[Esa noche volvieron a dormir los cinco juntos. Estuvieron conversando hasta que Hoa les dijo que al siguiente día había escuela y trabajo, por lo que debían descansar para enfrentar el inicio de la jornada en la nueva semana, cada niño se fue acomodando en la gran cama sin intención alguna de abandonar la habitación, hasta quedar los tres en el medio de su padre y Hoa, tal como lo predijo Gaspar.
Hoa los vio y sonrió dulcemente, con cada gesto de ella hacia sus hijos se convencía más de lo perfecta que era. Había dado el paso de invitarla a mudarse con él sin cumplir lo que se prometió, pero no quiso llegar a la casa y confrontar su ausencia, sabía que no sería soportable.]
***
En la mañana mientras ocurría el caos de despertarlos a todos al mismo tiempo y enviarlos a sus habitaciones a prepararse, Gaspar y yo nos miramos con complicidad y nos fuimos a la ducha donde pudimos darnos un delicioso saludo de buenos días.
Él en cada encuentro se superaba, me llevaba al límite, para dejarme allí y luego con una pícara sonrisa regresar con todo, esta vez no fue diferente, pensé que me fallarían las piernas cuando su boca devoró mi centro; ya vestidos y muy satisfechos, bajamos a desayunar y en la mesa, Aitana me preguntó:
–Mami Hoa, ¿tú y Dafne pueden comprarme un regalo de cumpleaños para Manuel Eduardo?
–Sí pequeña, ¿para cuándo lo necesitas? –respondió Hoa.
–Para el jueves, va a cumplir 8 años.
–¿Has pensado en algo en específico? –quiso saber Dafne.
–No tengo idea, me gustan las corbatas y el perfume de mi papi lindo, pero eso no es adecuado para él –su padre solo la observaba y ella muy astutamente evitaba mirarlo.
–¿Algún video juego?, o, ¿un balón? –dijo Hoa.
–Puedes averiguar hoy un poco y nos informas, ¿te parece? –sugirió Dafne.
–Está bien, eso haré, pero que no sospeche nada, quiero darle una sorpresa.
Gaspar se había aguantado mucho durante la conversación, así que finalmente resopló mientras ponía los ojos en blanco, con la última frase de su hija. Yo lo miré conteniendo la risa.
Los niños se levantaron de la mesa para terminar de arreglarse y salir a su colegio, Gaspar y yo nos despedimos, él iba directo a su empresa y yo a mi restaurante finalmente, después de estar administrándolo a distancia me hacía mucha falta entrar en mi cocina y comenzar a crear ricos platos.
En el camino iba pensando en que mi vida había dado un giro de 180 grados desde la noche anterior, estaba oficialmente viviendo con Gaspar y sus hijos, ¿en calidad de qué?, no lo sabía aún.
Amo intensamente a ese hombre, sabía que sería así porque soy muy apasionada, él me demuestra su deseo, su pasión, es muy cariñoso y atento conmigo en todo momento, pero no ha sido capaz de expresar con palabras sus sentimientos, aunque sí me dijo que está muy seguro de lo que siente por mí, solo que no me lo define, no quiero presionarlo, tendré paciencia, porque lo que no dice lo demuestra, sin embargo, sería tan lindo oír un “te amo” de sus labios.
***
[Camino a su oficina Gaspar se dijo con posesividad que ya Hoa era su mujer, no estaba haciendo nada según sus planes con ella, pero ya no importaba, la tenía, la disfrutaba porque era muy apasionada y él a su vez se aseguraba de darle mucho placer. En cada ocasión que estaban juntos era diferente porque ella le hacía saltar la imaginación y estaba seguro de que les faltaban muchas cosas por vivir como pareja.]
Fue sacado de sus pensamientos por un curioso Octavio que le preguntó, cómo había pasado la noche, a lo que él respondió:
–Tan bien como se puede en una cama con tres niños que parecen nadar, correr y convertirse en contorsionistas mientras duermen.
–Gaspar, tu primera noche oficial con Hoa y, ¿la pasaron con los niños?
–Déjame decirte que a ella no le molestó en absoluto y por eso es sencillamente perfecta.
–Lo es, definitivamente –confirmó Octavio.
Gaspar recibió en su teléfono un mensaje de Leonel, su abogado, adjuntando el documento que había redactado para solicitar el divorcio, sonrió y ese gesto no pasó desapercibido para su amigo y guardia personal, quien quiso saber.
–¿Qué leíste que te hizo sonreír?
–Le pedí a Leonel que me divorcie.
–¡¿Qué?!, ¿cómo tenías esa noticia tan buena en secreto?
–Bueno si tú, Lucio y Leonel estaban tan ansiosos de que me divorciara, ¿por qué no mencionaron nada antes?
–No nos correspondía, además estoy seguro de que ahora lo estás haciendo porque Hoa te conquistó de verdad. Con ninguna otra mujer te molestaste en que conociera a tus hijos, tampoco le pediste a alguna de ellas que viniera a tu casa ni de visita, es más, no te molestabas ni por saber sus nombres, así que Hoa es la chica que te hizo querer librarte de una vez por todas de la…, de Fionna.
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Editado: 22.05.2024