Mensajes

Capítulo 13

Campbell entró a la empresa con una bandita de princesas sobre su nariz, la única que tenía en casa. Matt tuvo la decencia de no mencionarlo, no tuvo tanta suerte con Darrell.

—¿Nuevos gustos?

Su suerte no mejoró al encontrarse con las dos secretarias más irritantes de la empresa. Se hicieron a un lado para dejarlas pasar, accidentalmente la manga de su camisa rozó el bolso de la señorita Warred. Ella se alejó de un salto y gritó, cruzó sus brazos sobre sus pechos como si la hubiera tocado. Las dos mujeres hacían lo mismo cada que las rozaba sin querer.

Blanca Ray abrazo a su amiga al tiempo que lo miraba de manera acusadora.

—Pervertido.

Campbell acomodo sus gafas con cansancio.

—Buenos días señorita Warred, señorita Ray —saludo con cortesía—. Agradecería que dejaran de decir eso cada que por accidente chocamos. No está bien hacer ese tipo de acusaciones si no son ciertas. Que tengan un buen día.

Las dos mujeres no dejaron de criticar a sus espaldas, tenían una gran variedad de palabras nuevas en su repertorio.

—¿Por qué eres amable con ese par de víboras? Seguirán tratándote de la misma forma no importa cuánto las halagues —dijo Darrell.

Si no lo sabía ya Campbell, pero la cortesía era algo que su madre le inculcó desde que era un crio y era muy difícil de dejar. Le salía natural, como decía Irina, cuando aún estaban juntos. Matt tropezó con sus propios pies cuando vieron a Reyes esperando el ascensor, en un tartamudeo les dijo que los alcanzaría. Darrell apenas le dirigió una mirada.

El resto de sus compañeros ya estaban en sus escritorios. Linda revisaba unos papeles mientras tomaba su café matutino. El director de la división, se encontraba inclinado sobre su escritorio, no sabía si dormitaba o estaba demasiado concentrado. Y Maya… Campbell se alejó antes de que lo abordara. Un nuevo manga. De lejos se notaba lo ansiosa que estaba por encontrar a una persona que la escuchara hablar de ello.

Campbell dejó su portafolio al mismo tiempo que Andrew salía de debajo del escritorio. Él no dijo nada.

Al cabo de una hora se encontró frotando sus sienes, sospechaba que el dolor de cabeza no tenía tanto que ver con el trabajo y más con los mensajes que Reyes le mandó. Pedía (exigía) que se apurara en encontrar al acosador de su amiga.

Otro gran día de trabajo.

***

17 de Octubre

Ted: ¿Estás mejor?

Megan: ¿Qué tanto sabes?

Ted: Considerando la empresa en la que trabajamos…

Megan: Brad fue muy amable.

Ted: Por supuesto que lo fue.

Megan: ¿Celoso?

Megan: Digo, no hay motivos.

Ted: Lo sé.

Ted: Entonces, ¿lo estás?

Megan: Considerablemente.

Ted: Eso está bien.

Megan: Pero tendré que evitar usar tacones por un largo largo tiempo.

Ted: No creo que sea tan largo, reina de los tacones.

Megan: No subestimes el poder de unos hermosos tacones.

Ted: Sobrevivirás.

***

19 De Octubre

Ted: Halloween.

Megan: No eres uno de esos fanáticos, ¿verdad?

Ted: …

Megan: ¿Verdad?

Ted: Es la mejor época.

Megan: Tenía la sensación de que serias más el tipo de Navidad.

Ted: Te refieres al mismo villancico cantado una y otra vez por una niña de ocho años que no hace más que cambiar palabras, una hermana que necesita que cada adorno este en su lugar y sea según su horario.

Ted: Con mi otra hermana llegando con un invitado sin anunciarlo y volviendo de los nervios a mamá. También la ropa combinada de renos y duendes.

Megan: Si lo pones así… no siento lástima.

Ted: ¿Te estás riendo?

Megan: No lo haría.

Ted: Claramente lo estás.

Megan: No puedes saberlo.

Ted: Lo sé.

Megan: ¿Tienes foto? Puedes cubrir los rostros con emoticonos.

***

20 de Octubre

Ted: No sé qué día es hoy. Todo lo que veo son números, hasta olvide ponerme los pantalones. El grito de la vecina me lo dijo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.