Mi corazón no te pertenece

9 Conversación en el jardín

Alan le hizo reproches a Megan por su comportamiento, todos los demás se quedaron callados.

—Lo que hiciste en el comedor con la esposa de Jeremith fue de muy mal gusto.

—¿Acaso no es cierto? Viste sus fachas.

—No era el lugar ni el momento, avergonzaste a Lauren y nos pusiste a todos en una situación muy incómoda. También hiciste que Jeremy se enojara.

—¿Quieres que pida disculpas por decir la verdad? —Alan no respondió, pero mantuvo el ceño fruncido. Megan agregó:

—En cuanto a Jeremith, se lo merece, nadie lo mandó a casarse con una mujer como Lauren, él tenía una novia hermosa, que pertenece a nuestra clase, pero la cambió por una mesera que no sabe ni vestirse. —Vera intervino.

—Alan tiene razón, debiste guardar tus palabras, Megan; Lauren no tiene la culpa de que existan reglas tan estrictas y casi ridículas en esta mansión. —Megan respondió con enojo.

—Deberían agradecerme, al menos esta noche vamos a comer en paz, sin esa mujer molestando en la mesa.

Después de la cena Megan buscó a Jeremith en el estudio. Se acercó a él despacio y le habló con un tono de voz lento y apaciguado.

—Jeremith, sé que estás enojado conmigo, pero debes entenderme; mira el espectáculo que hizo Lauren con sus fachas, no debiste llevarla así al comedor.

—Fue la tía Vera la que insistió en que Lauren estuviera presente en la cena. Pero en realidad el espectáculo lo diste tú, como si no pudieras tener tu bocota cerrada.

—Alguien debe enseñarle a tu esposa a vestirse y a comportarse. Al parecer te casaste con mona chita, ahora a todos nos toca pasar vergüenza. Imagínate cuando tengas que llevarla a un cóctel de negocios o a un agasajo con los inversionistas. Lauren no sabe vestirse ni comportarse. —Jeremith le habló con dureza.

—Mientras Lauren viva en esta casa, yo soy el que voy a corregir sus actitudes y su manera de vestir, no vuelvas a meterte con ella, te lo prohíbo.

—¿Vas a dejarla vivir aquí? ¿Quieres que siga haciéndote pasar vergüenza?

—Eso no se repetirá, mañana mismo la enviaré a comprarse un nuevo guardarropa.

—No tienes por qué comprarle nada, sólo échala de tu vida, no olvides que Bridgette llegará pronto a reconciliarse contigo.

—Déjame en paz.

—No olvides que ahora eres el presidente de Remington Deluxe, ¿Cómo se supone que una vulgar mesera será tu esposa? Es Bridgette quien debería serlo.

—Por supuesto que Bridgette lo será, que de eso no te quepa alguna duda; pero Lauren se quedará en esta mansión hasta que ese asunto de la boda sea esclarecido, después anularé el matrimonio.

—No olvides que Bridgette llegará en unos días.

—Lo tengo muy presente, no veo la hora de tenerla frente a mí, quiero recuperarla. —Megan sonrió.

—Así será hermano, Bridgette te ama y comprende que todo esto ha sido una confusión, su amor es genuino, no como el de Lauren, solo desea tu dinero.

—No sé qué pensar de Lauren, parece ser una chica muy inocente.

—Que no te confunda su apariencia, es una arpía.

—Basta ya, no necesito que te comportes como si fueras el abuelo.

—Solo intento cuidarte.

—No necesito que lo hagas, ya soy grande y puedo cuidarme a mí mismo.

—Aún no sabes si ella estuvo involucrada en tu secuestro. —Jeremith apretó los labios.

—Ya, no sigas. Lárgate.

—Te dejaré en paz, pero por favor, piensa en Bridgette y no dejes que la cazafortunas te envuelva de nuevo en sus tentáculos, tiene apariencia inocente, pero no sabemos quién es en realidad ni cuáles son sus intenciones.

***

En la noche, Vera salió al jardín y encontró a Alan fumando un cigarro, todo estaba silencioso, excepto el murmullo de la noche que impregnaba en el ambiente.

—Hola hijo.

—Hola mamá.

—No sabía que estabas aquí, espero no interrumpir.

—No te preocupes, solo estaba pensando en algunas cosas queJeremith me dijo.

—¿Qué cosas?

—Me propuso que me quede, quiere darme la vicepresidencia.

—¿Qué le dijiste?

—Le dije que no, mi hija está esperándome en Italia, no puedo dejarla, y traerla a Estados Unidos sería apartarla de los seres que ama.

—Chiara se pondría muy triste si no vuelve a ver a su madre o a todos en casa.

—Pero ya sabes cómo es Jeremith, tengo una vida en Italia y no lo entiende.

—Jeremy es como tu abuelo, para él las empresas son más importantes que la misma familia… o el corazón.

—Aunque por algunos meses le dio la prioridad a sus sentimientos y se casó con Lauren.

—No creo que hayan sido sus sentimientos, fue ese accidente de avioneta que lo dejó mal de la cabeza y comenzó a hacer locuras —Vera habló con tono de lamento—. Pobre Lauren, ser rechazada por su propio esposo, debe ser muy duro.




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