Ya faltaba un día para las pruebas y Lucía Fernanda estaba muerta de los nervios, a pesar de que a ella le es muy fácil todos los temas y su capacidad de entender es muy grande, esa tarde se reunió con el rector, Roberto y Laura Sofía en la universidad, para que el señor rector le diera las últimas indicaciones a Fer para realizar las pruebas, ya que nunca había recibido instrucciones sobre la forma de hacer esos exámenes.
- Señorita Benavides, ¿se encuentra bien, después del ataque de la señorita Lineros? Pregunta el rector.
- Me duele un poco, pero estoy bien, gracias a Dios – contestó Lucía Fernanda.
- pero está en condiciones para presentarse mañana? Vuelve a preguntar
- sí señor, si estoy en condiciones – ella le sonrió.
- señor rector, - habla Laura Sofía – usted está seguro que Fer puede presentar esos exámenes?
- ¡claro que sí!, pero no pasa nada, en caso tal no lo logre – él ve con amabilidad a Fer - estoy seguro que lo logrará – contestó con determinación.
- yo también estoy seguro – contesta Roberto – mi chiquilla logrará pasarlo con el mejor puntaje, ¡ya verás! Y tú también lo harás Laura Sofía.
- ¿usted también lo hará, señorita? Pregunta el rector
- este año no, pero para el próximo año lo haré, precisamente en marzo – dice con convicción Sofi
- En qué universidad está? Y ¿Qué carrera estudia?
- En universidad de la costa y estudio Arquitectura – responde ella.
- ¡vaya! Pensé que siendo gemelas idénticas iban a estudiar la misma carrera – dijo el rector asombrado.
- no señor, pero somos iguales, aunque con temperamentos diferentes – dice Fer, como ve, nos vestimos igual, sin proponérnoslo, aunque nos gusta las mismas carreras – sonríe y mira con ojos de picardía a Roberto – pero voy a casarme primero que ella.
- ¡claro, hermana! Porque tienes novio, yo todavía no tengo, pero pronto lo encontraré, ya verás. – ella también se ríe a carcajada, Roberto y el rector también las siguen. Después se despiden y Roberto las lleva a comer para después llevarlas a casa, donde los espera una bebé bien necesitada, ya que extraña a sus padres.
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Al día siguiente, Lucía Fernanda se levanta muy temprano para desayunar e irse para el Colegio Ateneo Moderno, donde le había tocado hacer las pruebas. Entra a la cocina y encuentra a la señora Yolanda haciendo el desayuno y ella la mira extrañada.
- buenos días, mija ¿y eso? ¿Por qué levantada tan temprano, hoy domingo? – recorre la mirada por el cuerpo de Fer - ¿vas a salir?
- Buenos días, mami, sí señora; voy a encontrarme con Roberto, ya debe venir a recogerme – se sirve huevos revueltos, pan, un poco de fruta picada y una taza de café con leche - mami, no te preocupes por guardarme almuerzo, porque vamos a pasar el día con los gemelos y Ana.
- Ah, bueno, mija, espero se diviertan mucho – dijo la madre, al darse cuenta que su hija no la miraba a los ojos, sabe que le está mintiendo – está bien, nos vemos por la noche.
- Claro, mami. En eso escuchan un auto detenerse y suela la bocina – ya llegó Roberto, mami, me voy – toma su pequeño bolso donde tiene la documentación, la citación su lápiz, sacapuntas y borrador, únicos útiles que les permiten llevar, ah y el celular, aunque no lo podía sacar en el salón. Se acerca a su mamá para darle un beso en la mejilla y sale corriendo, en el camino hacia la puerta se encuentra con el señor Joaquín, se despide de él y toma a la bebé que está en su sillita, el bolso con sus cosas y sale a la calle, Roberto se baja para tomar a la niña y la pone en la parte de atrás, y ponerle el cinturón de seguridad, se suben al auto y él le da un beso en los labios para saludarla y arrancan para dirigirse al colegio.
- ¿Cómo te sientes, amor? – le pregunta Roberto
- un poco nerviosa, pero más confiada – le contesta – aunque mi mamá no me creyó, sospecha que pasa algo – hace un puchero – ella sabe que estoy mintiendo, porque no se mentir.
- no te preocupes, por la tarde se lo dices, si crees conveniente – le sonríe él – cuando lo sepan, se pondrán contentos y te perdonarán por esta pequeña mentira.
- van a poner el grito en el cielo cuando lo sepan - luego sonríe – pero ellos se esperan eso y más de nosotros, porque con Julio, Andrés y Federico pasó lo mismo, a ellos los escogieron para hacer esas pruebas – lo mira con intensidad – pero yo no lo esperaba faltándome en tiempo, cuatro semestres y menos para Medicina.
- la verdad, es que no te faltan materias, mi amor; por eso te eligieron, ya que eres excelente en todas – Roberto se sentía orgulloso de su chiquilla traviesa, su alma gemela, su prometida, su mujer – así que, ánimo, mi chiquilla hermosa, yo sé que puedes – le tomó la mano y se la apretó, enviándole toda su energía. En ese momento cuando Roberto pasó un semáforo y giró a la derecha, encontraron la entrada del colegio Ateneo Moderno, él detuvo el auto e hizo que Fer se acercara más a él para besarla profundamente – es para desearte mucha suerte – dijo sonriendo.
- muchas gracias, mi amor – ella le devuelve el beso y luego se despide de su hija, que está mirándola con adoración – nos vemos mi preciosa – abre la puerta y se despide de su prometido e hija. Llega a la entrada y el vigilante le pide el documento de identidad y ella lo saca, cuando él mira que es una tarjeta, la mira sospechoso.