Mestiza

XII

El calor de la cabaña parece mitigar y desaparecer por completo todos los escalofríos provenientes del frío invernal que hace fuera de estas paredes de madera vieja, las cuales están corroídas por la humedad.
Mis ojos curiosos, como los de un gato viajan a cada rincón de la pequeña cabaña, tratando de no perderme detalle alguno, pero para mi sorpresa la distribución de todo es exactamente igual que la de mis " visiones”.

Sin darme cuanta entro a la única habitación que hay.

— Veo que encontraste la habitación — .Escucho la voz de mi madre a mis espaldas.

—Sí.

— ¿Pasa algo?

— No, es sólo que está cabaña es... un tanto extraña

— Para nada hija, es de lo másnormal.

Creo que debería cuestionarme lo que es normal de ahora en más.

Mientras estoy sacando la ropa de la maleta escuchó como tocan la única puerta.Espero que mi mamá habrá la puerta ya que ese fue el trato con el idiota...

— Buenas tardes, vengo de parte del arrendador para arreglar el grifo del baño.

— El arrendador no me dijo nada de ningún grifo —.La voz de mi madre claramente lleva un toque de desconfianza

—Seguro lo olvido, pero es necesario sino podría haber un accidente —.La forma en que miente es completamente aterradora.

— E-está bien adelante.

 

 

 

Pasan una hora hasta que salgo de la habitación después de bañarme y acomodar todo, pero se me hace extraño que mi madre no ha venido en una hora.

Salgo a la pequeña sala, mis pies descalzos siente el frío proveniente de la madera, y un escalofrío me recorre todo el cuerpo.Lo veo allí, de pie su aspecto alto e intimidante, con esos ojos oscuros absorbiendo cada detalle de la habitación, como si de un agujero negro se tratase, su cabello desordenado y tan negro como plumas de cuervo. Su ropa totalmente negra, contrasta con su piel blanca.

— Hola señorita mucho gusto, soy Daniel, vengo a arreglar el...

— Grifo ¿no?

— Exacto—. Su mirada burlona es exasperante, pero tenemos que seguir la "Obra”

Su mirada posada en mi me inquieta, y no de una buena manera, es demasiado intrigante, y hasta cierto punto aterradora.

— Bueno, permiso.

— Adelante

Trato de ubicar a mi madre, pero no logró hacerlo.

《Raro… la cabaña no es muy grande como es que, no está»

— Mamá— Sin respuesta.

— ¡Mamá!
 

— ¡Rosalía! — Mi pulso se acelera, siempre que la llamo por su nombre...contesta

— ¿A quién llamas?

Volteo y me recibe una mirada glacial proveniente de la persona que deje entrar a mi casa y entonces me doy cuenta ¡No! ¡No! ¡No! ¡Esto no está pasando!

— ¿Cómo es que alguien que posee el poder del alma es tan tonta?

— ¿Qué?

—¡Oh! ¿y esa cara de pánico?

Mi garganta está cerrada, no puedo emitir sonido alguno es una sensación aterradora y…conocida.

—Yo no había pensado hacer nada, pero sabes demasiado y los que saben demasiado no les va bien.

Sus pies comienzan a moverse en mi dirección y yo a su vez doy un paso atrás.

— ¡Aléjate!

Mi voz sale como un grito y mis manos comienzan a sudar, conforme mi corazón late deprisa.

— ¿Sino qué?

— Llamaré a la policía

— Y me dices... ¿Qué les dirás? — Una mirada cínica se dibuja en su rostro.

— Yo... no lo sé —. Su mirada burlona me hace hervir la sangre — Pero puedo empezar diciendo que no te conozco y que apareciste aquí ¿A quién le creerán? A ti o a mí.

El valor que me auto infundido se esfuma cuando de repente su mano sujeta mi brazo con demasiada fuerza.

— Así que eres valiente.

Me observa por un breve momento, y yo le devuelvo la mirada. Mis pensamientos se detienen cuando siento mis manos juntas y una soga... atándolas.

—¿¡Que haces!? Suéltame ¡Idiota! ¡Ayuda!¡Alguien ayuda! ¡Por fav— No! Eres un bastardo ¡Suéltame!

Trato de zafarme, de morderlo, pataleo y tumbo unos vasos de vidrio y consigo hacer caer toda la vajilla creando un estruendo, pero él no parece afectado. Antes que pueda decir otra palabra soy sujetada por la espalda y una cinta es colocada en mis labios, silenciando mis gritos.

— Lo siento, pero esto no es mi culpa es el... destino.

Soy arrastrada literalmente hasta la habitación, donde me lanza a la cama y un dolor conocido se arrastra rápidamentepor mi espalda, él sin más se da la vuelta y sale.

《 Mi madre, no sédóndeestá ni...
Como esta》.

Trato de calmarme y coloco mi cabeza lentamente en la cama.

Entonces caigo en cuenta de la situación. Estoy atada y amordazada en una cabaña a la mitad del bosque más tenebroso que he visto en mi vida y no tengo idea donde está mi madre y lo que más me aterra es que... Esto no es aquel sueño es... la realidad.





 




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