La mañana del sábado amaneció soleada, un día perfecto para el camping organizado por la empresa. El camping también podía definirse como la guerra entra las divisiones de HQ Cosmetics. El año anterior ganaron los de finanzas, de nuevo. Megan llevaba persiguiendo esa victoria desde que ingreso en la empresa.
Este era su año.
Los juegos eran diferentes cada año, pero siempre eran cinco y quien ganaba tres de ellos obtenía la copa más un bono para los ganadores.
—Ten, aunque no creo que lo necesites —Melanie le pasó un vaso con café caliente—. Trata de controlar un poco tu lado competitivo, asustas a los empleados.
—Miedicas. Este año voy a ganar, estoy segura, tengo la suerte de mi lado.
—Primero espera a que anuncien la lista de juegos y segundo, yo no estaría tan segura. Estas en el mismo equipo que Bianca.
—Diablos. Lo olvide. ¿Crees que intente algo?
—¿Ella? No, sería incapaz, si es un angelito.
Cuando no estaba en compañía de Blanca casi podía pasar por uno. Casi.
—Lo capto. ¿Sigue enfada por lo de Brad?
—Tal vez. ¿Sigues saliendo con Brad? —devolvió.
Una furgoneta se estaciono y de ella bajaron los de la ratonera. Megan fingió no verlos, aunque por el rabillo del ojo no se perdió ningún movimiento.
—Es un buen tipo —dijo sin agregar nada más.
Matthew le dijo algo a Campbell y este se rio fuerte. Campbell acomodo sus lentes y giro para verla cuando noto su presencia, Megan centro toda su atención en su amiga. Ese tipo conseguía ponerla de malas sin intentarlo siquiera.
—¿Han vuelto a salir desde la última vez?
—Nones.
Los de la ratonera tenían una actitud muy relajada, no que tuvieran ninguna oportunidad, pero esperaba que al menos se esforzaran. Quería tener un enfrentamiento directo con ellos, lo que no sucedería al menos que pusieran algo de su parte.
—Que eso no te preocupe demasiado —ironizo Melanie.
—Mmm.
Campbell regreso a la furgoneta por una caja. Megan casi se pone de puntillas para ver lo que contenía.
—¿Qué estas mirando? Llevas rato que ni me prestas atención y sé que no es a Brad —dijo el nombre con énfasis—, porque Blanca lo capturo ni bien llego.
—Nada.
Por suerte, los de la ratonera se dispersaron. Melanie no vio nada más que el vehículo estacionado. La miro suspicaz.
—Es por —bajo la voz a un susurro— el pervertido que te manda mensajes. ¿Te amenazo?
—¿Qué? No. Y no es un pervertido, ahora estoy segura de eso.
—Meg. ¿Sigues enviándole mensajes? —su tono fue brusco. Melanie busco entre la multitud.
—¿A quién estas buscando?
—A Edward, quiero preguntarle si tiene alguna pista sobre quién es. Solo ha pasado un poco más de una semana, pero quizás ya lo encontró.
Casi olvida ese detalle. Todavía tenía que encontrar una forma para que dejara de investigar, quería saber quién era, eso era cierto, pero le avergonzaba que fuera Campbell quien lo descubriera. Ya encontraría otra forma, una que no incluyera a terceros. Más tarde, cuando el camping terminara iba a tener que hablar con Mel. Si seguía así las cosas se le iban a escapar de las manos.
Por suerte, uno de los encargados llamo la atención de todos, listo para anunciar los juegos. Melanie se olvidó de Campbell.
—Buenos días y bienvenidos de vuelta a nuestro camping anual. Puedo ver que varios vienen con ganas de dar lo mejor en cada competencia.
Melanie le clavo el codo contra su costado. —Somos amigas, pero no voy a tener compasión si nos enfrentamos.
—Lo mismo digo —Megan sonrió.
—Debido al incidente del año pasado —centro la mirada en Megan— hemos decidido optar por un cambio. Este año los departamentos se van enfrentar en una competencia de ingenio, astucia, cooperación y, como no puede faltar, la copa se va a decidir con el partido de béisbol entre los dos finalistas.
«Pan comido.»
—Damos comienzo al camping con un torneo de ajedrez.
La sonrisa de Melanie fue tan grande que le sorprendió que no le doliera.
—Espero que no te moleste, pero mi departamento va a tomar la delantera en esto.
Ahora era cuando se arrepentía de no haber aceptado que su mamá le enseñe a jugar ajedrez. ¿Quién diría que resultaba útil? La sensación de malestar empeoro cuando por su lado pasaron los de la ratonera, todos con una sonrisa similar a la de Melanie.
Campbell se detuvo y la saludo moviendo un poco la mano.
—Buena suerte señorita Reed. Le alegrara saber que Gerald Prescot decidió no participar este año. Creo que le dio conjuntivitis, digo creo porque lo vi ayer y se veía muy bien.
Hay que ver. Casi le rompes la nariz a un compañero del trabajo una vez y no te dejan olvidarlo más.
Megan lo miro de tal manera que tuvo que retroceder un paso. Campbell metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y miro con esperanza la mesa donde se preparaba el almuerzo.
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Editado: 27.12.2025