Mi mejor decisión

Dos. DESILUSIÓN.

Matt se encontraba en una de las oficinas de sus hoteles, intranquilo, al principio pensó que su amiga lo había citado para contarle que Christopher había logrado dejar a su esposa, era lo que se temía, él conocía las mañas del hombre, al ver los documentos supuso que se trataba de la residencia permanente en Polonia de la tía de Alice, Abey.

Pero tristemente había sido mucho más que eso, Alice estaba esperando un hijo de un hombre que no la quería, que solo la usaba.

Matt tiró los documentos con la información de Christopher.

—Es un miserable —balbuceo furioso al tiempo que golpeó su escritorio tan fuerte que se sorprendió de no romperlo—. ¿Por qué Alice? ¿Por qué de ese miserable? Yo te amo, te he amado todo esté tiempo.

Matt se sirvió un whisky de centeno y recordaba el rostro de ilusión de la mujer que amaba, al saberse embarazada del hombre al que él consideraba un miserable.

Alice escuchó el auto de Christopher y dio saltos de felicidad, se asomó y lo vio salir del auto, caminó y abrió la puerta antes de que él tocara, lo rodeó con sus brazos y lo besó.

—Vaya nena, me encanta cuando me recibes así —dijo él devolviendo el abrazo con la prisa de comenzar la actividad sexual.

—Tengo una sorpresa para ti, amor.

—¡Nueva lencería! Espero... —se adelantó Christopher a decir.

—No, amor es mucho mejor que eso —dijo aun rodeándolo con sus brazos—. Usa esto, para cubrirte los ojos.

Christopher lo dudó, no le interesaba nada que no fuera una sorpresa que involucrara actividad sexual, se imaginó que se trataba de algo especial, algo diferente.

—Ya cariño, dime de qué se trata —pidió impaciente.

—Un segundo… —pidió Alice mientras encendía las velas y cubría los exámenes con la intención de que él los descubriera—. Ya puedes quitarte la venda amor.

Christopher se quitó la venda y miró confuso, recorrió con su mirada el lugar.

—¿Qué estamos celebrando? —inquirió acercándose para observar desde cerca.

—¿No te lo imaginas? —preguntó emocionada.

—¿Tu cumpleaños? No, no, espera… ¿Un mes más? —preguntó al recordar que ella hacía algo especial cada vez que cumplían meses de su amorío.

Alice sonrió, la emoción no le permitió reconocer un detalle tan importante como el que el hombre no supiera exactamente la fecha de su cumpleaños.

—No, amor, es algo mucho más lindo e importante. Proveniente de ti y de mí, fruto de nuestro amor.

La sonrisa del hombre se esfumó, presintió de que le hablaba su amante, Alice emocionada quiso explicarle cómo descubrir de que se trataba. Fue interrumpida por su teléfono sonando con insistencia.

Alice presentía que era Matt, no quería que le echara a perder sus planes, decidió ignorar las llamadas, hasta que Christopher le pidió responder. Alice se alejó a responder el teléfono y resultó ser su tía, con quien habló unos minutos.

Minutos que Christopher aprovechó para descubrir de que se trataba la sorpresa, se sirvió un poco de jugo y levantó la caja que cubría las evidencias del embarazo.

—Esto tiene que ser una maldita broma —murmuró al leer el nombre de su amante en los exámenes y el positivo para embarazo.

Furioso revisó el resto, para comprender la realidad de la sorpresa, Alice había dejado la llamada y se dirigió a su amado abrazándolo por la espalda.

—Lo descubriste amor, felicidades, vas a ser papá, amor, vamos a ser padres —dijo mientras lo abrazaba con fuerza.

Christopher apoyó ambas manos en la mesa, furioso y confundido. Alice percibió el silencio y supo que algo no estaba bien.

—¿Qué sucede amor? No te ves feliz —preguntó ella moviéndose delante de él.

Christopher estuvo por lo menos unos minutos en esa posición, Alice pasó de estar feliz a estar preocupada, se acercó y puso su mano en el hombro de su amado.

En aquella posición su altura de 1.90 parecía disminuir.

—Dime algo amor —insistió preocupada.

El hombre se paró delante de la mujer y la recorrió con su mirada.

—Tienes 24 años, Alice, pensé, de verdad pensé que eras una mujer inteligente, ¿Qué significa esto? ¡Embarazada! ¿Estás embarazada?

—Si amor, vamos a ser padres —dijo ella aun sin comprender lo evidente.

—¿Vamos? ¿Estás loca? Como puedes ser tan ingenua, tan estúpida, ¿por qué tenías que arruinarlo? Todo era perfecto, sí, sí, todo marchaba bien, pero tenías que arruinarlo —dijo el hombre zarandeando los documentos en sus manos—. Esto lo arruina todo, dime algo, ¿te dije en algún momento que deseaba ser padre?

Alice sacudió su cabeza confundida, lo miró directo a los ojos y las lágrimas empezaron a rodar.

—¿Qué significa, Christopher no estás feliz? —preguntó abatida.

—¿Feliz? ¿Por qué demonios lo estaría? No quiero ser padre, no me interesa tener mocosos malcriados corriendo por ahí, no me interesa comprometer mi tiempo, pensé que eras diferente, que entendías lo nuestro, pasión, diversión, complicidad, ¿pero esto?

—¿No estás hablando en serio, verdad Christopher? Estoy embarazada y no lo planeé, solo pasó, tú… ¿Tú nunca pensaste en nosotros como algo serio? ¿Cómo algo real? —preguntó limpiando sus lágrimas—. Me usaste, tú… ¿Tú no ibas a dejar a tu esposa, verdad?

—¿De verdad eres tan ingenua o estás fingiendo? ¿Nena tú de verdad crees que dejaría a Gisela por ti? Alice hay mujeres para hacerlas esposas y otras para divertirse y tú, tu nena, ofreces momentos increíbles, pero pensar en ti como espo…

—Maldito, imbécil, me engañaste, me mentiste —lo abofeteó, pero aquello no alivió su corazón herido, se sentía estúpida.

Christopher la sujetó por ambas manos y la tumbó en el sofá. Quedando encima de ella.

—Nunca vuelvas a ponerme una mano encima, sé que mentí, pero caray, no tengo culpa de tu ingenuidad, como pudiste siquiera pensar que dejaría a mi esposa por alguien como tú, nena, tú solo ofreces buenos momentos.

Alice lo miraba con desprecio mientras luchaba por quitárselo de encima, Christopher empezó a besarle el cuello, Alice lo mordió y se puso de pies.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.