Puedo ver la cara de Rafael de cómo él sigue perdido de quienes somos nosotros. Todo el mundo trata de recordarlo y todos le recuerdan de los buenos momentos que olvido,pero yo no sé cómo darle un recuerdo grato de nosotros. Es cierto que pasamos buenos momentos juntos y no es algo que quiera recordarlo de la mejor forma. Además de que su mejor amigo sabe toda la verdad.
— Estás bien — dice Alicia.
— Sí, es que no sé por qué le pasó esto a él — digo.
— Fue mala suerte, pero deberías hablarle o decirle algo — dice Alicia.
— Vámonos de aquí — digo.
En ese momento me subo al auto con mis amigas para ir a comer algo, por suerte en el trabajo son comprensibles y más que todo mi jefe. Nos reunimos en una pizzería y lo que menos quiero comer ahora es un trozo de pan con salsa y queso, mis amigos discuten sus preocupaciones sobre Rafael.
— Saben algo de sí su memoria regresará— dice Lucas.
— Solo el tiempo dirá qué es lo que pasa — dice Adriana.
— Lo mejor que puede pasar en estos momentos es que reinvente su vida, olvide los malos recuerdos y también se dé una oportunidad con las cosas que no pudo hacer — dice Lucas.
En ese momento se prende un foco, Rafael en estos momentos no puede recordar nada de lo que pasó entre nosotros; las aventuras amorosas, peleas y discusiones. Eso quiere decir que tengo una oportunidad con él y que puedo volver a intentarlo. En unos días regresará a casa y podré hablar a solas con él.
— Amber ¿Estás bien?— dice Alicia.
— Sí, sólo estoy preocupado por Rafael— digo.
— Considero que tienes otra oportunidad de intentarlo— dice Henry.
— Sí, total el no sabe que lo cambiaste por un idiota que te dejo con un hijo — dice Alicia.
— Gracias por el cumplido— digo.
Lo mejor que puedo hacer es seguir mi semana laboral y además esperar el fin de semana para hablar con él a solas para que podamos discutir juntos.
Cuando llegó a la oficina lo primero que hago es reportarme con mi jefe y saber que la situación está controlada.
— Me alegra saber que todo está bien— digo.
— Sabes, hace mucho quería preguntarte esto, pero ¿Quieres salir conmigo?— dice mi jefe.
En ese momento me parece una propuesta halagadora, pero creo que le daré prioridad a lo más importante.
— Te parece la otra semana, para que tengamos un tiempo para nosotros—
— Me parece bien, te diré que día y si quieres después del trabajo así nos aliviamos del estrés — dice mi jefe contento.
No veo nada malo salir con alguien, así que lo mejor que puedo hacer es distraerme y saber que todo en esta vida tiene solución alguna.
Llegó el fin de semana y le pido a mis padres que visitemos a la familia de Rafael para darle un aliento ante la situación. Algunos de mis amigos me comentaron que se encuentra bien y que poco a poco está teniendo recuerdos y eso me da algo de miedo porque muchas veces puede recordar las discusiones que tuvimos. Al llegar a casa nos reciben de la mejor forma posible y lo primero que hago es preguntar en dónde se encuentra Rafael y está en la sala viendo un álbum viejo que tiene su familia, eso es un ejercicio para reactivar sus recuerdos.
— Hola — digo.
— Hola … mmmm …. Amber— dice.
— Sí, aún me recuerdas— digo.
— Solo tu nombre — dice.
— No recuerdas nada más de mí— digo.
— No, es difícil saber qué hacía aquí, es como volver a nacer y crecer — dice.
— Por eso vine, para que puedas recordar todo lo que vivimos en la universidad y nosotros — digo.
En ese momento suena un llanto de bebé.
— ¿De quién es el bebé?— dice.
— Es mi sobrino y decidimos traerlo— digo.
— Genial— dice.
En ese momento decido sacar fotos y mostrarle los recuerdos que tengo guardado en mi teléfono.