Mi amor no te pertenece

9

Lauren se mantuvo firme en querer marcharse,  Jeremy ya no la recordaba y tampoco la amaba, permanecer en esa mansión no tenía sentido. Ella intentaba ser fuerte y no perder la compostura, pero tenía el corazón roto.

"Jeremy volvió a la vida solo para rechazarme."

Tenía ganas de tirarse a la cama y llorar, de sus ojos se desprendieron varias lágrimas, pero no se permitió rendirse ante el dolor que sentía en su corazón. Mantuvo firme la idea de marcharse. Buscó la maleta y la puso sobre la cama, luego la abrió, buscó la ropa y lo que tenía en la cómoda, trajo todo, lo empacó y cerró la de nuevo. Ya estaba lista para marcharse. 

Tomó la maleta y se dirigió  a la puerta, abrió con cuidado, con cautela primero asomó la cabeza y miró a todas partes cerciorándose que nadie estuviera merodeando por el pasillo. 

Después salió y comenzó a recorrer el pasillo sin hacer ruido, tomó las escaleras y bajó a la sala, de inmediato caminó a la salida principal; para su suerte la puerta no estaba cerrada con llave y logró salir. Se dirigió a la salida de la propiedad, debía caminar como 200 metros, en la entrada había un par de hombres que resguardaban, ambos al verla se sorprendieron, más cuando observaron que cargaba una maleta. 

—¡Señora Remington, usted por aquí a esta hora! —Ella le dijo a uno de ellos:

—Por favor abra la puerta. 

—Señora perdone pero tenemos órdenes de no dejarla salir de la mansión.  —¿Pero quién se ha creído Jeremy? Abra. 

—Lo siento señora, lo mejor es que usted regrese a la mansión, deme la maleta, yo se la llevo. —Lauren se encolerizó

—¡No voy a regresar! —El otro portero comentó: 

—Llamaré al señor Remington. —Tomó el teléfono y marcó a la mansión, en ese momento Jeremy se encontraba en el estudio con Megan y Vera. Hans recibió la llamada y de inmediato le avisó a Jeremy.

—Señor Remington, los hombres de seguridad dicen que su esposa está en la salida con una maleta, e insiste en querer marcharse. 

—¿Lauren? 

—Sí señor. —Megan comentó:

—¡Pero qué insolencia la de esa mujer! ¿No puede esperar que amanezca?

—No lo sé. —Dijo Jeremy con rabia—. Supongo que sólo sabe comportarse de esa manera. Hans dígale a los guardias que la traigan de regreso aunque sea a rastras y la suban a mi habitación. 

—Sí señor. —Jeremy suspiró con molestia. 

—¿Acaso te peleaste con ella? —Preguntó Vera. 

—No, sólo le reclamé porque bajó mal vestida a la mesa y después no sé qué tanto dijimos. —Megan agregó:

—Si se quiere marchar deberías dejarla, ¿Cuándo piensas deshacerte de ella? —Él recordó lo que Lauren le dijo: 

“podemos solicitar la anulación del matrimonio, yo jamás me opondré si es eso lo que deseas.” 

La sangre le hirvió, no podía creer que ella estuviera tan dispuesta a anular ese matrimonio sin hacer ningún tipo de oposición; ahora con lo que acababa de hacer, Lauren estaba demostrando que en verdad deseaba marcharse; eso no lo iba a permitir, él era el macho alfa, y ella debía obedecerlo. —Miró a Megan con el ceño fruncido.

—Cuando queden claros los hechos que me condujeron a casarme con ella anularé ese matrimonio, deja de preguntarme a cada rato lo mismo.

El guardia condujo a Lauren hasta la habitación de Jeremy, tocó la puerta, Jeremy la estaba esperando cuando el guardia la dejó con él, Lauren entró con los brazos cruzados, él cerró la puerta y volteó a verla y le habló en mal tono.

—¿Qué demonios se supone que intentas hacer marchándote a esta hora?

—No es asunto tuyo.

—Si claro, soy tu esposo pero no es mi asunto. 

—¡No eres mi esposo! 

—¿Entonces quién soy? —Con desinterés ella respondió: 

—No lo sé, ya no me importa averiguarlo, sólo sé que no quiero permanecer más contigo, y no vas a retenerme, mañana me iré, si lo impides llamaré a la policía o a los medios de comunicación. 

—¿Medios de comunicación para qué?

—Para hacer un escándalo, ya que tanto les afecta a ti y a tu familia.

—No te atrevas. —Lauren alzó la voz y lo desafió con la mirada.

—Tu no te atrevas a retenerme en esta casa, odio este lugar.

—Seguramente prefieres vivir en una pocilga. —Ella apretó los dientes.

—¡Si, es mil veces mejor vivir en una pocilga que estar al lado de un idiota como tú! —Él la miró con desdén.

—¡Por supuesto que te agrada más, pero te quedarás en esta mansión hasta que a mí se me dé la gana! —Lauren se acercó y se paró de frente con una actitud desafiante.

—¿Para qué me tienes aquí?

—¡Porque yo lo digo!

—Pues a mí no me da la gana de estar aquí contigo. —Caminó hacia la puerta.

—¿A dónde vas? 

—Voy a la otra habitación para no verte la cara de estúpido. 

—Aún no hemos terminado de hablar. 

—Ambos sabemos que no vale la pena continuar discutiendo, tú y yo no somos iguales, ya lo entendí.

Le dio la espalda y salió de la habitación, Jeremy se quedó con la sensación de que aún tenían muchas cosas por hablar.

Dio un paso para ir tras ella, pero se detuvo de inmediato, sus ojos miraban hacia la puerta expresando el deseo de seguirla, pero su orgullo no se lo permitió y pensó dentro de sí:

“No tengo por qué seguirla como perro faldero.”   

Lauren lloró mientras pensó dentro de sí:

"Primero se me rompió el corazón con su muerte, ahora el lo hace con su rechazo, siento que no lo podré soportar."

 

***

Esa noche Jeremy no pudo dormir, dio vueltas en la cama pensando en Lauren, tenía de todo tipo de pensamiento con respecto a ella. Pensaba en los planes que tenía para deshacerse de ese matrimonio, también pensaba retenerla a su lado.

Por otro lado recordó el momento cuando la vio desnuda; cerró los ojos y podía sentir la deliciosa sensación que le provocaba su piel cuando deslizó sus dedos sobre su hombro desnudo, imaginó quea sostenía entre sus brazos, besando sus tiernos labios.




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