[Octavio estaba comentando con su esposa Dania sobre la exquisita salsa que tenía su pasta, cuando escuchó las detonaciones, identificando enseguida que se trataban de disparos, por lo que inmediatamente activó las alarmas y protocolos de seguridad externa, internamente él se encargaría, aunque no sabía aun que estaba pasando.
Lucio se dirigía a la mesa donde estaba su esposa Dafne cuando oyó los disparos, la miró y vio miedo en sus ojos, enseguida pulsó la tecla de pánico de su teléfono advirtiendo a su equipo de que algo irregular estaba sucediendo.
Magnolia y dos personas más recibieron el llamado de Lucio por lo que de inmediato se prepararon y acudieron al sitio con los refuerzos necesarios. El equipo de Octavio recibió la alarma y enseguida dispusieron vehículos y armas, saliendo hacia el lugar señalado en sus localizadores.
Thomas Spencer por su parte sacó a todas las ratas de las alcantarillas, las tuvo a su disposición enseguida y las ubicó estratégicamente alrededor del restaurante donde lograron capturar y eliminar a los hombres que Roccio tenía apostados afuera vigilando y que se encontraban a una considerable distancia del lugar, de esa forma su líder ya se había enterado de la llegada de los periodistas, la policía y el FBI.
En Italia los Bataglinni estaban destruyendo todo lo que tenía hasta un mínimo valor para Roccio, ya tenían a sus familiares, amigos, conocidos y relacionados, faltaba un pequeño detalle y estaban presionando salvajemente a todos los cercanos a él para dar con el paradero de su mujer y sus hijos, porque se sabía que tenía esposa, pero no dónde la escondía.
Mauricio se instaló en la oficina del comisionado de la policía y desde allí autorizaba todas las acciones que fueran necesarias al mismo tiempo que respaldaba las actividades que estaba llevando a cabo su hermano. Intentó comunicarse con Lucio o con Gaspar y fue imposible, entonces recordó a Magnolia y al llamarla ella le informó:
–El principal y sus dos amigos, así como sus conyugues e hijos tienen chips rastreadores que a su vez registran sus signos vitales, salvo los tres bebés que están muy tranquilos, Gaspar, Lucio y Octavio están en estado máximo de alerta, Dania, Dafne y Hoa están aterradas, los niños pequeños nerviosos y Bastián está casi como su padre, ya no es un niño, pero parece que está hasta mejor entrenado que Gaspar o al menos con más sangre fría.
–¿Te puedes comunicar con ellos?
–Octavio y Lucio tienen un sistema de alta tecnología que pudieran accionar para iniciar comunicación, supongo que estarán esperando el momento adecuado para hacerlo.
–O tal vez están imposibilitados para hacerlo, eso me preocupa mucho –expresó Mauricio.
Efectivamente tanto Lucio como Octavio estaban sometidos por dos hombres cada uno, que los apuntaban a sus cabezas, así que era imposible que activaran el sistema de comunicación para darle alguna indicación de su situación a Manu. Solo confiaron en que, al recibir las alarmas, cada uno de sus equipos hubiera iniciado las acciones necesarias para sacarlos de esa situación.
Al no tener ya hombres afuera que le informaran lo que estaba sucediendo en el exterior Roccio comenzó a desesperarse, cuando se comunicó a Italia para saber sobre la resolución del patriarca Bataglinni, la respuesta que recibió casi lo vuelve loco, por lo que salió furioso y le disparó a Lucio en una pierna, para terror de Dafne y del resto de los presentes.
Entonces Manu notó el cambio brusco en los signos de Lucio y se dirigió al comandante del equipo de Octavio, por lo que apresuraron las cosas, no podían esperar más debido a que Roccio estaba demostrando impaciencia y desesperación. Roccio le dio un teléfono a Lucio y le ordenó:
–Llama a tu abuelo, que deje en paz a mi gente o la primera en morir será tu esposa.
–Yo haré la llamada –intervino Gaspar–, Lucio está herido y se debilita rápidamente por el sangrado, dame el teléfono yo hablo con don Fabricio.
–Sin trucos Davis, tu familia podría sufrir las consecuencias si cometes un error.
El mismo Roccio le entregó el teléfono a Gaspar y Lucio, con dificultad por el dolor, le dictó el número de Fabricio Bataglinni, sin embargo, Gaspar se las ingenió para hacer la llamada adonde le interesaba.
–Don Fabricio, soy Gaspar Davis, hace alrededor de 15 años que no hablábamos, pero Lucio no puede comunicarse en este momento, él hace poco estaba recordando cuando me pegó fuertemente con su bastón en la pierna izquierda, Octavio tampoco puede hablar porque sus dos hijos lo tienen con la cabeza ocupada todo el tiempo.
–Esta no es una llamada social Gaspar Davis –dijo Roccio poniéndole una pistola en el costado a Gaspar.
–Bueno, la llamada es para decirle que la situación aquí se complicó, deben detener lo que sea que estén haciendo contra este hombre, porque le están apuntando a Dafne y dispararán si no le obedecen.
No obtuvo respuesta porque Roccio le arrebató el teléfono y lo empujó para que volviera a su lugar. Gaspar esperaba que sus comentarios iniciales hubieran sido escuchados e interpretados por los hombres de Octavio. Cuando volvió a su puesto, Rodrigo le dijo:
–Fue muy arriesgado jefe.
#2999 en Novela romántica
#734 en Novela contemporánea
papa soltero, historia familiar con rasgos de humor., familia contemporánea
Editado: 22.05.2024