Desc091: Entonces… Estuve leyendo sobre las iguanas.
Desc091: ¿Sabías que nacen de un color verde, vivo y brillante, y a lo largo de su vida se va apagando hasta quedar un tono grisáceo? Y, si consideras tener una, tendrás que tener un depósito de insectos vivos.
Megan: Por supuesto. Investigue hasta que papá me dijo que no podía tener una por el miedo a los reptiles de mamá.
Megan: Los insectos no son un problema, los venden como si fuera pollo frito.
Desc091: Y tendrás que ganarte su confianza.
Megan: Sabes…
Desc091: Es un reptil que proviene de la familia de los lagartos no va a dudar en atacar sin compasión si cree que eres una amenaza.
Megan: … creo que les tienes miedo.
Desc091: No les tengo miedo. Soy precavido. Llegan a crecer hasta 2 metros.
Megan: ¿Estás asustado? Aww, pobrecito, le tienes miedo a las iguanas. Tu secreto está a salvo conmigo.
Desc091: No es gracioso.
***
10 de Septiembre
—No aprendes la lección —se quejó una voz a su espalda.
Megan se quitó una pelusa imaginaria de su blusa e hizo como si no estuviera espiando a los empleados por cuarta vez consecutiva.
—¿Qué tanto buscas?
—Se me perdió un arete.
Melanie la miro con mala cara.
—Si sigues buscando ese arete por toda la empresa te vas a meter en problemas, otra vez. Estamos bajo supervisión, ¿lo olvidaste? Detente antes de que te quedes sin trabajo.
—No estoy haciendo nada malo —objeto—. Pero si te hace sentir más tranquila ya no me verás más por aquí.
De todas maneras su plan no estaba funcionando, eso de mandar mensajes y ver qué persona tenía su teléfono no era certero. Desc091 bien podría no leerlo en el instante que lo recibe. No, tenía que buscar otra manera, algo más sutil.
Aprovechando que bajó hasta el quinto piso fue a tomar un café.
Megan se detuvo abruptamente e hizo mala cara al ver al empleado que estaba haciéndose un sándwich. Con la cabeza en alto fue directo a la cafetera y trato de ignorar su presencia.
—Buenos días, señorita Reed. Veo que nuevamente se encuentra rondando a los empleados, ¿debería preocuparme?
Megan soltó un bufido nada femenino.
—Me intriga y debo admitir que no soy el único en darse cuenta de sus recurrentes visitas a las áreas de trabajo de nuestros compañeros.
Campbell se apoyó en la mesa con los tobillos cruzados, comiendo su sándwich, ajeno a su molestia.
—¿No debería estar en la ratonera? —se mofo.
Se inclinó como si fuera a revelarle un secreto, por inercia se encontró haciendo lo mismo.
—Están desinfectando.
Desagradable. Ese tipo era en verdad un fastidio.
—Eso y que me pidieron que hiciera de traductor. Un posible inversionista japonés. Los idiomas se me dan bien y los números, la cocina también. Ahora estoy aprendiendo más sobre jardinería.
Insoportable.
—Por supuesto —bufo—, ahora habla japonés. ¿Hay algo que no pueda hacer?
—Que me quieras.
La confesión la dejó de piedra, con la boca ligeramente abierta se giró para enfrentarlo. Campbell le sostuvo la mirada poniéndola inquieta, entonces se rio a carcajadas. Megan trató de formular palabras de protesta. Se sentía tonta por caer en su juego. Ese hombre tenía la habilidad de hacerla sentir así todo el tiempo.
—¿Se burla de mí?
Ladeo la cabeza con confusión. —¿Por qué lo haría? Solo dije que aún no lo había logrado.
—Es… ¡Un hombre insoportable!
—Un hombre —repitió—. Es un avance, normalmente me suele llamar por el nombre de un roedor.
—¡Prepotente! —medio grito con las mejillas sonrojadas.
Campbell asintió, asimilando la información.
—¡Soberbio!
Le dio una enorme sonrisa, sin molestarse en ocultar su satisfacción. —Veo que ha estado leyendo el diccionario.
—Y es el último hombre en el cual me fijaría.
—¿Está segura?
—Al cien por ciento —dijo con toda seguridad.
—¿Cómo lo sabe? Digo, no me conoce lo suficiente como para hacer tal afirmación. Me han dicho que con unos de mis besos es suficiente.
La desfachatez de ese hombre era increíble. Puso sus brazos en jarras y lo miró por encima de los centímetros que le sacaba. No estaba preparada para su siguiente movimiento. Campbell se inclinó y unió sus labios, los mantuvo así aprovechando su sorpresa. Le guiño un ojo antes de alejarse.
#4783 en Novela romántica
#1111 en Novela contemporánea
drama amor inesperado, chico nerd y chica popular, romance y humor
Editado: 14.11.2025