Mi amor no te pertenece

3 Cerca del reencuentro.

Después del funeral del abuelo, Jeremy estaba consternado y seguía sin comprender cómo era que se había casado con una mujer que no recordaba en lo absoluto. De regreso a la mansión él fue con Ethan en su auto, él le preguntó:

—¿Irás a ver a Lauren?

—Hoy no, prefiero esperar algunos días, antes quiero investigar todo lo que sucedió y mi supuesta boda con ella.

—¿Piensas que no es verdad?

—He llegado a la conclusión de que es una farsa, me secuestraron justo después de la boda, ¿no te parece extraño? 

—No lo había pensado, pero Lauren no tiene pinta de ser una mujer capaz de prestarse para una cosa así.

—De todos modos necesito estar seguro —Se aflojó el nudo de la corbata—. Siento que me ahogo con toda esta situación, deseo no tener que conocerla, sin embargo no puedo evitar sentir curiosidad y ganas de saber cómo es. 

—Es una muchacha sencilla pero muy hermosa, tiene el cabello rubio y sus ojos son color ámbar.

—¿Cuando dices sencilla a qué te refieres?

—Me refiero a que no viste ni usa joyas como las mujeres con las que acostumbras a andar.

—Entonces como dijo Megan, tiene apariencia de sirvienta.

—No, tu esposa es muy hermosa, sólo necesita que le compres ropa; fuiste un tacaño, te casaste con ella y no le diste ni un regalo.

—Quizás solo quería pasar con ella el rato. Mi abogado revisará ese acta de matrimonio…

—El abuelo mandó a revisar todo, tu boda con Lauren fue legal y verdadera.

—Esperaré un par de días y mandaré a buscarla para conocerla, antes de verla necesito tener más claras las cosas.

***

Lauren se encontraba en la granja de su familia a varias horas de Chicago. Ya estaba aceptando la muerte de Jeremy, por lo que se encontraba más calmada, sin embargo lo extrañaba mucho.

En la tarde se animó a ir al arroyo, le avisó a su tía.

—Iré al arroyo.

—¿Pero irás sola? Es mejor que esperes a tus primos para que te acompañen.

—No te preocupes tía, me hará bien estar sola un rato.

—Seguramente vas a ponerte triste. 

—Estar a solas con mis pensamientos me ayudará.

Se puso una blusa campera, un shorts de jeans deshilachado y un par de botas que llegaban un poco más arriba de los tobillos. Subió a un caballo y se marchó hacia el arroyo. 

Cuando llegó dejó al caballo junto a un árbol, luego se quitó el shorts y la blusa, se quedó con un traje de baño de flores amarillas. Luego se metió a nadar un rato.

Sus sentidos estaban conectados con el lugar solitario y silencioso, solo se apreciaba el sonido apacible del agua y el canto de algunas aves. 

Más tarde salió del arroyo y se recostó sobre una roca plana y grande como una mesa. Estaba relajada, por primera vez podía pensar en Jeremy sin que eso le causara consternación. 

Al rato se quedó dormida pensando en él, comenzó a soñar con Jeremy, podía oír su voz y ver su sonrisa. 

Pasó un rato, aún estaba dormida cuando de repente despertó asustada con la voz de Karl, su primo.

—Lauren despierta. —Ella abrió los ojos.

—¿Qué sucede? —Se puso la mano en el pecho—. Me vas a matar de un susto. 

—Alguien te busca en la granja.

—¿Quién? 

—Dice que se llama George, y que es el administrador de la familia Remington. 

—¡¿George?!

—Sí. 

—¿Y qué quiere? 

—Dijo que tiene una noticia muy importante para ti, no nos quiso decir de qué se trata. —Lauren se levantó e iba hacia el caballo pero Karl la detuvo. 

—El chofer te está esperando en la carretera. Yo me encargo de tornado. 

—Está bien.

 —Lauren salió del arroyo, caminó algunos metros hacia la carretera,  allí estaba una camioneta color negro, en la puerta tenía grabado el logo de la empresa de la familia Remington.

El chofer estaba de pie a un lado, al verla le abrió la puerta del auto.

—Suba señora Remington. Ella algo atolondrada dijo:

—Gracias. —Luego subió.

Cuando llegó a la granja George estaba en la sala con la tía de Lauren. Él al verla se puso de pie.

—Señora Remington, ¿cómo se encuentra?

—Bien, gracias, ¿qué lo trae por aquí?

George conservaba su figura de carácter formal, tenía el rostro serio, solo denotaba  formalidad.

—Señora, la noticia que le tengo le va a impactar, le vendría bien sentarse.

Desconcertada obedeció y se sentó en una de las sillas; mientras lo hacía George observó su cabellera salvaje, sin recibir algún tipo de tratamiento, en el arroyo lo había sometido a las inclemencias del clima sin usar algún protector que le redujera el frizz. Lauren en nada se parecía a las otras mujeres que George hubiera visto cerca de Jeremy desde que era un adolescente, porque siempre había elegido a las más refinadas del colegio y la universidad.

George también notó que su piel blanca, ahora la tenía tostada y reseca; era evidente que se asoleaba todos los días, se dijo así mismo:

"Esta chica no encaja para nada en el mundo Jeremy Remington, pobre, la va a desechar."

Luego alejó ese pensamiento, pues no era esa la razón por la que estaba en esa granja, pero Geroge conocía muy bien a los Remington, de antemano sintió una leve preocupación por Lauren.

Ella lo miraba expectante esperando por lo que él tenía que decirle. 

—Señora Remington, he venido por usted porque su esposo no está muerto, está con vida y desea verla. —Lauren lo oyó y se quedó catatónica; así permaneció por varios segundos, luego le dijo:

—No comprendo. 

—Lo encontraron con vida en Misuri, sólo tiene ciertos problemas de memoria, no recuerda muchas cosas, pero se está recuperando rápidamente. —El corazón de Lauren comenzó a latir con rapidez, de pronto creyó que estaba soñando.

—¡¿Jeremith vivo?!

—Si, me envió a buscarla, quiere que usted vaya con él, la está esperando en la mansión. 

“¿Será un sueño?”  

Se preguntó dentro de sí. George agregó:

—Tenemos que viajar a Chicago en helicóptero, es mejor que empaque ya sus cosas de inmediato, el señor debe estar muy impaciente. —A Lauren se le notaba la alegría en su rostro, sus ojos brillaban y sus labios estaban sonrientes.




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