Una semana más, aun no logro sacarme a Alexa de la cabeza, pero ya no con la misma curiosidad de antes, ahora la recuerdo vagamente, pero es algo que pasa cuando conoces a alguien de esa manera, no se puede esperar más, así que no me queda más que olvidarme de aquello.
Ya tan pronto es lunes otra vez, las cosas van como normalmente, mi fastidioso y buen amigo Víctor, como siempre haciendo de las suyas, me impresiona ver cómo llega a viernes y el con el mismo humor de siempre, es como si amara este trabajo.
-oye, necesito una mano.
Oh, rayos, siempre que pone una cara como esa, siento que pedirá algo que no me gusta, pero como es de esperar, es seguro que al final diré… SI
--Dime, de que se trata, no me salgas con que iremos de fiesta y esas cosas, ¿sabes lo que paso en la fiesta anterior, verdad?
Exacto, esa cara, la cara que pone cuando he adivinado de que se trata aquel favor, esa sonrisa que se forma de lado a lado, y las cejas moviéndose tan tontamente.
--Ok, (con un suspiro por delante) a donde iremos.
-Bueno, lo que pasa es que hay una fiesta a la que me invitaron, pero necesito de tu ayuda, quiero que me acompañes, no es gran cosa, Por favor.
-…
-Sé que no te gustan este tipo de cosas, pero es un favor que solo tú puedes hacer, se lo pedí a Max, pero él no quiere, me salió con que su novia se molestaría, y pues como somos los únicos tres o más bien dos solteros, sin novia ni esposa,pues... Oye sabes que no se lo puedo pedir a alguien más del departamento, y tú eres mi único amigo. Además la chica que me invito llevara a una amiga, y no quiere que ella este sola.
-- Déjame lo pienso un poco, mmm…
--No, no puedo. –Que, no por favor, no puedes hacerme eso.
--Nunca mencionaste chicas, sabes lo que paso la última vez con… -Y vuelves con el mismo tema, ya supéralo, no porque pasara una vez, significa que volverá a pasar otra vez.
Bueno, tiene razón, ya llevo un tiempo con el mismo tema, es como si fuera un adolecente que no supera a su primer amor.
--Ok, vamos entonces.
-Genial, sabía que podía contar contigo, entonces me esperas en la salida.
--¡Como! ¿hoy?
-Sí, hoy. Pasaremos por las chicas, nos estarán esperando.
--Bien, vamos entonces, tengo trabajo pendiente, pero aún tengo hasta el viernes para entregarlo, espero tú también tengas poco trabajo por hacer.
-Claro, ¿porque te pediría ir de fiesta si tengo una pila de pendientes? Sabes que soy muy responsable.
--Bueno, te creo, entonces esta echo.
Dieron ya las 7: 15 y Víctor ya estaba esperando por mí, guarde lo que tenía que guardar, ordene mis archivos y escritorio y bajamos al estacionamiento, donde por cierto se encontraba el auto de Víctor, que por cierto es un súper auto, algo que para mí es imposible conseguir, ya que no provengo de una familia adinerada como el, mi familia es de lo más humilde que se puede conocer. Bueno, no exageradamente, pero no somos una familia que pueda disfrutar de ciertos lujos, pero eso no es lo importante ahora.
--¿Porque en tu auto? ¿Es tan lejos acaso?
-Sí, la fiesta está casi a mitad de ciudad de distancia. Lo que significa, que volveremos tarde.
Y pensar que alquile un departamento lo más cerca posible de mi trabajo, solo para no tener que viajar distancias muy largas todos los días, y ahora resulta que tengo que viajar hasta mitad de ciudad para cumplir un favor. Para lo que me gusta salir de casa; La verdad es que no entiendo como a muchas personas les parece de lo más genial salir de aquí para allá, cuando pueden ir directamente a casa, darse un baño, prepararse una rica cena o pedir comida a domicilio, encender el televisor y acostarse tan cómodamente y quedarse dormido hasta el siguiente día. Pero no, nada podía hacer, él es mi único amigo, y una promesa es una promesa. Aunque para eso deba sacrificar mi comodidad.
--Ok, vamos entonces.
Y como se dijo se hizo, nos pusimos en marcha en dirección a la colonia donde se supone recogeremos a las chicas, llegamos a una casa que más que casa parecía una mansión, donde recogimos a la chica que al parecer era por la cual Víctor me hizo tener que venir.
-Hola, me alegra que si tuvieras tiempo de venir, Víctor. Y mucho gusto chico guapo, soy Eliza, ¿tú eres?
-Hola, Eliza, los presento. Eliza él es mi buen amigo Daniel, Daniel ella es Eliza.
--Hola, mucho gusto, es un placer conocerla.
-Mucho gusto, soy Eliza, y por favor, no me hables de usted que apuesto tenemos la misma edad si no es que soy menor que tú.