GADIEL DAVIS
El quinto hijo de Gaspar Davis y de Hoa Smith, estaba por cumplir 16 años y le faltaba poco para terminar la preparatoria.
Una semana antes había sostenido una importante conversación con Octavio Figuera, el jefe de seguridad de su padre, durante la cual se le explicó con lujo de detalles a qué está expuesto y qué se espera de él como integrante de una de las familias más poderosas, influyentes e importantes del país, ya no solo de California porque el crecimiento del Consorcio Davis&Brennan ha traspasado fronteras.
Ha sido educado bajo el seno familiar con valores y principios que lo convierten en una muy buena persona, sus padres no dudan de su honestidad ni de su bondad, dudan de su sentido de la responsabilidad porque es tan bromista que parece que todo le da igual, lo que pareciera contradictorio cuando hasta el director del Colegio habla tan bien de su rendimiento en los estudios.
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Durante los años anteriores, desde que asistía a la Elementary School hasta hace un año cuando terminó el Middle School fue imposible controlar su desorden, su irreverencia y sus ridículas bromas.
Justo el último día de clases su madre lo esperó con expresión seria y le dio un ultimátum, él estaba allí frente a su adorada progenitora, a la que creyó su cómplice incondicional, escuchando cómo le decía que estaba dispuesta a enviarlo a un templo budista, con monjes hindúes o algo similar.
Solamente entendió que ella deseaba recluirlo en un lugar muy lejano y aislado a ver si así se tranquilizaba; eso lo impactó porque jamás esperó esa reacción de ella, estaba consciente de que no todo el mundo reía con sus bromas, pero no lo consideró tan grave como para exiliarlo.
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Recientemente sostuvo una plática seria con su padre y le habló de su propósito de estudiar Finanzas en la universidad y Gaspar confió en su palabra, por muy irresponsable que pareciera sus resultados académicos eran excelentes, en deportes también era bueno y eso se debía a su hiperactividad por lo que lo instaron, desde temprana edad, a practicar kárate lo que le dio un poco de disciplina y el kick boxing que lo ayudó a desarrollar músculos definiendo su cuerpo desde los 14 años.
Esto en realidad fue un pequeño problema porque con 175 centímetros de estatura, cabello castaño cortado al ras, ojos verde aceituna rodeados de largas y espesas pestañas marrones, nariz perfilada y labios pequeños y carnosos, destacaba sobre el promedio y atraía más atención femenina de la normal.
Decía que no se casaría nunca porque le iba a ser difícil decidirse, sus padres solo ponían los ojos en blanco con esa afirmación. Su peor momento del día era cuando sonaban las alarmas de los tres despertadores que tenía y que eran necesarios para sacarlo de la cama, ninguno estaba ubicado cerca de él para así obligarlo a levantarse y apagarlos.
El mejor momento lo describía diciendo que era cuando compartía con su padre y con Bastián video juegos, además de la reunión de los domingos familiares porque durante la semana cada quien estaba dedicado a sus ocupaciones, pero el domingo era sagrado para su madre, almorzaban juntos y la tarde era de juegos, conversaciones, canciones y bailes.
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Para su cumpleaños número 16 solicitó expresamente y con mucho énfasis una moto Poggipolini, súper especial, de edición limitada y costosísima, él se enamoró de las motocicletas por Lachlan, el novio de Adhara, quien tiene una excelente colección y le enseñó a manejarlas.
Su padre ya le había comprado una Range Rover Sentinel igual a las de Bastián y Archer, pero el chico alegó que al terminar la High School pasaría a un auto más serio, pero que por ahora prefería la moto o un jeep descubierto.
Cualquiera de los dos presentaba inconvenientes para su protección por lo que Gaspar delegó en Octavio, como jefe de seguridad de los integrantes de la familia, las negociaciones sobre el vehículo que sería más conveniente para el traslado de Gadiel sin poner en riesgo su integridad física y sin dificultar el trabajo de sus escoltas.
–Gadiel, necesito conversar contigo –le dijo Octavio apenas lo encontró en la piscina cubierta de la mansión.
–Espero que no vayas a regañarme porque no he hecho nada malo, anoche regresé muy juicioso con todos tus gorilas rodeándome.
–Sal de allí y hablamos en tu habitación.
–De acuerdo mi comandante, como usted ordene –respondió Gadiel bromeando, pero en realidad sentía un profundo respeto por Octavio, sabía que verdaderamente se preocupaba por mantenerlos seguros y que protegía tanto a su padre que, posiblemente recibiría una bala por él.
Salió de la piscina, se secó y al entrar a su habitación pasó por delante de Octavio para dirigirse al baño diciéndole:
–Me daré una ducha rápida, ya estoy contigo Octavio.
–Aquí te espero –respondió seriamente Octavio, quería a cada uno de los hijos de Gaspar como si fueran propios, cuando comenzó a trabajar con él Aitana estaba recién nacida y aunque su trabajo era custodiar a Gaspar también se fue involucrando en la seguridad de sus hijos hasta el presente.
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papa soltero, historia familiar con rasgos de humor., familia contemporánea
Editado: 22.05.2024