En ese momento lo mejor que puedo hacer es esperar a que llegue el fin de semana para pasar un momento con Rafa. En el trabajo me he sentido muy feliz, me he sentido más tranquila aunque mi jefe empieza a sospechar algunas de mis acciones porque ya no me habla o insinúa como antes, incluso no hemos planeado ninguna salida como tal para hablar de nosotros.
Las compañeras de trabajo han estado felices por mi radiante actitud, pero eso no quiere decir que no les contaré lo que pase. Saliendo de mi jornada laboral del viernes salgo lo más pronto posible y me voy a mi casa para cambiarme, tomar las llaves del carro para encontrarme y traer a Rafa para irnos a la playa.
— Hola— digo por medio de llamada telefónica.
— Hola— responde.
— Estás listo— digo ansiosa.
— Sí, estoy en casa con mi maleta y listo para la aventura— dice Rafa.
En ese momento llegó a su casa y tocó la bocina para informarle de mi llegada, subió su maleta y su presencia y nos dirigimos a la playa, por suerte reserve con anticipación nuestro cuarto para pasar una velada tranquilo.
—Oye — dice Rafa.
— Dime— respondo.
— ¿Por qué estamos haciendo esto?—
— Porque quiero que recuerdes todo lo que vivimos como amigos, desde ese accidente tú ya no eres el mismo que conocíamos— digo.
— Siento que mi vida cambió radicalmente, aún tengo vagos recuerdos de mis días en la universidad—
— Esos días pronto regresarán—
Me gustaría decirle la verdad, que tuvimos nuestras dificultades, pero no tengo el corazón como tal para contarle. Por el momento no sabe lo que pasamos y quiero que se quede de esa forma; nuestras peleas no deben ser recordadas.
— Llegamos— digo.
Me parqueo y empezamos a bajar nuestras maletas, la noche es completamente linda y mágica. Lo único malo es que tendré que no podré disfrutar de la playa como tal porque hay un calor en la costa.
La recepcionista nos da nuestra llave del cuarto y Rafa parece un poco confundido con lo que pasa porque solo hay una cama. Lo que hacemos por el momento es cambiarnos, bueno yo le pido muy inocentemente que se voltee mientras me cambio, una forma de seducirlo o lanzarle una indirecta y cuando termino me volteo a ver y sus pantalones están en el suelo en dónde veo su cuerpo al desnudo.
— Listo— digo un poco sonrojada.
— Sí— digo.
El hotel tiene diversidad de actividades nocturnas y por lo tanto decidimos ir a las noches de karaoke que tanto he querido ir. Vemos a la gente cantando diferentes canciones de: héroes del silencio, enanitos verdes y café tacuba a todo pulmón. Un ambiente alegre pero también lleno de energía y también quise bailar con Rafa un poco porque hace mucho no lo hacíamos y era algo que nosotros deseábamos hacer por momentos.
En un momento de la noche decidimos tomar un par de tequilas para ponernos más activos hasta que en un momento pusieron música lenta y decido que lo mejor es bailar pegaditos para vernos. Podemos ver cómo el entorno se poné romántico y poco a poco nos acercamos cara a cara, viéndonos a los ojos con lujuria y pasión.
En ese instante nos besamos.