Me EnseÑaste A Amar

CAP. 60 HOA, TE QUIERO EN MI VIDA

Cuando finalmente distinguí de quien era la figura que estaba en el porche de la cabaña me congelé al mismo tiempo que sentía como si mi corazón ya se me había salido del pecho para irse corriendo desbocado hacia Gaspar, quien estaba sentado con los ojos cerrados.

Frené la bicicleta frente al porche, me bajé y esta cayó haciendo un ruido seco que provocó que él abriera los ojos que yo tanto extrañaba, se puso de pie y yo subí cada escalón a paso lento, estaba feliz y aterrada por igual, al llegar junto a él y sentir sus manos en mi cintura, busqué su boca y la encontré tan necesitada como la mía.

Tenía en mi cabeza un montón de cosas para preguntarle, pero por el momento me perdí en sus brazos y en sus labios que tanto anhelaba, solo me separé un poco por falta de aire y me enganché en el verde de su mirada, él aún no me había dicho una sola palabra y yo con solo sentir el calor de su cuerpo ya me sabía amada.

***

Me dejé llevar por la paz y tranquilidad del lugar, cerré los ojos disfrutando del silencio, creo que me dormí ya que me desperté bruscamente por un ruido que me pareció muy fuerte en medio de aquel ambiente tan sereno, al abrir los ojos la vi, mi corazón se olvidó de latir, así como mis pulmones dejaron de aspirar el aire, me puse de pie diciéndome que fuera a su encuentro, pero estoy seguro de que no me moví.

Ella llegó frente a mí, alcé mis manos para tomarla por la cintura solamente quería asegurarme de que realmente la había encontrado, me hundí en sus ojos preciosos y al bajar la vista a su boca tentadora que se entreabría buscando la mía, supe que era suyo irremediablemente, al besarla con desesperación sentí cuánto la necesitaba.

Quería decirle muchas cosas, pero no podía dejar de besarla, solo la falta de aire nos obligó a separarnos, la observé y pensé que esto que siento en cada fibra de mi cuerpo por ella tiene que ser el más puro y grande amor.

***

[           –Buenas tardes señor, las últimas noticias referentes a la señorita Smith son sobre su reencuentro con el señor Davis, él fue a reunirse con ella en la cabaña donde se había refugiado estos días, fue un encuentro muy amoroso, si me permite decirlo, las fotos indican que la bienvenida fue de abrazos y besos.

            –Eso es bueno Richard, si ese tonto no la buscaba y la recuperaba, me iba a obligar a tomar su lugar y realmente estos tiempos no son los mejores para desviarme de mi objetivo, estoy enfocado en la campaña de mi hermanito a quien debo ubicar en la Alcaldía sin distracción alguna.

            –Nunca sospeché que usted tuviera aspiraciones políticas señor.

           –Lo había pensado como algo remoto, solo para obtener cooperación en algunos asuntos, pero ya que Mauricio se empeñó en meterse en mi terreno, me dio la oportunidad perfecta para incursionar directamente en el gobierno de esta gran nación.

            –¿Usted siempre supo que era su hermano?

          –No, lo descubrí cuando investigué su apellido que me había resultado extrañamente familiar, fue hasta que cerró mis locales que llamó mi atención más allá de la simple curiosidad de conocer a mi hermano mayor por un par de días, casi podría decirse que somos gemelos.

            –¿Se lo revelará en algún momento?

            –Sí, por supuesto, tengo planeado hacerlo el mismo día que lo declaren alcalde de la ciudad.]

***

[Octavio estaba inquieto, ya era de noche y al no tener noticias de Gaspar, se subió al automóvil y se trasladó hasta la cabaña, al llegar vio la bicicleta en el piso y notó luces tenues en el interior, respiró aliviado y se devolvió al hotel con una gran sonrisa en sus labios.

Adentro Gaspar y Hoa tomaban un descanso después de haberse entregado a la pasión y el deseo que sentían, respiraban pausadamente mientras Gaspar acariciaba las mejillas de Hoa y ella pasaba su dedo índice por todo el contorno de su tatuaje.

            –¿Cuál es la historia de este tatuaje?

            –Tenía 16 años varios amigos celebrábamos que habíamos obtenido la licencia de manejo, en la fiesta me retaron a tomarme una botella de whiskey sin parar, caso contrario debía hacerme un tatuaje porque ya todos ellos tenían uno, en realidad nunca había querido imitarlos porque le tengo mucho respeto a las agujas, pero luego de los primeros tragos mi garganta quemaba, así que opté por el tatuaje, aunque fue tanta la molestia que me bebí casi toda la botella mientras me tatuaba.

            –Gaspar, ¿cómo llegaste aquí?

            –Con Octavio, está en un hotel cercano, por cierto, déjame llamarlo, permíteme un momento.

Gaspar se sentó al borde de la cama y telefoneó a su amigo y guardia personal:

            –¿Por fin te dignas a dar señales de vida? –Fue el saludo de Octavio.

            –Sí, estoy bien, gracias por preguntar.

            –Sé que estás bien, fui a la cabaña, vi la bicicleta y las luces opacas adentro, supuse que estabas confesándole tu amor a Hoa. ¿Qué le dijiste finalmente?

            –No hemos hablado.

            –¡Carajo Gaspar!, termina de decirle a esa mujer que la amas. No vuelvas a llamarme si no lo has hecho –exclamó iracundo Octavio y le colgó la llamada.




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