Capítulo 5

5 meses después

Ya ha pasado demasiado tiempo desde que Louis abandonó la mansión sin razón aparente o eso es lo que creen todos, si supieran que no quiere verme a mí o su hijo, la señora Carmen está triste ya que es noche vieja y su único hijo no esta con ella para celebrarlo, los dolores y caprichos del embarazo son presentes y cada mirada mal dada de parte de toda la familia Borja, me es incómodo para realizar mi trabajo, Sofía se ha empeñado en que descanse, ya que no me falta mucho para dar a luz, y decidí darme la sorpresa de saber el género de mi bebé.

-¿Loren, puedes ir al mercado, porfavor? - pide Sofia

-Claro, no hay ningún problema - digo sonriente

Ya que prácticamente me ha prohibido hacer trabajo fuera de la casa, porque teme que me pase algo, y es comprensible, y más con lo despistada que llego a ser.

-¡Ve con cuidadito! - grita Sofia desde la cocina

Con la lista de lo que debo comprar, me dirijo al mercado. Tomate, cilantro, aguacate, papa, lechuga… ¿Qué me falta? Embobada en mis pensamientos, no me percate del chico con el que me golpee, de no ser por una mano que me sujeto de la caída, terminado echa ensalada.

-Gracias - le digo al hombre que me ayudo a no caer - Y perdón, estaba distraída

-No hay de que - y me fije, ojos castaños claro, cabellos castaños, piel morena y una sonrisa en su rostro

Hierba mala nunca muere. Fui girada bruscamente por el mismísimo Louis Borja, genial, nótese mi sarcasmo, quede estupefacta con solo mirarlo, y algo tenía claro, en mí ya no hay sentimentos de amor hacia él; me solte de su agarre, quedando de cara a él.

-¿Tan jodido estas, que tienes que venir a fastidiarme? - dije, pero volvió a tomarme con brusquedad, acercándome a él 

-No vuelvas a hablarme asi, ¿Queda claro? - dice apretando su agarre en mi brazo

-Dejala en paz, ¿Quién te crees que eres para hablarle asi a una mujer? - dice el sujeto de antes, ¿Aún no se va?

-No es de tu incumbencia - dice Louis - Loren, nos vamos - y jala con fuerza de mi brazo

-Sueltame, me estas lastimando

Su agarre se suaviza, pero no me suelta y continúa jalando de mí, para que le siga; caminamos uno al lado del otro, y no es por gusto, es porque siento que me quiere arrancar en brazo, no pronuncia palabra alguna, y la unica duda que inunda mi cabeza es ¿Porqué?

-¿Por qué haz vuelto?

-… Por... Mi madre - responde

-¿Porqué me haz tomado de esa forma? 

-¿No te queda claro que no te quiero ver cerca de nadie? - dice con obviedad

-No eres nadie para decirme que hacer y que no