[Gaspar se duchó y se cambió de ropa en su oficina donde tenía un espacio privado para tales fines, luego salió con Octavio que lo había esperado mientras charlaba animadamente con su ahora novia, Dania, ya él la visitaba formalmente en su casa y había pasado con sobresaliente el minucioso examen de Dante Mawyer, ya que ella le dijo que aunque sus padres lo adoraran si su hermano se oponía, ella no iba a arriesgar sus vidas, Octavio al momento se rio burlándose, pero realmente Dante era de temer cuando de sus hermanas se trataba, después de hablar con él, Octavio se sintió obligado a aconsejarle a Lucio que se encomendara a todos los dioses en los que creyera antes de reunirse con su futuro cuñado por su relación con Dafne.
La entrada de Gaspar al lugar del evento, seguido de Octavio y dos escoltas, atrajo la atención de los presentes ya que la empresa había invitado a la mayoría de sus clientes, a fin de que conocieran al hombre detrás de su éxito y que los había ubicado como la más eficiente y responsable en su ramo. Durante la recepción le entregaron una placa, le dedicaron muchas palabras halagadoras y lo recomendaron ampliamente, por lo que Octavio se vio en la necesidad de repartir muchas tarjetas de presentación para futuras negociaciones.
Gaspar de pronto se vio rodeado de hermosas mujeres, algunas más atrevidas e insinuantes que otra, una en particular se aferró a su brazo y no perdía oportunidad de apoyarse en su hombro cuando veía algún fotógrafo cerca, ya que la empresa se había encargado de invitar a algunos representantes de la prensa.
Octavio se dio cuenta de los movimientos de la chica y temiendo que eso arruinara el plan de conquista de su jefe con Hoa, se dedicó a interferir cada vez que se les acercaba una cámara, no sabía que tan efectiva era su acción, pero al ver que Gaspar estaba inmerso en conversaciones con posibles clientes mientras la chica no perdía oportunidad de acercarse a él, llegó el momento de alejarlo de ella por lo que buscó rápidamente un pretexto.
–Eres especialmente distraído cuando estás hablando de futuros negocios, ya que hay una mujer que no deja de fotografiarse a tu lado, se cuelga de tu brazo, casi se declara tu pareja y tú en otro planeta.
–¿Cuál mujer?
–Esta –respondió Octavio–, ya que la chica estaba nuevamente parada al lado de Gaspar mirándolo y sonriéndole como si lo conociera de toda la vida.
Gaspar la observó y arrugó el entrecejo, ella se había lanzado a besarlo cuando hacía unos minutos fue al baño y él tuvo que evitarlo sujetándola por los brazos.
–Usted estaba fuera del baño hace un rato.
–Sí cariño, por cierto, me debes un beso, porque allí me evitaste.
–Generalmente lo hago cuando no quiero que alguien me bese.
–¡Querida esposa mía!, te he buscado toda la noche –exclamó el dueño de la empresa y promotor del homenaje a Gaspar Davis, caminando hacia ellos.
Gaspar y Octavio intercambiaron miradas y ambos se giraron hacia la mujer para ver que le iba a responder a su esposo. La chica le echó los brazos al cuello al hombre, le dio un leve beso en los labios y le dijo:
–Andaba por ahí socializando, llévame a tomar una copa de vino, por favor.
–Claro cariño, ¿ya conociste al señor Davis?
–No realmente –respondió la mujer mirándolo lascivamente– mientras le extendía la mano a Gaspar.
Este la saludó con mucha frialdad, le parecía una descarada al mirarlo así estando parada al lado de su esposo.
–¿Nos acompaña señor Davis?
–No puedo, ya debo retirarme señor Wallas, tengo un compromiso a primera hora de la mañana y además debo llegar a casa a tiempo antes de que mis hijos se vayan a dormir.
–Oh, no me diga que es casado –señaló con pesar la mujer.
–No querida mía, el señor Davis es un padre soltero –le respondió su esposo–, lo que provocó una gran sonrisa a la mujer, quien relamiéndose dijo:
–Yo aún no tengo hijos, pero tal vez pueda darme algunos consejos sobre cómo criar niños sanos.
–No lo creo señora, ahora si me disculpan –dijo Gaspar secamente y comenzó a caminar hacia la salida, luego de una leve inclinación de cabeza.
Octavio se quedó atrás para decirle al señor Wallas que todo había sido una maravilla y que el señor Davis le agradecía grandemente el gesto, luego se apresuró para alcanzar a su jefe que iba molesto por las insinuaciones de la mujer.
En el automóvil Octavio comenzó a contarle a Adán, entre risas, sobre el acoso del que había sido víctima Gaspar por nada más y nada menos que la esposa del dueño de la empresa que estaba homenajeándolo y que si lo descubrían le iban a quitar la placa que le habían entregado.
–No tiene nada que descubrir porque yo no estaba haciendo nada.
–Esperemos hasta mañana a ver si publican alguna de las quinientas fotos que te tomaron con ella.
–¿Y tú por qué no lo evitaste?
–Porque pensé que tú estabas de acuerdo, iba a tu lado a todas partes.
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Editado: 22.05.2024