Mi dulce princesa

Una semana en la guerra.

Cada vez que despierto recuerdo que debo tenerte a mi lado siempre y solo tengo un rato para estar solo: cuando voy a hacer mis necesidades.

Justo como ahora, cada vez que tomo un poco de chocolate ella está ahí, en los entrenamientos ella está ahí y solamente ha pasado un solo día. Y ahora ella está justo afuera junto con Adam y Dylan, de seguro ellos están maravillados con ella pero ella es el mismo demonio. Justo luego de regresar de la escuela por la tarde ella se comió todo mi chocolate.

-Oye Celia, ¿Sabes quién se comió mi chocolate?

-La joven princesa Señor Gabriel.

-¡¡PRINCESA!! ¿Qué no puedes comprar tu propio chocolate?

-¿El chocolate era tuyo?

-Pues claro que era mío.

-Lo chiento.

-¿Qué…?

Justo en ese momento me giré y me di cuenta de que tenía una carita de perro regañado rodeado de chocolate, mientras ella estaba tirada en el piso de la cocina con manchas de chocolate y el bote vacío. Ella se levantó en seguida y saltó encima de mí pidiéndome perdón. No sabía que la princesa sea tan pero tan mimada que toma las cosas sin pedirlas.

Okey no puedo pensar en algo mejor, ella me quitó mi chocolate y no pienso bien sin él.

-Quiero mi chocolate ahora mismo.

-Pero si me lo acabo de comer todo.

-Eso ya lo sé y quiero chocolate nuevo.

-Bueno: pero, ¿me llevas?

-Sólo faltaba eso, de verdad no puedes hacer nada sola.

 

Luego de eso simplemente me fui a comprar mis chocolates, creo que la próxima vez los pondré bajo llave.De verdada amo los chocolates con mi vida, sobretodo el chocolate blanco, muchos prefieren el amargo pero para mi tienen algo especial.

 

Regresando a hoy… Ahora disfruto de mi último respiro en el que estoy yo solo y llegó el momento... 

-Princesa, creo que no deberías estar en la puerta del WC de los hombres- Oh no, Lizbeth, mi ex, la persona que quería que jamás se acercara a ella.- O ya sé, ¿Quieres llamar más la atención?

-Liz, por favor déjala.

Ella en automático me volteó a ver, se acercó lentamente a mí y sus brazos rodearon mi cuello, mientras que yo agarraba a la princesa por la muñeca intentando no salir corriendo.

-Tu Gabriel mi amor dame un beso, no tienes que estar con ella, tú eres mío.

-Lizbeth tú y yo rompimos hace un mes, no puedes seguir así.Además te lo advierto aléjate de ella o ya sabes que es lo que haré.

-Está bien, nos vemos luego.

-Gabriel, gabriel dame un besito.

No hizo falta que me volteara para saber que era Dylan quien hablaba- Dylan ven a mis brazos- Sólo hacía falta eso para que se espantara y se alejara.

-Adam y tú tienen clases diferentes, nosotros nos vamos.

La siguiente clase es literatura, mi clase favorita, nah en realidad la detesto.

El profesor llegó y se sentó en el escritorio, sacó varios libros de un cajón, todos eran gruesos e iguales.

-Bien chicos, hay una alumna nueva, se llama Emma y viene de intercambio y por cortesía de bienvenida tendrán que leer Orgullo y prejuicio de Jane Austen y quiero un ensayo para la próxima semana, adelante a trabajar.

Luego de eso y de bastantes quejas sobre el regalo de la chica nueva, comencé a leer.

-¡Andrea!

Oh no, no otra vez por favor, yo solo quiero acabar este libro.

-¡Emma! Pero si no me dijiste que ibas a venir para acá.

-Lo sé es sólo que hubo…

-Chicas, intento concentrarme.

-Lo siento señor lector, no sabía que eso era tan importante.

-Si quieres pasar con buenas notas, sí.

-Creí que ya todo el mundo lo había leído.

-¿Ya lo leíste?

-Claro, hace años.

-Bueno, mucho gusto soy Gabriel Lewis.

-Soy Emma Victoria de Lerman Jhonson.

-Y mi mejor amiga.

Ahora no sólo tendré a una chica conmigo todo el tiempo, sino que ahora es ella y su mejor amiga.

Hoy habrá una fiesta de nuevo, espero ir yo solo; claro que con Adam y Dylan.La cosa se va a poner buena si me dejan un rato libre de torturas.

 

-MontseALS




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