[En el camino de regreso a casa Hoa iba pensativa ya que al llegar comenzaría a empacar sus cosas para volver a su apartamento, muy dentro de sí, guardaba la esperanza de que Gaspar le pidiera quedarse más tiempo, pero en vista de su silencio llegó a la conclusión de que él no estaba enamorado todavía, sabía que él quería estar con ella sin embargo aún no se entregaba totalmente, a pesar de todo decidió continuar a su lado con la esperanza de que en algún momento él le diga lo que realmente siente por ella.
Gaspar notó que Hoa estaba abstraída porque cuando no estaba conversando con los niños, su mirada se perdía por la ventanilla, él sospechaba lo que pasaba con ella, pero era lo suficientemente honesto consigo mismo para no pedirle que se quedara si él aún no estaba listo.
No tenía dudas de que la quería en su vida, pero había algo de lo que no se ocupaba desde que Fionna se fue y tenía que solventarlo antes de dar el siguiente paso con Hoa, no podía perderla de nuevo, pero para tenerla debía resolver su situación matrimonial legalmente.
Tomó la mano de Hoa le dio un tierno beso en sus dedos y la miró queriendo transmitirle seguridad a través de sus ojos, ella le respondió con una sonrisa. Entraron y Hoa se dirigió a su habitación casi corriendo.]
***
Recién comenzaba a empacar cuando tocaron a la puerta, abrí y estaban Bastián, Aitana y Archer en el pasillo.
–Hola niños, adelante.
–Queremos hablar contigo Hoa –expuso Bastián.
–Claro, díganme.
–Hemos decidido que vivas con nosotros –me dijo Archer arrastrando la ere en su última palabra.
–Sería todo un honor y un verdadero placer vivir con ustedes, solo que por ahora no puedo hacerlo, tengo algunos asuntos pendientes y hasta que no los resuelva no estaré libre para mudarme aquí.
Los niños me miraron con tristeza, enseguida vi a Gaspar en la entrada y les dijo:
–Pequeños, permítanme un momento a solas con Hoa, por favor.
–Está bien, ojalá tu tengas más suerte que nosotros –dijo Bastián cabizbajo dirigiéndose a su padre.
–¿Es porque no te cuidé bien? –me preguntó con un puchero Aitana.
–No mi pequeña, no es eso, tranquila, ¿sí? –le respondí acariciando su cabecita.
Salieron y luego de cerrar la puerta, Gaspar me tomó de una mano y me llevó hasta una de las butacas, me pidió sentarme y él también lo hizo ubicándose frente a mí.
–Hoa las horas de angustia que pasé mientras estabas secuestrada me dieron la certeza de lo importante que eres para mí, te quiero en mi vida y me encantaría que te quedaras con nosotros, pero antes necesito decirte algo para que entiendas mi actitud contigo y por qué no te lo pido. Yo aún estoy casado con Fionna, simplemente la borré de mi día a día, pero no hice el trámite legal correspondiente, voy a iniciarlo mañana mismo y te prometo que una vez que esté totalmente libre podrás mudarte aquí.
–Gaspar, tú también eres muy importante para mí, pero no voy a mudarme aquí contigo, aunque estés divorciado, es mi total responsabilidad el haberme enamorado de ti y no puedo pedirte que sientas lo mismo que yo; estamos bien, nos gustamos, nos disfrutamos y no tenemos por qué forzar las cosas. Ya le dije a los niños que tengo asuntos pendientes, déjalo así.
“Hoa” –me dijo– y no continuó hablando, me atrajo hacia él y me besó con ansiedad, cuando nos separamos, no pude reprimir las lágrimas, me duele mucho que no sea capaz de decir que me ama por la traición de su ex.
–Preciosa por favor, no llores, me detesto en este momento, quiero poder ofrecerte el mundo, pero dame tiempo te lo suplico.
No pude hablar, asentí con un movimiento de mi cabeza y esta vez fui yo quien buscó su boca para besarlo y demostrarle cuanto lo amo. Fuimos interrumpidos por Archer quien dijo a través de la puerta:
–Papá, ¿ya la convenciste?
Tuvimos que reír ante su pregunta, de verdad que adoro a estos niños y confío en que pronto su padre pueda decirme que me ama tanto como yo a él. Nos dimos un beso corto antes de que él fuera a abrirle la puerta a los niños. Entraron los tres y nos miraban expectantes.
–Hijos, Hoa me explicó lo que debe hacer y por qué tiene que estar en su casa que es más cerca del restaurante, yo les prometo que estaré pendiente y en cuanto las condiciones estén dadas, la buscaré para que viva con nosotros.
–¿Promesa de meñique papito bello? –preguntó Aitana.
–Promesa de meñique mi princesa.
Gaspar se llevó a los niños para ver una película antes de la cena, prometí acompañarlos apenas terminara de arreglar mis cosas.
Dafne llegó y conversamos mientras yo hacía mis maletas, me preguntó por qué me iba y le dije lo mismo que a los niños, no quería mortificarla con las dudas de Gaspar, entonces me contó que por fin Lucio había hablado con su hermano Dante, pero no pudo aguantar la risa antes de comenzar su relato:
“Lucio llevó a su hermano a un bar restaurante donde había reservado un privado alegando que estarían más tranquilos, pero en realidad no quería testigos si su futuro cuñado se ponía rudo.
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Editado: 22.05.2024