Me encetaría que lo hiciéramos

Capítulo 29: Casi lograremos estar juntos

 

Después de ese altercado que tuvimos y el saber que Rafael recuperó su memoria él se fue y no sé por dónde. Pase todo el día buscando alrededor del hotel sin tener éxito. Esa misma noche volvía al cuarto del hotel y me percate que no estaban sus cosas, lo cual me da señal de que estuvo aquí, pero no sé a dónde fue.

 

Esa misma noche arrancó con el carro y me dirijo a casa porque deben de estar preocupados por mí, ya que íbamos a llegar en la tarde y mi teléfono se quedó sin carga. Todo el camino pensé en Rafael y dónde se fue; está refugiado, tiene comida o dónde dormir.

 

Cuando llegó a la ciudad lo primero que hago es llamar a Alicia:

 

— Hola amiga— 

— Hola, necesito contarte algo— exclamó con preocupación. 

— Sí dime—

— Estuve con Rafael, pero para mi mala suerte recuperó la memoria— digo algo molesta.

— Carajos— dice.

— Sí, pero lo peor es que se llevó sus cosas del hotel y no sé dónde está. Estoy en los límites de la ciudad y sigo preocupada—

— Parece estar bien, publicó hace dos horas en redes sociales una frase dolida— dice Alicia.

— Al menos sabemos que está con vida— digo un poco aliviada.

— Hablaré con Henry y Lucas y los mantendré al pendiente—

— Gracias— digo.

 

Cuando llego a casa lo primero que hacen mis padres es abrazarme y saber que estoy bien, tuve que explicarles de la situación que ocurrió y además que mi hijo me necesita. Mis amigas me envían un mensaje en el grupo que tenemos diciendo que Rafael está en casa; Henry y Lucas fueron por él y explicó la situación. 

 

Al día siguiente me dirijo a mi trabajo y no como me lo imaginaba. Quería llegar con una sonrisa de satisfacción y además de todo esto también saber que tenía un amor de verdad. Al sentarme en mi escritorio veo que mi jefe parece estar molesto con todo el mundo, comenzó a exigir trabajo y papelería, lo cual se me hizo completamente raro debido a que el trabajo por lo general es un poco alta.

 

— Amber, ¿Quiero hablar contigo, se puede?— dice mi jefe.

 

En ese momento entró en su oficina y me siento.

 

— ¿Dónde estuviste?— dice muy hostil.

— Disfrutando mi fin de semana como siempre— digo a la defensiva.

— ¿Con quién estuviste?— dice más enojado.  

— Porque debo darte explicaciones de dónde o quién estuve— digo muy molesta.

— Te ví el fin de semana con un amigo o debo decir tu novio— dice.

— Estuve con un amigo y qué tiene de malo. Acaso por ser mamá soltera debo de seguir un parámetro o una línea de película en dónde cómo y debo actuar— 

— Tú y yo teníamos algo especial. Así es como me apuñalas— dice algo enojado.

— Lamento que pienses así, pero quería hacer las paces con mi pasado porque es algo que perdí y fui muy estúpida para darme cuenta de que valía la pena conservarlo.Tome una mala decisión eso es todo y quiero remendar— justificó.

— Eso no te da derecho a jugar con los sentimientos de los demás, estabas lista para poder lograr algo mejor, tengo lo que necesitas. Tu hijo estará bien conmigo si me escoges— dice.

 

En ese momento, en ese diminuto segundo que separa el ruido de su boca y hay un silencio es en dónde la vida me muestra los errores que cometí. Rafael se enojó cuando estuve con Sebas y nunca lo aceptó. Esa misma actitud la tiene mi jefe solo que más exagerado y desesperado.

 

— Yo decidí con quién hacer mi vida. Por mí y por mi hijo— digo mientras me levanto.

 

En ese momento me dirijo a mi escritorio para redactar mi carta de renuncia, sin duda cometí errores y no volveré a cometer el mismo.

 




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