-Digamos que estoy exagerando, pero ella debe entender que a veces no es tan agradable hablar del trabajo. Necesito olvidar todo lo relacionado al trabajo, me entiendes, ¿Cierto?
--Claro que te entiendo, tenemos el mismo trabajo, no con exactitud, pero es para lo mismo.
-Gracias.
Mirar su linda sonrisa y al mismo tiempo querer besarla, son impulsos que cada vez me cuestan más trabajo controlar, pero si quiero hacer las cosas correctamente tendré que contenerme un poco más. La amo y lo correcto es esperar, aunque para otros esto sea cosa de abuelos, para mi es ellas es alguien importante y aunque tenga que parecer un anciano, esperare, esperare hasta que sea momento en el que pueda con seguridad abrazarla y besarla.
-Vamos es hora de ir a casa, dime, ¿quieres que te lleve?
--Gracias, pero iré solo, tengo algo pendiente por hacer. Gracias pero adelante, tienes que ir a casa.
-Ok, me voy entonces.
--Ve con cuidado y ten una buena noches.
-Igual, linda noche, Dani.
Sin más decir, ambos tomamos nuestros caminos, aunque ambos nos dirigíamos a la misma avenida, al final de aquella calle, ambos iríamos por direcciones diferentes. Pero antes de eso, antes de llegar al semáforo que se encontraba antes de la gran avenida, el coche de Alexa retrocedió unos metros atrás, justo dónde donde yo estaba. Bajando al mismo tiempo la ventanilla que se encontraba cerrada.
-Te llevare a casa, sube.
--¿Estas segura?, deberías ir a casa, es muy tarde y un tienes que manejar estando cansada, además vives de lado opuesto, ¿no será problema para ti?
-Tú no te preocupes por eso, sube.
--De acuerdo, vamos entonces.
Alexa me dejo en la entrada, y una vez más nos despedimos. Ella ya a una distancia de más 3 metros, saco el brazo y la agito, despidiéndose una vez más. Y como es normal, respondí con lo mismo hasta ver como su auto desaparecía en lo profundo de la noche.
--Buenas noches, Alexa.
……..
Ya casi es sábado, y Alexa está más ocupada que nunca, nuestros encuentros cada vez son más cortos, incluso vernos se ha vuelto algo imposible, ella rara vez sale de la oficina, y si lo hace es solo para salir con el director a dar una vuelta. Aunque los mensajes no faltan, siempre estamos en comunicación, pero eso a veces es un tanto… llega a ser insuficiente, al menos lo es para mí.
-¡Daniel!
--Sí, que pasa Ximena.
-Alguien te busca, es una señorita muy normal, dice que quiere hablar contigo, le pregunte su nombre, pero solo me dio su apellido.
--De quien se trata, dime.
-Dice que se trata de la Vega.
--¡Qué dices! ¡ Vega!
-De quien se trata, la conoces acaso, ¿Dani?
--Ho, Víctor, no te vi llegar, hola.
-Llevo un rato parado detrás de ti, como es que no te diste cuenta.
--Jajajaja, perdón, estoy un poco distraído. Ximena, por favor, puedes decirle que espere un segundo, ahora bajo.
-Claro, bueno, me retiro.
--Gracias.
-Entonces, la conoces acaso. Bueno después de cómo has reaccionado, es un hecho.
--Y ahora qué hago, no quiero ver a esa chica.
-¡Bueno hombre! ¿No piensas decirme de una vez quien es ella?
--Es una exnovia, pero está loca, no deja se perseguirme.
-A que te refieres, tienes que decirme de que trata.
--Bueno, ella es una chica con la que salí en mis años de preparatoria, pero después de encontrarla besándose con un compañero de clase, termine con ella, pero no deja de molestarme, me siguió en universidad y ahora ha venido aquí.
-Y porque no simplemente la mandaste a casa.
--¡Estás loco! Estaría cometiendo un gran error. Ella está completamente loca, haría un gran alboroto en la oficina.
-Wow, entonces sí que está loca.
-- Ya vengo, si alguien me busca, por favor diles que tome mi hora de almuerzo.
-Pero… vas a tardas, ¿tan loca esta como para retenerte tanto tiempo? Bueno, te deseo suerte.
--Gracias.