-¿Vendrás mañana también?
--Si, seré el primero al que veas al salir del hospital.
-Ok, aquí te veo entonces.
Nos despedimos con un beso, un abrazo que me pareció fue muy corto, tal vez el no verlo hasta la mañana siguiente me hacía querer abrazarlo por más tiempo, y quizá por esa razón es que aquel abrazo me pareció muy corto, tome su mano y le pedí un poco más de su calidez.
-No quiero que te vayas, quiero tenerte aquí por un poco más de tiempo, me gusta sentir tu cálida espalda frotar mi rostro. Quiero sostenerte así eternamente.
--Alex, amor. Solo será un día, volveré mañana una vez que ya te hayan dado de alta. No hay de qué preocuparse.
-Pero… no estoy preocupada, solo no quiero separarme de ti, incluso siendo mañana, me parece eterno el tiempo que debo esperar.
--Tranquila, veras que más tarde sentirás como pasa el tiempo, solo se paciente, lee un poco o si gustas incluso puedes ver una película.
-Sí, hare eso, pero promete que vendrás.
--Lo hare, no tienes por qué dudar de mí, veras que estaré fuera esperando por ti.
Mis manos no querían soltar a Dani, quería seguir sintiendo su tan cálida espalda. Su tan tranquilo aroma, aquel aroma que tanto amo. Mi rostro seguía tocando su calidez, mientras mis manos lo rodeaban. El al mismo momento volteo inclinando la cabeza, su hermosa sonrisa e inmediatamente un tierno beso.
--Bien, tengo que irme, recuerda que no puedo estar cerca.
-De acuerdo, ve. Te amo.
--Igual, te amo mucho.
.....
Hoy es el día, hoy saldré de este lugar, por fin seré libre, estoy tan emocionada, saliendo de este lugar, seré feliz, nos iremos lejos, donde nadie nos podrá encontrar, seremos por fin felices.
Las enfermeras me han ayudado, ya no tengo cables colgados por todo mi cuerpo, mis heridas ya no duelen, tengo ambas muñecas vendadas, pero eso ya no es problema, ya que en poco tiempo veré a Dani, nos iremos tan lejos que nadie sabrá nuestro paradero, cambiaremos nuestros nombres, todo sobre nuestro pasado será un mito.
Me he cambiado lo más rápido que he podido, mi padre aun no llega, Dani quedo en estar frente al hospital esperándome. Bajo por el elevador, las puertas se abren, puedo notar mi gran sonrisa cada vez que doy un paso a la entrada del hospital.
Lo veo, el está ahí, esperando por mí, me sonríe tan gentilmente, le grito. -¡DANI!, el gira hacia el lado contrario, un coche se detiene frente de él, me quedo pasmada después de ver quien iba dentro de aquel coche, Daiana me sonríe tan sínicamente. Dani pronuncia algunas palabras, pero solo veo como sus labios se mueven, yo aun con la mano por los aires, aun sin entender qué diablos estaba pasando. Mi cuerpo no responde, el shock me tiene tiesa como un pedazo de hielo. Mis ojos se humedecen, intento correr, y Víctor aparece frente a mí antes de caer al suelo. Me dejo caer, pero aquel coche ya se ha ido y en él ha ido Dani, me levanto con las piernas entumecidas aun, sin poder pararme, lo intento una vez más, logro mantenerme en pie, corro tan rápidamente, los tacones están tirados en la calle y con los pies descalzos corro detrás de aquel auto, que ha desaparecido, ha desaparecido y en el Dani, desapareciendo con solo unas palabras que no alcance a entender.
-¡NOOOOOO! DANIIIII PORQUE ME HACES ESTO.
Caigo al piso, a mitad de la calle, con las rodillas todas ensangrentadas por el pavimento todo desgastado. Víctor intenta sostenerme. Pero me es imposible entender lo que mis ojos han visto justo ahora, no puedo soportar esa horrible escena.
-¡No, porque Dani! porque me haces esto justo antes de que pudieramos ser felices, porque me abandonas, ¡PORQUE!
-Detente Alex, todo el mundo te está viendo.
-¡ME VALE UN CARAJO EL MUNDO ENTERO! Dime Vic, porque Dani me ha hecho esto, ¡porque!
-Prima detente, tiene que haber una explicación para todo esto. Pero por favor levántate, recuerda quien eres.
Aun el tirada en el pavimento, con el maquillaje ya escurrido por todo el rostro, Víctor intentaba levantarme, pero mis piernas no respondían, quería saber porque las cosas llegaron a ese punto, porque todo aquello que soñamos se fue al carajo en cuestión de segundos.
Después de un rato, mi padre llego, me miro, no dijo nada, solo agacho la mirada. Miro a Víctor y el respondió a su mirada.
-Vamos prima, tenemos que ir a casa, ya nada podemos hacer y lo sabes.
-No, no es así, él no me haría algo así.
-Entiende, incluso yo me sorprendí cuando subió al auto. Nunca pensé que el haría tal cosa.
Víctor me ayudo a subir al auto, mi padre ya llevaba rato que se había ido de aquel lugar al igual que Dani, me puse el cinturón, Víctor subió y arranco el motor, mis ojos se inundaban, miraba por el retrovisor y nuevamente las lágrimas fluían incontrolablemente. Quería que pararan pero no era posible, al recordar cómo veía aquel coche desaparecer frente a mis ojos.
Siento la mano de Víctor tocar la mía, volteo a verlo y con una gran sonrisa me dice.
-Todo estará bien, tranquila.