Capítulo 2: Un nuevo comienzo

La adolescencia, la etapa más difícil de la mayoría de las personas. Emociones, depresión, felicidad, sonrisas; sin duda alguna, la etapa que logra poner a prueba a cualquier padre o madre con respecto a la crianza de su hijo/a.

Para María, la adolescencia de Melissa estuvo marcada por muchas dificultades, de las cuales están: su primer amor, ilusiones, peleas, maltratos físicos y psicológicos, bullying, depresiones y sobre todo, el regreso de su padre, aquel hombre que maltrató a María para abortar a su hija.

María luchó sin duda alguna para que a su hija no le faltara nada en absoluto y fuese feliz, pero la adolescencia de Melissa fue un duro golpe para las Wells.

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Luego del despido de la fábrica, María duró 2 largos años barriendo calles, limpiando casas y haciendo servicios comunitarios para poder mantener a su hija, pero...

¡MELI! —gritó María emocionada acabando de llegar de un servicio de limpieza—.

¿Qué sucede mamá? *Melissa sale enseguida de su habitación, algo intrigada*

¡Te tengo muy buenas noticias hija! ¡Me dieron el cargo de administradora en la fábrica de textiles! —dijo María muy emocionada y ansiosa por su nuevo trabajo—.

¡Ay mamá que emoción, me alegro muchísimo! —Melissa estaba muy feliz por la noticia—.

Sabía que lo conseguiría, nunca perdí la fe hija, estoy muy feliz, empezaré mañana —dijo—.

Está bien mamá ¡Espero que te vaya muy bien! —decía feliz por su madre—.

María pudo conseguir el trabajo donde finalmente trabajaría hasta la actualidad, donde la tratarían con mucho cariño y el respeto que se merecía.

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Es el primer día de María en el trabajo como administradora, al parecer todo iba muy bien, pero...

*María termina su turno de trabajo y va de camino a casa*

¡OPSS! Disculpe señor, estaba distraída ¡Perdón! —dijo apenada al haber tropezado sin querer al caminar con un sujeto muy extraño—.

Tranquila señora, está bien, últimamente la gente camina sin mirar adelante —dijo el sujeto—.

El sujeto volteó y María miró fijamente al hombre; era el padre de Melissa.

María se negó a responder y se fue rápidamente de ese lugar, estaba asustada y nerviosa, no lo podía creer.

*Al regresar a casa*

¡Hija ven rápido! —María seguía asustada y muy nerviosa—.

¿Que sucede mamá? ¿Pasó algo malo? —preguntó Melissa—.

No hija, no ah pasado nada malo, sólo creo que.. vi a tu padre. —respondió María—.

¡QUÉ! *se altera* ¿Es enserio mamá? —pregunta sin creerlo—.

Si hija, era él, lo vi muy bien, le vi su rostro, ha vuelto —decía María—.

Nunca supimos donde se oculta mamá, pero si lo viste cerca de la fábrica, sigue aquí —dijo intrigada—.

Lo que haremos es tener mucho cuidado en la calle, no sabemos si podría volver a la casa a hacernos daño —María se calma, pero aún seguía algo asustada—.

Está bien mamá, tranquila, estaremos bien —dijo Melissa intentando calmarla—.

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Pasaron los días,era un día normal, María se iba a trabajar y Melissa se fue al colegio, siempre acostumbraba a juntarse con un grupo de amigos, para hablar sobre chismes, historias, juegos, tareas y cosas que sucedían en cotidianidad de cada uno de ellos.

Estos eran:

Carla, la única del grupo que siempre estaba al pendiente de lo que le sucedía a Melissa, era su confidente y mejor amiga.

Juliana, déspota y superficial, sus padres eran dueños de una empresa muy reconocida en la ciudad, Juliana se consideraba la líder del grupo de amigos, parecía tener el control de todo.