Mi amor no te pertenece

10

Jeremy llegó a la sala, se topó con Hans en la puerta, escondió su cara para que él no viera sus ojos llorosos, pero detrás venía Lauren, a Jeremy le fue imposible evadir su mirada, sus ojos se quedaron paralizados con los de ella. —Hans le dijo:

—La señora se encontraba en el jardín. 

—Está bien Hans, puedes retirarte. 

—Con permiso señores. —Jeremy escondió su cara de Lauren, para desviar su atención hizo una pregunta tonta.

—¿Dónde estabas? Te busqué en tu habitación y no te ví por ninguna parte.

—En el jardín, ya Hans te lo dijo. 

—Si, cierto. —Jeremy deseaba desaparecer.

—¿Qué querías hablar conmigo? —Él suspiró en silencio, para no mostrar su cara afligida le pasó por un lado y sin establecer contacto visual le dijo: 

—Ya no recuerdo lo que te iba a decir, lamento haberte interrumpido. —Se dirigió a la biblioteca a buscar su portafolios. Lauren se quedó un par de segundos en la sala, pero ya había visto su afligido rostro, ello le inquietó, entonces fue detrás de él, lo alcanzó en el estudio.

—¿Qué te sucede? —Le preguntó. 

—Nada ¿Por qué lo preguntas? 

Lauren se acercó y lo miró fijamente a los ojos, Jeremy odió que hiciera eso.

—Algo te sucede, no puedes negármelo. —Él con una voz gruesa y mandona respondió:

—Ya te dije que no me sucede nada. —Lauren caminó despacio hacia él y se paró al frente, él la observó, ella tenía la cara como de una niña con los ojos muy grandes y las mejillas pecosas. 

—Sé que algo te sucede, conozco tu rostro afligido, sé cuando estás triste. —Él arrugó el ceño. 

—¿Qué te hace pensar eso? no me conoces en realidad, de eso estoy seguro.

—Conozco esa mirada  —De pronto levantó la mano y tocó su mejilla, puso una mirada comprensiva—. Me recuerda esa noche.

Jeremith la miró por un segundo, luego sus ojos volvieron a esconderse 

—¿Cuál noche? sabes que no recuerdo nada que tenga que ver contigo. —Ella se entristeció. 

—La noche que desapareciste, estabas muy afligido por tu madre. 

—¡¿Mi madre?! —Levantó la mirada, se inquietó.

—Querías ir a verla porque estaba enferma, pero tu abuelo se opuso.  —Jeremith se estremeció.

—¡¿Qué estás diciendo?! ¿Dónde se supone que estaba mi madre? Nunca he sabido de su paradero.

—No lo sé, días antes de nuestra boda me dijiste que me la ibas a presentar, dijiste que teníamos que vernos con ella sin que tú abuelo se enterara.

—¡¿Me estás diciendo que tuve contacto con ella?!

—Si, de hecho yo no sabía que te habían separado de ella cuando eras un niño, jamás me dijiste eso, actuabas como si siempre la hubieras tratado. Después de tu supuesta muerte fue que me enteré que tenías años buscándola. —Jeremy se dijo dentro de sí:

"Encontré a mi madre y no la recuerdo, tampoco la recuerdo a ella."

Se afligió aún más.

—¿Y mi hermano?

—No me hablaste mucho de él.

—Tengo un hermano, mi abuela me lo dijo antes de morir.

—¿Por qué te separaron de tu hermano?

—Ella intentó decírmelo, pero murió, y mi abuelo jamás quiso que yo supiera en donde estaban ellos… aunque encontré a mi madre, pero ahora no recuerdo nada. —Se metió los dedos entre el cabello.

Jeremith recordó el día que su madre se marchó, ella estaba llorando.

FLASHBACK 

Un auto negro aguardaba por ella al frente de la casa, Pamela se inclinó para besar la mejilla de su pequeño. Las lágrimas bañaron el rostro de la joven mujer, Jeremy era muy pequeño, aún no tenía cuatro años, pero tenía grabado en su mente la voz y el aroma de su madre. Ella lo besó y sonrió a pesar de que su rostro estaba mojado de lágrimas. 

—Nunca olvides que te amo. —Ella puso la mano sobre el corazón de Jeremith y lo miró a los ojos—. Tu hermano y yo siempre estaremos en tu corazón. —Jeremy era muy pequeño para entender lo que ella le quiso decir con esas palabras, el abuelo agarró a Jeremy de la mano y lo jaló hacia así, luego habló con una voz dura.

—Largase antes que me arrepienta y te quite al otro niño. —Ella entre lágrimas respondió:

—No tiene derecho de quitarle un hijo a su madre.

—Mi heredero no crecerá en manos de una desvergonzada, de una mujer que jamás fue buena ni digna, ¡váyase! 

Después que su madre se marchó, el pequeño Jeremy esperó durante días que ella regresara. En el presente Jeremy recordaba con dolor ese día, pero no conservaba ningún recuerdo de su hermano, tal vez era un bebé en ese momento.

Jeremy estaba absorto en sus recuerdos cuando de pronto se percató de que Lauren tenía su mano sobre su corazón, se quedaron viendo fijamente a los ojos, de pronto Jeremy sintió que su alma estaba desnuda delante de ella, no podía creer que él hubiera sido capaz de contarle todo acerca de su madre, ni siquiera con Bridget que había sido su prometida durante años lo había hecho.

Jeremy estaba estupefacto, de pronto endureció su expresión y se apartó de ella, luego miró el reloj en su muñeca. 

—Se me hace tarde, tengo una junta en diez minutos. —Levantó su portafolios para marcharse, de pronto Lauren lo detuvo 

—Jeremy. —Dijo con una voz dulce.

—¿Qué quieres? —Sin previo aviso se abalanzó sobre su pecho y lo abrazó. Jeremy dio un suspiro silencioso y cerró los ojos por  tres segundos, el cálido contacto le hizo sentir un alivió  a su alma consternada, pero luego se endureció de nuevo, la apartó de sí y le dijo:

—¿A qué se debe este abrazo?

—Te abrazo porque aún conservas algo de ti... bueno, del Jeremy que conocí; en el fondo tienes buenos sentimientos. Si fueras el hombre duro que aparentas ser, no amarías a tu madre. 

Esta vez él suspiró y dejó salir lo que tenía en el pecho, Lauren puso una leve sonrisa,  aunque una gran tristeza se reflejaba en sus ojos, pues la noche anterior había sido rechazada por su esposo, eso era lo peor que podía sucederle a una mujer enamorada. 

Jeremy sintió un fuerte impulso de besarla, en sus adentros pensó en tomarla entre sus brazos y llevarla a un lugar apartado para estar solos, quedarse todo el día con ella, descubrí el amor que lo condujo a casarse con ella. De pronto se acercó para besarla, Lauren se quedó paralizada cuando comprendió cuál era su intención, él corazón se le aceleró y su cuerpo comenzó a temblar; deseaba ese beso, sentirlo suyo nuevamente. Jeremy dejó sus prejuicios y avanzó, de pronto ella lo evadió cuando movió su cara a un lado. Jeremy reaccionó, comprendió lo que ella acababa de hacer y le dijo:




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