Jeremith llegó a la sala y se topó con Hans, escondió su cara para que él no viera sus ojos llorosos, pero detrás venía Lauren, a Jeremith le fue imposible evadir su mirada, sus ojos se quedaron paralizados con los de ella.
Hans le dijo:
—La señora se encontraba en el jardín, hace frío, pero a ella le agrada.
—Está bien Hans, puedes retirarte.
—Con permiso.
Jeremith escondió la cara de Lauren, para desviar su atención hizo una pregunta tonta.
—¿Dónde estabas? Te busqué en tu habitación y no te ví.
—Hans te lo dijo, estaba en el jardín. ¿Qué querías hablar conmigo?
Él suspiró en silencio, siguió sin mostrar su cara afligida.
—Ya no recuerdo lo que te iba a decir, lamento haber interrumpido tu mañana.
Se dirigió a la biblioteca a buscar su portafolios. Lauren se quedó en la sala, pero había notado su afligido rostro, ello le inquietó, entonces fue detrás de él y lo alcanzó en el pasillo.
—¿Qué te sucede? —Le preguntó.
—Nada ¿Por qué lo preguntas?
Lauren lo miró fijamente a los ojos, Jeremith odió que hiciera eso, tenía serio el rostro.
—Algo te sucede, no puedes negarlo.
—Si me sucede algo o no, eso no es tu asunto, no eres nadie en mi vida.
Ella caminó despacio hacia él y se paró al frente, él observó su cara, como de una niña con los ojos muy grandes y las mejillas pecosas.
—Sé que algo te sucede, sé cuando estás triste. —Él arrugó el ceño.
—¿Qué te hace pensar eso? no me conoces en realidad.
—Conozco esa mirada
De pronto levantó la mano y tocó su mejilla.
—Me recuerda esa noche.
—¿Cuál noche? sabes que no recuerdo nada que tenga que ver contigo. —Ella agachó la mirada.
—La noche que desapareciste, estabas muy afligido, me hablaste de tu madre.
—¡¿Mi madre?! —La miró fijamente.
—Querías ir a verla, me dijiste que estaba enferma, pero tu abuelo se opuso, no te dejó usar su avioneta. —Jeremith se estremeció.
—¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Dónde se supone que estaba mi madre?! Jamás he sabido de su paradero.
—No lo sé, días antes de nuestra boda me dijiste que me la ibas a presentar, me dijiste que teníamos que vernos con ella sin que tú abuelo se enterara.
—¡¿Tuve contacto con ella?!
—Si. Nunca me dijiste que te habían separado de ella cuando aún eras un niño. Fue después de tu supuesta muerte que me enteré que tenías años buscándola. —Jeremith se dijo dentro de sí:
"Encontré a mi madre y no la recuerdo, ¡tampoco la recuerdo a ella!"
Se afligió aún más.
—¿Y mi hermano? ¿Estaba con ella?
—No sabía que tenías un hermano.
—Te hablé de ella y no te dije nada de él?
—No, jamás lo mencionaste.
—Tengo un hermano menor, mi abuela me lo confesó antes de morir.
—¿Por qué te separaron de tu hermano?
—Ella intentó decírmelo, pero murió, y mi abuelo jamás quiso que yo supiera en donde estaban ellos, solo me dijo que mi hermano quizás había muerto… no puedo creer que encontré a mi madre, pero ahora no recuerdo nada. —Se metió los dedos entre el cabello.
Recordó el día que su madre se marchó de la mansión, ella estaba llorando.
FLASHBACK
Un auto negro aguardaba por ella, Pollet se inclinó para besar la mejilla de su pequeño. Las lágrimas bañaron el rostro de la joven mujer, cuando eso sucedió, Jeremith era muy pequeño, solo tenía cuatro años, pero a pesar de los años que habían transcurrido, él tenía grabado en su memoria la voz y el aroma de su madre. Recordó cuando ella lo besó y sonrió a pesar de que su rostro estaba mojado de lágrimas.
—Nunca olvides que te amo. —Ella puso la mano sobre el corazón de Jeremith y lo miró a los ojos—. Tu hermano y yo siempre estaremos en tu corazón.
Jeremith era muy pequeño para entender lo que ella le quiso decir con esas palabras, el abuelo agarró a Jeremith de la mano y lo jaló hacía así, luego habló con un tono de voz cargado de arrogancia.
—Largase antes que me arrepienta y te quite al otro niño, aunque está enfermo. —Ella entre lágrimas respondió:
—No tiene derecho de quitarle un hijo a su madre, usted no quiere a ninguno, se queda con Jeremith porque le conviene.
—Él se queda conmigo porque es un verdadero Remington, no un desvalido como Logan. Mi heredero no crecerá en manos de una desvergonzada como tú, de una mujer que jamás fue buena ni digna, ¡váyase!
Después que su madre se marchó, el pequeño Jeremith esperó durante días que ella regresara a la mansión, pero eso no sucedió, Jeremith creció y se hizo cada vez más fuerte, su abuelo lo preparó para que fuera él quién se hiciera cargo de la familia cuando él viejo partiera de este mundo.