Lucia Fernanda, se despertó en la mañana del miércoles toda afanada, porque se le había hecho tarde, porque se acostó en la madrugada, por estar estudiando para el examen que tenía para hoy, que era muy importante y después tenía una reunión con unos compañeros para terminar un trabajo que debían entregar mañana.
- Fer - la llama la mamá - el desayuno.
- No mami, no alcanzo, porque voy tarde - entra a la cocina y se despide de su mamá y se acerca a la encimera para tomar una manzana y se va corriendo hacia a salida, se encuentra con su padre y se despide de él de la misma manera. Logra llegar a la parada de buses y de casualidad llega la ruta que la deja frente a la universidad.
Ya sentada toma uno de sus libros y se pone a leer el tema del quiz que tiene y en eso le suena el celular, mira la pantalla y ve que es su mejor amigo y compañero de clases Javier González.
- Hola Amiguis, ¿ya llegaste a la U? - le pregunta de una.
- Si, te estoy esperando en el parqueadero, ¡se te hizo tarde!
- Oh, no me grites. Si ya sé que se me hizo tarde, pero fue porque me acosté tarde estudiando y haciendo el cuadro sobre las patologías clínicas, que dijo el profesor - ese decano era una cuchilla, cuando decidía rajar a los estudiantes era implacable. - no te preocupes ya voy en la ruta, me faltan como unas cuatro cuadras.
- Bueno... te espero en la entrada del laboratorio de biología.
- Ok. nos vemos. - corta la llamada y se da cuenta que ya está llegando a la parada donde debe bajarse. El bus se detiene, baja y comienza a subir las gradas y para llegar más rápido, toma un atajo por el parqueadero donde se estacionan los profesores. pensando. "Dios mío, voy a llegar tarde y el profesor no me va a dejar entrar y necesito realizar ese quiz" aunque, ella es una buena estudiante, más bien, una “super-genio”, por ir tan rápido, se le cae un libro y se detiene a recogerlo cuando en eso entra al parqueadero un auto y recibe un golpe que la hizo estrellarse con otro que estaba enfrente de ella. Solo sintió un fuerte golpe en la cadera y cuando cayó se golpeó la cabeza con la defensa de otro auto. Todo se oscureció y en realidad no se dio cuenta que fue lo que a golpeó, porque se desmayó.
Roberto es un médico internista y es el nuevo docente de Semiología Clínica desde hoy, porque el anterior había renunciado y la universidad, Cooperativa de Colombia, lo contrató para reemplazar esa plaza. Se sentía de mal humor desde que se levantó, por culpa de su novia Jaqueline que lo estaba volviendo loco, quería que se le declarara, ya que llevaban ya un año de noviazgo, pero él no estaba muy convencido de esa relación, ya que a sus gemelos no le simpatizaba ella y su hermana Ana tampoco le gustaba mucho. Así que salió de su casa como alma que se lleva el diablo y llegando a la universidad, ve el primer parqueadero libre y logra entrar, pero, en ese momento ve levantarse a una joven de cabellos castaño rizados con un libro en la mano y no le da tiempo de frenar, solo siente el golpe que le da a la chica con el auto y lo detiene. ¡santo Dios! - pensó Roberto y sale del auto y corre a donde está la joven, la revisa, está inconsciente, tiene un golpe en la frente que le sale mucha sangre, heridas en los brazos, le toma los signos vitales y se da cuenta que está respirando, toma el teléfono y llama a emergencias que manden una ambulancia inmediatamente. Se quita el saco y se lo pone en la cabeza, para fijarla y que no se le mueva, mira alrededor y ve que llegan muchos estudiantes a mirar que fue lo que sucedió y entre ellos llega un chico corriendo y se acerca a donde están.
-¡Oh, Dios mío! Lucía Fernanda. ¿qué fue lo que pasó? preguntó el chico.
- No la vi a tiempo, ¿la conoces? – pregunta Roberto
- Sí señor, ella es mi mejor amiga y somos compañeros de clases, venía un poco retrasada porque tenemos un quiz de Semiología Clínica ahora. - Escuchan las sirenas de la ambulancia y Roberto le dice al chico.
- Si quieres ven conmigo a llevarla a la clínica y luego me das el número de teléfono para avisarles a sus familiares.
- Claro, señor, ¿pero y el quiz, no puedo faltar? - pregunta Javier
- No te preocupes, que yo soy el profesor que les iba hacer el quiz, vamos.
Los paramédicos sacan la camilla de la ambulancia y se disponen a revisar a Lucía Fernanda, Roberto les explica lo que pasó y les apura para que la saquen del parqueadero y la lleven de inmediato a la clínica.
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Ya habían pasado cinco días del accidente y Roberto caminaba de un lado para otro en la habitación de Lucía Fernanda, preocupado, ya que ella no despertaba aún, le hicieron un TAC en la cabeza y en el tórax, porque tenía algunos golpes en la espalda y en el abdomen. Ya había hablado con los papás de Lucía Fernanda y estaban en la sala de espera contigua a la habitación. Él había ordenado que le dieran la mejor habitación, porque se sentía culpable, ya que por andar pensando en sus problemas, no estuvo pendiente en mirar hacia el parqueadero. Se giró hacia la puerta, cuando sintió que se abría y era la mamá de la chica.
-Hola doctor, ¿cómo está mi hija? ¿ya despertó? Preguntó la señora.
-No señora, todavía no despierta. – contestó Roberto girando la cabeza hacia la cama donde se encontraba la paciente. – eso me preocupa, porque ya es hora que despierte. – mira a la señora y le dice: - nos toca esperar a ver cómo reacciona a tratamiento que se le ha aplicado.