México en el fin del mundo

Antecedentes

MÉXICO EN EL FIN DEL MUNDO

Todos los derechos reservados, toda copia parcial o total de la obra requiere autorización de la autora. 

NOTA: Esta obra es y siempre será gratuita, es una recopilación de relatos, rumores y hechos de la tragedia vivida el 19 de septiembre de 2017 tras el terremoto en México.

No tiene fines partidistas ni se hizo con la intención de generar polémica, sólo se mencionan los hechos a fin de hacer notar como los actos de vileza y corrupción fueron opacados por la solidaridad, sacrificio y entrega de la gente 

Ha sido un trabajo arduo de recolección, si les gusta, por favor califíquenlo y compartan entre sus contactos. 

 

Ometéotl, padre y madre de todos los dioses, había postergado mucho este penoso asunto. El mundo estaba cada vez peor: corrupción, crimen, guerra, daño ecológico, todos estos males iban en aumento como consecuencia de la avaricia humana, así que convocó a una asamblea universal para anunciar que había decidido aprobar el proyecto del fin del mundo.

―Nos vimos dubitativos en 2012 ―dijo con enojo―, y lo único que obtuvimos fueron burlas. Esta vez no habrá dudas, nos saltaremos todos esos engorrosos trámites burocráticos que sólo nos entorpecieron la vez pasada. ¿Cuál es la siguiente fecha programada para el fin del mundo?

―23 de septiembre de 2017, padre ―respondió la diosa Anshar―. Es la fecha propuesta para estrellar al planeta Nibiru contra la tierra.

―Es algo drástico, pero necesario ―dijo Ometéotl, frotando su barbilla―. Iniciaremos desde ya con algunos desastres de advertencia, e iremos elevando la intensidad de ellos, con eso les daremos una última oportunidad de arrepentirse antes de la gran colisión. ¿Qué países proponen para iniciar?

―Me da mucha pena admitirlo ―dijo Quetzalcóatl―, pero la nación mexicana es el mejor candidato. La corrupción de sus autoridades es desmesurada, la delincuencia crece en forma exponencial y la gente es cada vez más insensible.

―Podríamos iniciar con México y sus naciones vecinas ―dijo Ometéotl―. Preparen todo, si queremos llegar a tiempo para el 23 de septiembre, debemos iniciar ya.

Los dioses de todo el mundo comenzaron con la planeación de su terrible proyecto.  No escatimaron en desastres. El primer departamento en actuar fue el de recursos hidráulicos, Tláloc ordenó a su gente enviar lluvias torrenciales que inundaron diversas ciudades, dañando casas, avenidas y causando destrozos en zonas agropecuarias.

Después fue el turno de Ehécatl, quien ordenó la creación de huracanes, uno detrás de otro. Zonas del caribe y el sur de Estados Unidos sufrieron los embates de los fuertes vientos, y no podían siquiera recuperarse cuando otro huracán más ya estaba naciendo en el Atlántico, junto con otros menores en el Pacífico.

Los dioses vieron a algunas personas reaccionar positivamente, enviando ayuda, pero toda acción altruista era minimizada por el abuso de autoridades que sacaban provecho adjudicándose estas donaciones o incluso vendiendo lo donado.

Iniciando septiembre subieron la intensidad, liberaron un sismo de 8.2 grados, el cual dañó algunas zonas del estado de Oaxaca.

Coatlícue y Pachamama, las matriarcas de la tierra comenzaron a dudar al ver que había gente solidarizándose, enviando ayuda o asistiendo a rescatar sobrevivientes. Pero el resto de los dioses señalaron a alcaldes y al gobernador aprovechando la situación para politizar la ayuda. Incluso hubo presencia de hombres armados que robaron un tráiler lleno de víveres para los damnificados. Ante esta insensibilidad por parte de los líderes, los dioses decidieron continuar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.