Aunque debía regresar al Circo Clown, Elian no quería separarse de María. Sentía que no podía dejarla atrás por su trabajo, y que debía encontrar una forma de conciliar el amor y la responsabilidad. Tal vez, pensaba, con la ayuda de Gioia podría quedarse en Italia y conseguir un nuevo empleo que le permitiera seguir su camino junto a ella. Estaba tan enamorado que la idea de estar lejos de sus padres, a miles de kilómetros, no le resultaba tan difícil de aceptar. Tampoco le pesaba la idea de alejarse del circo que lo había visto crecer.
Mientras pudiera seguir haciendo lo que amaba, y estuviera cerca de la persona que llenaba su corazón, no veía motivos para preocuparse.Confiaba en que, de alguna manera, la vida le mostraría el camino. Hasta ese momento, siempre había sido así: cada meta que se propuso la alcanzó, con esfuerzo, sí, pero también con la certeza de que el destino no lo abandonaba.
Por supuesto, sus padres no compartieron la misma tranquilidad. Creían que se trataba de un amor pasajero, propio de la juventud, y que tarde o temprano cambiaría de parecer y regresaría a casa. A Elian le dolió que no entendieran lo que sentía, pero también supo reconocer que su decisión había sido repentina, y que tal vez debió preparar mejor el terreno antes de dar la noticia. Era lógico que se sintieran heridos por su partida.
Unos días antes de la audición final, Gioia quiso conocer personalmente a María. Quería ver su talento en acción, evaluar su potencial y, si era posible, ayudarla a conseguir alguna oferta laboral.
Incluso consideró la posibilidad de integrarla al Circo Clown, pensando que así Elian podría regresar sin renunciar al vínculo que los unía.
Los padres de Elian, al tanto de esa idea, aprovecharon para pedirle a Gioia que hablara con su hijo, que lo hiciera reflexionar con calma sobre su futuro. Pero Elian defendió su postura con firmeza. No le parecía justo que fuera María quien tuviera que sacrificarlo todo: su país, sus raíces, su entorno, solo para adaptarse al deseo de sus padres. No era un capricho adolescente, era una elección construida desde el amor.
Y, aun así, María no lo tomaba como un sacrificio. Al contrario. Estaba feliz ante la idea de viajar y cambiar de aire. Siempre había soñado con recorrer el mundo mostrando su arte, y ahora Gioia le ofrecía una oportunidad real. Era el inicio de algo nuevo. Algo que los unía, más allá de los escenarios.
Con la vida más ordenada y estable, Elian comenzó a disfrutar plenamente de cada momento. Se propuso nuevas metas, esta vez orientadas a competir a nivel internacional. Junto a María, se animaron a participar en distintos certámenes europeos, y poco a poco sus nombres comenzaron a ganar reconocimiento. Los premios llegaban uno tras otro, y su vínculo como pareja artística y sentimental se fortalecía con cada nuevo logro.
Gioia, siempre atento al crecimiento de su discípulo, fue uno de los primeros en notar el impacto que estaban generando.
Insistía en que Elian debía volver al Circo Clown. Su regreso, decía, no solo sería simbólico: marcaría un antes y un después en la historia del circo.
El jefe también lo reclamaba constantemente, al igual que sus padres, quienes no dejaban pasar oportunidad para recordarle cuánto lo extrañaban. Ya hacía más de un año que se había marchado, y aunque mantenían contacto frecuente a través de videollamadas, no era lo mismo que tenerlo cerca.
Dado que la relación entre Elian y María era cada vez más sólida y estable, Gioia tomó una decisión que unió aún más sus caminos: redactó un contrato para que María se incorporara oficialmente al elenco del Circo Clown. Así, no solo podrían seguir compartiendo escenario, sino también continuar con su historia de amor sin que la distancia se interpusiera entre ellos.
La Navidad se acercaba, y con ella, una nueva etapa. Planeaban pasar las fiestas con la familia de María, y luego, tomar un avión rumbo a la ciudad natal de Elian. Sería el regreso esperado, tanto por quienes lo extrañaban como por él mismo, que por fin podía volver con la satisfacción de haber crecido como artista… y también como persona.