Todos quedan asombrados, al ver el contenido del camafeo – mi bisabuelo, lo mandó hacer especialmente para su esposa, está elaborado en oro de dieciocho quilates y es una piedra preciosa llamada Malaquita, él la compró para mandar a fabricar los zarcillos y el anillo. Ésta piedra me hace recordar tus hermosos ojos, mi chiquilla hermosa – la mira a los ojos para corroborar lo que está diciendo – la luz le da ese tono que tienen tus ojos.
- Es hermoso, mi amor – le ruedan las lágrimas por las mejillas – la piedra es muy linda, gracias por este regalo tan especial para mí.
- la verdad, es que pensé que ibas abrir el camafeo y te ibas a dar cuenta del contenido – sonríe – cariño, pienso que no eres curiosa, porque otra persona lo hubiera abierto.
- yo lo hubiera abierto – dice Sofí soltando una carcajada. El señor Joaquín regaña a su hija, por salir con esas ideas.
- no pasa nada, señor Joaquín, es natural, además; no quería hacerlo en estos momentos, porque quería que terminaras los estudios y pues, el día de tu graduación, te iba a proponer que fueras mi esposa, pero – Roberto toma el anillo de las manos de Lucía Fernanda y se pone de rodillas – amor mío, mi adorada chiquilla malgeniada, el amor de mi vida y la luz de mi destino, ¿quieres casarte conmigo y formar una gran familia? – todos quedan expectante ante la declaración de Roberto y la esperada respuesta de Lucía Fernanda. En los ojos de Sofi y de la Señora Yolanda había lágrimas que corrían por sus mejillas de la emoción que estaban presenciando. Lucía Fernanda, toma a la bebé en sus brazos y logra arrodillarse con ella delante de Roberto y con uno de sus brazos lo abraza por el cuello, sus ojos están anegados en lágrimas y con una sonrisa en los labios dice:
- ¡Claro que sí, me caso contigo!, Mi Adorado Cascarrabias, seré tu esposa, porque te amo con todo mi corazón – Roberto se levanta y la ayuda a levantarse también, la rodea con sus brazos y le da un beso muy tierno, lleno de amor. Todos aplaudieron y fueron a felicitarlos con abrazos y bienaventuranzas para sus vidas.
- bueno, entonces hay que planear una boda – anuncia la señora Yolanda y Sofi todas emocionadas – ¿para cuándo sería? Pregunta el señor Joaquín.
- tendremos que planearla para después de los exámenes de fin de semestre de Lucía Fernanda y de la rapidez que nos den para reunir los documentos de nosotros y de Antonella – les explicaba Roberto a los presentes.
- sí. Tenemos que hablar con los funcionarios del Bienestar Familiar, para agilizar los documentos de adopción y todas esas cosas – respondió Fer – porque no sabemos si nos los otorgarán antes o después de la boda.
- eso me lo dejan a mí – dijo Julio mirando a su padre – y papá usted puede ayudarnos también con los contactos que tiene, para que no les demoren los trámites.
- ¡claro que sí! El lunes, me pondré en eso, hija – le dice a Fer – tu solo tienes que terminar el semestre y pensar en lo que te faltan para terminar tu carrera.
- no pienso desistir de ello, papi, tengo que recibirme de médico – mira a su reciente prometido – Roberto me apoya en eso – él aludido asiente con una sonrisa y con ojos de enamorado. Todos bajaron al primer piso y descorcharon una botella de champán y brindaron por la feliz pareja.
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Después del anuncio sobre el compromiso de Roberto y Lucía Fernanda y la noticia de que tenían una hija recién nacida, la vida volvió a la normalidad; porque lograron volver a la rutina del trabajo, de ir a clases; Roberto arregló que Amira fuera después de llevar a los gemelos al colegio, iría a casa de los Benavides, para ayudar a la señora Yolanda con Antonella y luego los iría a recoger.
También Lucía Fernanda se dedicó a sus clases y los trabajos que debía entregar, estuvo todo el mes de mayo, realizando estudios de prácticas en instituciones públicas ayudando en el servicio de urgencias.
En el mes de junio, el rector de la universidad la manda a llamar y ella ve un poco extraño, porque no entiende el motivo de esa llamada. Cuando llega al despacho, él la hace pasar y le dice que se siente.
- Señorita Benavides, buen día, ¿Cómo ha estado todo en su familia? Pregunta el señor rector.
- muy bien, gracias, señor – responde ella con un poco de nervios ¿Qué será lo que me irá a decir? ¡Dios que nerviosa estoy!
- bueno, el motivo de mi llamado, es para lo siguiente – comienza el rector. He visto que usted ha estado adelantando materias de los siguientes semestres – él la mira seriamente – los docentes me han informado que las ha pasado con excelentes calificaciones – ve que ella asiente y observa que está un poco ruborizada.
- sssí, señor – responde ella titubeante – ¿estoy en problemas por haber adelantado las materias? ¿o he quedado debiendo algunas?
- no se preocupe, Señorita Benavides, todo está correcto, no debe nada – el señor le sonríe para que se calme – el motivo de mi llamado es por el récord de calificaciones que tiene; y pues, quiero proponerle que haga los Exámenes de Calidad Superior, ya que sólo le falta solo dos materias para terminar la carrera, ¿es correcto?
- sí, es correcto, pero ¿esos son los exámenes ECAES? Preguntó asombrada Fer.
- sí señorita Benavides, son los exámenes para poder graduarse, además, ya usted tiene aprobados el 97% de los créditos de toda la carrera – le comentó, mirando en la pantalla de su ordenador.