Federico: eso es imposible, Esmeralda. Recuerda que también estás comprometida y ahora que las presente se pueden retirar, por favor. Necesito hablar con ellos de asuntos importantes y nos vemos después de que terminemos nuestra conversación.
Ellos se dirigen al despacho de Federico, tiempo después llegan y cuando lo hacen toman asiento y de esa manera comienzan hablar de su futura boda, mientras que sus hijas y su esposa se quedan en la sala. Amelia tenía que esperar que habían decidido y solo se imaginaba la respuesta de su prometido.
Esmeralda: esto es demasiado injusto, mamá. Porque ella se tiene que casar con él, pero la que debería hacerlo sería yo, mi hermana no merece casarte y estoy segura de que romperá su compromiso con ella, ya que nadie se casaría con Amelia por el simple hecho de que es fea, será mejor que lo entienda para que no se haga ilusiones con su prometido y solo estoy diciendo la verdad.
Amelia: mi hermana, tiene razón. Además, estoy acostumbrada a que Esmeralda me recuerde todos los días que soy fea y como me doy cuenta de que esto será algo tardado las tengo que dejar para que puedan hablar a gusto igual que siempre.
Verónica: eso sería lo mejor, hija. Esmeralda y yo tenemos que hablar de su futuro, porque muy pronto ella también se casará y sobre todo conocerá a su prometido.
Amelia: ya sabes dónde encontrarme si me necesitan, mamá. Ahora sí me disculpan, yo me retiro a mi hermoso jardín de flores y sirve que terminó de leer mi libro favorito.
Ella se sube a su recámara para ir por su libro, pero a los pocos minutos baja para poder dirigirse al jardín y como todos los días regada sus flores y después de hacerlo se sienta para comenzar a leer su libro. En cambio, en el despacho de su padre se estaba arreglando su futuro matrimonio.
Sebastián: en un mes se celebrará la boda de nuestros hijos y al fin seremos familia después de tanto tiempo que esperamos para que ellos cumplieran la mayoría de edad.
Federico: mis dos hijas son importantes para mí. Aunque no les demuestre cariño, ahora lo único que quiero es que sean felices. Solamente que siento que mi esposa consintió demasiado a Esmeralda y eso es mi culpa, yo nunca quise hacer diferencias con ninguna de ellas y me duele ver la tristeza de mi hija, por eso hace años arregle este matrimonio para ella.
Catalina: eso lo entendemos perfectamente y como padres queremos darle lo mejor a nuestros hijos. Nunca debemos de olvidar que no pueden tener todo lo que ellos quieran, siempre deben existir límites y eso precisamente debemos de enseñarles para que sean buenos hijos. Ella olvidará la tristeza que siente cuando se case con nuestro hijo.
Federico: en eso coincido con tu esposa. Seguramente tienen pensado irse este día si no me equivoco y además ya hemos terminado de arreglar el matrimonio de nuestros hijos.
Daniel: no solo vinimos a eso, ya que también nos vamos a llevar a mi prometida. Espero que no se oponga a que lo hagamos, porque de todos modos es mi futura esposa y lo será para siempre.
Federico: creo que es demasiado pronto para que se vaya, si falta todavía un mes para el matrimonio. Nada más que no tengo otra opción que aceptar que se la lleven y solo faltaría darle la noticia para que vaya preparando sus cosas.
Daniel: yo mismo hablaré con ella y de eso no tiene por qué preocuparse. Ahora necesito saber en dónde está ella para poder hacerlo.
Federico: está bien. Mi hija está en el jardín como siempre a la misma hora, precisamente ese es su lugar favorito de toda la casa, porque dice que en ese lugar encuentra mucha paz.