Mi bella traición

Capítulo 21

30 de Junio del 2018.

 

Repaso mi imagen por el espejo de mi habitación. Llevo puesto un vestido azul cielo de tirantes, con un poco de escote. El largo da un poco arriba de las rodillas. Mi cabello lo llevo peinado en un pequeño recogido, con algunos mechones sueltos.

Procedo a ponerme un poco de perfume antes de tomar mi bolso que se encuentra en uno de mis cajones. Hoy es el día en que mis alumnos se gradúan de la secundaria —algo que no les pude quitar a mis alumnos es eso de dejarlo todo a última hora. Como pedirme ser su madrina días antes de su graduación —. El día de hoy los voy a acompañar en la misa de acción de gracias, para después dar lugar a la cena.

Para el nueve de Julio va a haber otra ceremonia religiosa, solo que en esa asiste toda la generación para después entregar certificados y reconocimientos.

—Pero que amigas tan guapetonas tengo —rio al escuchar la voz de Leire. Estaba tan concentrada en mi apariencia que no me di cuenta del momento en que entró. Ella se encuentra recargada en el marco de la puerta. Lleva puesto un vestido azul marino pegado al cuerpo con magas largas, pecho y espalda descubierta. Muy por encima de las rodillas. Su cabello lo lleva suelto planchado, con un partido de lado.

—Ya me encuentro lista —procedo a salir una vez que tomo mi bolsa. Mi amiga me detiene al pasar por su lado. Calla unos segundos para meditar lo que me va a decir —. ¿Qué sucede?

— ¿Va asistir Joel? —me pregunta con completa seriedad. Mis alumnos en agradecimiento me ofrecieron otros dos paces, por lo que invité a Leire y a su novio Mauricio.

—Es el padrino, claro que va a estar —esa es otra de las sorpresas que me dieron mis alumnos. También le pidieron a él que fuera su padrino junto conmigo.

—Celia, promete una cosa —alzo una ceja —. Si Joel quiere dar el siguiente paso, acéptalo —miro a donde se encuentra uno de mis libreros. Ese donde se encuentran los libros que me había regalado Santiago —. Él te quiere, eso se nota a leguas. Ya no rechaces a las personas que te quieren —trato de regular mi respiración, para de esa manera evitar que las emociones se desborden —. Sé que aun piensas en él, pero ya no va a regresar y tú tienes que seguir adelante.

—Te voy a ser sincera, ya que tú eres la única que conoce toda la historia —me llevo el pulgar a la boca —. Me atrae Joel, me siento cómoda a su lado. Es guapo, caballeroso, inteligente. Y algunas veces me pregunto que se sentirá estar entre sus brazos, que me tomara de la mano e incluso que me besara —mi amiga abre los ojos al escuchar semejante confesión —. Pero siento que traiciono a Santiago.

—Ustedes dos terminaron hace meses —me recuerda —. Ya no te encuentras traicionando a nadie.

—Siento como si algo me atara a él —abanico mis ojos para de esa manera evitar que las lágrimas estropeen mi maquillaje —. Supongo que me hace falta más tiempo.

—Más tiempo, y más citas —tira de mi brazo para salir de la habitación rumbo al jardín, que es donde se encuentra Mauricio en su auto —. Dale una oportunidad a Joel, sé que lo merece.

**

Una vez pasado la ceremonia religiosa, los abrazos y fotos. Todos nos encontramos en espera de la cena en la terraza en compañía de la música. En nuestra mesa se encuentra sentado Joel, en compañía de otros maestros.

— ¿Ves a esa tipa que va vestida con un tono de color caramelo? —Leire me jala del brazo con brusquedad mientras apunta a una mujer que se encuentra sentada con un chico a tres mesas de distancia.

—Sí, ¿Qué con ella?

—En toda la misa no me dejaba de ver al igual que una leona —bufa —. Por lo visto creía que iba a bajarle a su novio. Ja, como si eso fuera posible —ríe sin dejar de mirarla —. A mi ojitos pajaritos no lo cambio por un floripondio como lo es ese —lo dice tan bajo para que no la escuche Mauricio. Por lo visto él no está enterado del apodo que le puso mi amiga años atrás.

—Solo defendía a su hombre.

—Hasta se estaba tomando selfies dentro del templo —saca su celular para imitarla —. Ya me la imaginó: hashtag aquí en misa. Hashtag Martínez. Hashtag una perra me quiere bajar a mi novio.

—Mejor dedícale algo de tiempo a tu chico —miro hacia el otro lado y descubro que Joel no me ha quitado la mirada de encima.

—No te lo había dicho antes, pero luces bellísima —no puedo evitar sonrojarme al escucharlo decirme eso. Casualmente los dos quedamos juntos en la mesa. Mientras mi amiga se encuentra tomándose fotos con su novio.

—Gracias, tu tampoco luces nada mal —evito hacer contacto con la mirada al ver que no me despega la mirada de encima —. Bastante guapo —Leire voltea al igual que la niña del exorcista al escucharme decir eso. Joel sonríe con naturalidad al escuchar eso. Unos hoyuelos se le forman en sus mejillas —. Si, bastante guapo.

Debo seguir adelante con mi vida. No puedo seguir lamentando algo que ya ha quedado en el pasado. Joel es una persona bastante atractiva, lo noté cuando entré a trabajar en la escuela. Solo que me obligaba a mí misma a sumirme a una abstinencia innecesaria.




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