tiempo; compramos palomitas y bebidas para entretener nuestros estómagos.
Nos fuimos en las últimas filas para estar a solas como la pareja tranquila que somos. En un momento de la película cuando todo estaba oscuro podía sentir la mano de Sebas en mi regazo a lo cual no le tome mucha importancia, pero poco a poco subía a mi cadera.
Me sentí incómoda y lo que hacía era retirar su mano con un poco de asco.
—Vamos— dice con una voz cambiada.
— Disculpa— digo consternada.
En ese momento él se molestaba durante toda la película, lo podía sentir porque había partes graciosas y él rara vez reía. Cuando salimos de la función solo podía ver cómo pateaba la basura y empujaba a la gente de forma hostil, yo lo persigo hasta la salida hasta que se sienta en una banca.
— ¿Qué pasa?— digo.
— Lo que pasa es que quería demostrarte mi afecto y caricias, pero parece que no te importa— dice.
— Disculpame amor— digo.
— Es que me enoja, solo era una caricia. No puedo contigo— dice mientras se va.
Corro hacia él para poder discutir tranquilamente hasta que veo que sube al carro y se va dejándome. Llame a mis padres para que me recojan y poder ir a casa tranquilamente.
Ahora es momento de ver las red flags, así es Sebas y esas fueron las actitudes que tuve que soportar por mucho tiempo, pero esto apenas es el principio de la relación o de las decisiones que fueron tomadas por mi persona. Se preguntarán cómo va la situación Rafa y fue de mal en peor.
Al día siguiente le comente a mis amigas sobre lo que pasaba y ellas no encontraban una explicación lógica a lo que pasó, quizás era un momento de tensión que se tenía guardado y lo desató en mal momento. Entro al aula sin ningún problema, bueno mi único problema en este momento es Sebas.
Rafa entre saludando a todos menos a mí, era claro que se sentía enojado. No me quiero enojar con él respectivamente. Me acerco con él:
—Hola— digo.
— Hola — dice indiferente.
— ¿Por qué estás enojado?— digo.
— Porque abandonastes a tus amigas y además te fuiste con el idiota de Sebas— dice.
— Lo siento, pero tenía que irme— justificó.
— Por eso te vas y nos abandonas, además que tan especial es para tí— dice.
— No es especial, simplemente quiero conocerlo— digo.
— Si claro— dice.
En ese momento, Sebas entra a clases para verme.
— ¿Qué haces hablando con este idiota?— dice Sebas.
— Está hablando conmigo —dice Rafa.
— No molestes— dice Sebas.
En ese momento ambos se agarran las camisas mientras separamos el resto de la clase.