~III~

__´´no huyas de mí, dulce ángel, estar en mi infierno no es tan malo. Deja el miedo y anímate a arder´´__ //Manuel Ignacio//

Capitulo tres

Curiosidad

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ellos se miraban directo a los ojos, con sus manos aun unidas.

-Y bueno, ¿Qué haces por aquí? - ella alejo su mano y cuando iba a hablar él lo hizo- a pesar de tener curiosidad.

-Quería salir, conocer- se encogió de hombros ya se sentía más relajada, sentía que podía confiar en él, aunque el fuera un demonio. Se dio la vuelta y se volvió a sentar.

El sonrío, ella era más fácil de engañar de lo que pensó. El copio la acción del ángel, se sentó al lado de ella, recogió sus alas.

-Interesante- dijo con una falsa emoción y una sonrisa falsa.

- ¿Por qué? - ella dijo sin dirigirle la mirada.

- ¿Qué? - pregunto el confundido, volvió a verla y ella tenía la mirada perdida.

- ¿Por qué te acercas a mí?, dices que no me quieres hacer daño, entonces por que estas aquí, junto a mí, los dos sabemos que no somos seres que se puedan relacionar- ella lo miro directamente a los ojos y por primera vez en mucho tiempo, se sintió intimidado.

-Solo me dio curiosidad, no es muy común ver a un ángel en un lugar como este, ¿sabes que estos lugares son muy peligrosos? - ella sonrío, él no se había dado cuenta de algo.

- Que me hablaras no solo fue curiosidad, esa no era tu intención conmigo- el entrecerró sus ojos, como ella podía estar tan segura y sobre todo tener tanta razón.

luego recordó algo que su padre había dicho una vez.

-fíjate en los ojos, el ángel que tiene los ojos color avellana tiene un poder, pueden llegar a ser muy frágiles, pero pueden llegarte a manipular mentalmente- dijo mi padre mientras tenía un libro en sus manos.

- ¿qué quieres decir con eso? - no entendía absolutamente nada.

-esos ángeles tienen el poder de leer tu mente, de manipularte. si, pueden ser muy frágiles, pero su mayor virtud es controlarte de esa manera- mi padre aparto la mirada del libro para mirarme- ellos no solo son frágiles físicamente, también lo son mentalmente. ¿sabes? ...- él se acercó a mi oído y me dijo ese nombre que tenía tanto tiempo de no escuchar.

-entonces, ella...- el asintió con la cabeza.

él se había quedado mirando esos ojos color avellana que tenía al frente.

-tu eres unos de esos ángeles que pueden leer la mente, por eso estabas tan confiada- ella le dio una diminuta sonrisa.

-mi poder no está del todo desarrollado, me falta mucho para aprender- se encogió de hombros y volvió su vista al frente.

si decían que esta clase de ángeles eran tan frágiles, él se iba a encargar de hacerla caer y se iba a divertir haciéndolo.

él se acercó en un rápido movimiento a ella y la tomo del mentón, hizo que sus rostros quedaran a centímetros de poder tocarse.

ella abrió los ojos en sorpresa. lo ojos de él viajaron a los lindos labios de ella...sintió la necesidad de probarlos.

se acercaron más hasta que sus respiraciones se mezclaban, sus ojos se cerraron y sus labios casi se tocaban...solo necesitaban estar un poco más cerca, para dar inicio a lo prohibido...

ellos tenían claro que no era lo correcto, que sus legiones no se podían mezclar...no, no podían besarse, si alguien se daba cuenta era el fin para uno de los dos.

Pero tal vez, ellos estaban a punto de darle inicio a lo prohibido y tal vez eso era lo que los incitaba a querer hacerlo, porque dicen que el sabor de lo prohibido sabe mejor que cualquier otro...

probar sus labios, les daría inicio a todos esos deseos oscuros que él quería cumplir...

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Espero les guste, besos llenos de azúcar.

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