- mami, mami, ven rápido – grita Sofi golpeando la puerta de la habitación de sus padres – es Fer, tiene mucha fiebre,
- ¿qué pasa, Sofi, por qué gritas así? – se levanta también, Andrés.
- es Fer, está delirando y tiene mucha fiebre, pensé que era mucho calor que tenía y le quité la sábana, pero comenzó a titiritar y a delirar que me asusté.
- voy a llamar al doctor Montemayor, en seguida - dijo la señora Yolanda, tocando la frente de su hija y salió a buscar su celular para buscar el número que le había dado el doctor.
- ¿aló? ¿doctor Montemayor? Dice
- sí, señora, ¿quién es? – pregunta Roberto, no identificó la voz, por estar medio dormido.
- soy Yolanda de Benavides, la mamá de… - Roberto ya la identificó
- señora de Benavides, que pena no la identifiqué, ¿Qué ha pasado?
- qué pena con usted, doctor, pero mi hija se siente mal
- no se preocupe, ¿Qué tiene? Preguntó preocupado
- se despertó con mucha fiebre y delirando, su cuerpo tiembla mucho, - se le quebró la voz y Roberto le dijo:
- Ya salgo para allá, deme su dirección, él tomó un bolígrafo y en una libreta que siempre tiene en la mesita de noche, anotó la dirección – ah, están muy cerca de donde vivo, en unos minutos estoy allá – cortó la llamada y corrió al closet y sacó ropa que ponerse y tomó sus llaves para sacar la moto, que es más rápida de sacar del garaje.
- ya viene para acá – dijo la señora Yolanda entrando a la habitación de Lucía Fernanda – me dijo que estaba cerca. ¿Cómo sigue?
- le pusimos una cobija y ya titirita menos – dijo el señor Joaquín, Yolanda se acerca a su hija, - pero ¿qué pasó? ¿por qué esa fiebre de pronto?
- no sé mami, cuando llegaron, yo la metí al baño y le di un baño, porque quería lavarle el pelo, ya que lo tenía espantoso – dice Laura Sofía – y se acostó, pues… yo noté que estaba un poco triste o eso me pareció, no cenó mucho - En ese momento sonó el timbre de la puerta y el señor Joaquín fue abrir.
- hola doctor Montemayor, pase – el señor lo dejó pasar
- señor Benavides, que ha pasado, ¿cómo sigue su hija? Pregunta Roberto
- siga por acá, doctor, sigue temblando mucho y tiene mucha fiebre, mi mujer le tomó a temperatura, la tiene en 39° - suben las escaleras y llegan a la habitación y Roberto queda impresionado pensando que estaba viendo doble mirando hacia Lucía Fernanda y hacia otra chica igualita a ella que también estaba acostada junto a ella.
- es impresionante el parecido, ¿verdad, doctor? Dijo la señora Yolanda
- no sabía que ella tenía una gemela – dijo Roberto acercándose a la cama. Andrés le dice:
- le presento a la siamesa de Fer. – y Sofi lo mira feo.
- ¡Andrés! No somos siamesas, si serás tonto – contestó Sofi
- Sofi, apártate para que el doctor pueda revisar a tu hermana, - le dice el papá.
- no quiero dejarla sola, saben que somos muy unidas – dice mirando a Roberto – vaya ¡sí que es guapo!
- Laura Sofía, por favor, ¡no es el momento! – la regaño su mamá – dale espacio al doctor Montemayor para que vea a tu hermana, ¿no quieres que se mejore?
- sí, - dijo en voz baja retirándose un poco de la cama. Roberto comienza a revisar a Lucía Fernanda, le tomó la temperatura, la tensión y todos lo observaban en silencio dándose cuenta lo minucioso que era y tomaba nota en una libreta que había sacado de su maletín.
- ¿ella tomó algún baño al llegar? Pregunta Roberto levantando la mirada hacia la Sofi
- sí, le lavé el pelo, se lo sequé bien, además el agua estaba tibia ¿por qué? ¿sería el baño? Preguntó preocupada
- no tanto, pero como fue un baño completo y acabada de llegar, pues… porque parece un resfriado.
- ¡Oh, por Dios! Es mi culpa porque le miré el pelo y lo tenía horrible – dijo ella llorosa se acerca a Fer y le toca la cara y dice: - ¡Oh mi amor, perdóname cariño! Es mi culpa. – y llora más fuerte, su mamá se acerca y la abraza
- claro que no es tu culpa, no digas eso, - le dijo, pero ella sigue diciendo – si ella es mi responsabilidad, es mi media mitad. Tengo que cuidarla, soy su hermana mayor.
- ppor tres minutos – escuchan que dice Fer
– lo que sea, pero soy mayor que tú, perdóname cariño
- de qué voy a perdonar…te, - mira a Roberto - ¿doctor? Ppero ¿qué hace aquí?
- Hola señorita Benavides, sigo cruzándome en su camino, ¿verdad? – le dice Roberto en voz bajita – estoy contestando una llamada de emergencia.
- ¿una llamada de emergencia? Pero ¿Por qué? No hay emergencia – contesta frunciendo el ceño, aunque se recuesta más en la cama, ya que siente un poco de mareo.
- tiene mucha fiebre y escalofríos, dime ¿cómo te sientes?
- un poco mareada y sueño – dice con voz baja
- ok, ese es el efecto del medicamento que te apliqué, con esto mejorarás y se te quitará la fiebre y también te aliviará el dolor del brazo – como en realidad estaban solos, porque todos habían salido un momento. – Roberto le toma la mano al levantarse y ambos sienten una fuerte descarga eléctrica y suelta la mano de la chica.