Mi Adorable Cascarrabias

CAPÍTULO 19: El regreso de Ana y la noticia del compromiso de su hermano.

CAPÍTULO 19: El regreso de Ana y la noticia del compromiso de su hermano

Llegaron las vacaciones de mediados de junio, ya todos los colegios estaban culminando el primer semestre del año, tanto los estudiantes de los jardines, colegios de primaria y secundaria se sentían felices, porque ya no tendrían que madrugar a clases y porque podían irse de vacaciones a la playa, a fincas o a excursiones programadas por sus familiares, así que los únicos que estaban en clases eran los de las universidades que terminaban al finalizar el mes de junio. Lucía Fernanda, era una de las pocas estudiantes que sólo iba a la universidad, para estar con sus amigos y ayudarlos a realizar sus actividades, para que sacaran mejores notas y también, ver que más podía hacer para adelantar materias, pero casi nadie lo sabía, así que, se reunía con sus compañeros, y, además, adelantaba sus clases en secreto.

En una de esas clases, Roberto la llama – Hola, mi hermosa chiquilla, ¿Cómo estás? – le dice con voz suave y provocativa

- muy bien, aquí en la universidad ¿y tú, mi amor? –

- ya estoy yendo para el aeropuerto a recoger a mi hermana, con los niños – lanza un suspiro – me gustaría que estuvieras aquí conmigo – dice lamentándose

- yo también, pero tenía que venir a la universidad – ella también suspira – sabes que tengo que prepararme para los exámenes, ya que ahora tengo tiempo para poder investigar sobre esas pruebas – escuchó al fondo que los niños gritaban saludándola.

- sí, lo sé, amor. Sabes que puedes contar conmigo, ¿vale? Aunque ya hace tiempo hice los míos, pero investigaremos juntos, para ayudarte a pasarlos – y ríe al escuchar el alboroto que arman sus hijos – ¿estás escuchando, mi amor? Ellos te mandan muchos saludos - ella también ríe.

- Sí que los escucho, diles que les mando muchos besos a los dos. ¡ah Roberto!, sólo tú lo sabes, además del rector y su secretaria, no quiero que mi familia lo sepa, bueno sólo Sofi, porque ella también lo tiene que hacer, todavía no le he preguntado cómo va ella con su pensum, ya que la carrera de ella es diferente a la mía.

- claro, amor, lo sé, también sé que ustedes tan unidas como son, me imagino que sienten que deben ir a la par, ¿no?

- amor, no es competencia entre las dos, es solo que sentimos lo mismo, en cualquier lugar y circunstancia, ¿ves?

- ¡vale! Bueno, amor, ya estoy llegando al aeropuerto, así que te mando muchos besos – le manda besos por el teléfono – mañana nos vemos, porque me imagino que Ana querrá verte y a nuestra hija también – luego dice - me imagino la cara de ella cuando se entere, se lo diré mañana en la mañana, porque hoy no diré nada y ya los niños lo saben – Roberto se despide de su hermosa chiquilla y corta la llamada.

Ya en la sala de desembarque, Roberto mira a todos los pasajeros bajar y se dirigen a reclamar sus equipajes, pasa la mirada y logra verla, ella está buscándolo él levanta las manos junto a los niños, que saltan de alegría, para que se dé cuenta que la están esperando en la puerta del pasillo, ella corrió y se abrazó a él y luego, les tocó el turno a sus sobrinos.

- ¡Dios mío! Que grande están, niños, y tu hermano qué guapo te has puesto, ja ja ja ja ja, ¡qué alegría de estar de vuelta en mi ciudad natal - ¿Cómo han estados, niños?

- muy bien tía, y ahora felices porque llegaste – le respondió Daniel mientras Angie daba saltitos de alegría, porque su tía había llegado – tenemos que contarte muchas cosas tía Ana – le decía Angie y Roberto la mira advirtiéndole que se debía callar.

- y tú, Roberto, ¿cómo has estado? – miró a su hermano – cuéntame ¿Qué ha pasado por acá?

- mucho trabajo – respondió muy serio – he estado muy ocupado tanto en la clínica como en la universidad, que me siento agotado.

- sí, se nota. Estás más delgado, ¿no estás enfermo, ¿verdad? Le tocó un brazo y lo miró con preocupación.

- ¡No! – contestó rápidamente – claro que no, es cansancio. – no quería preocupar a su hermana, además era cierto que era cansancio, aunque en estos momentos, se encontraba muy feliz con su chiquilla del alma – me tengo que tomar unos días de vacaciones, estaba esperando que llegaras, para planear a dónde podemos ir.

- ay que bueno, me encantaría - Se alegró Ana, - yo también estoy cansada de ir de aquí para allá – cuando lleguemos a casa, planearemos algo, ¿vale? – los niños se echaron a reír, ya que estaban contentos por todas las noticias nuevas que le tenían a su tía, ya lo tenían advertido, que no debían decir nada hasta mañana. Así que sólo se reían.

- ¡vale! – llegaron al parqueadero, subieron las maletas y se embarcaron en el coche para ir directo a la casa.

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A la mañana siguiente, en casa de Roberto, él ya se encontraba en el comedor con los niños, cuando entró Ana para desayunar, y Angie se levantó y corrió hacía su tía abrazándola.

- buenos días a todos, ¡hola hermosa! ¿Cómo amaneciste?

- muy contenta tía, porque ya estás aquí y podemos decirte muchas cosas que han pasado – Roberto la llama

- Angie, hija, ven a desayunar, deja a tu tía que se siente también – y la niña obedeció a su padre, pero se sentía impaciente por revelar la noticia.




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