—No, Matt, no lloro por el imbécil de Christopher, aunque no te niego que me duele, pero si lloro por esta situación no es por perderlo, es por haber sido tan estúpida, tan ciega, Matt, lloro porque me gustaría haber seguido enamorada de ti, porque todo lo que haces por mí, el solo imaginar cuanto más estarías haciendo, Matt imaginar haberte dado la noticia a ti y no a él, es lo que me hace llorar, mírate… eres el padre ideal.
—Así es la vida, no tienes que preocuparte Alice, será solo una mala experiencia, con el tiempo solo un mal recuerdo, sabes… Tu recompensa será tu bebé, tal vez ahora no te sientas segura de tu decisión, tal vez parezca que estás perdiendo mucho —le acarició con ternura el vientre—, pero en unos meses verás que habrá valido la pena, Alice sabrás y no tendrás dudas de que ha sido tu mejor decisión.
Alice lo miraba y escuchaba atenta, mientras pensaba en lo mucho que hubiera deseado que Christopher hubiera sido ese hombre del que ella estaba convencida, era. Sabía que Matt tenía razón, había sido su mejor decisión.
—¿Estás lista para salir del país, Alice? —bromeó tratando de hacerla sonreír.
—Lo estoy, estoy lista para empezar Matt. Confírmame nuestra agenda, iremos a mi casa, después por los tickets, finalmente a conocer mi nuevo hogar, pero… Matt no quiero ser un problema, ¿qué va a suceder con mis empleados, con la floristería?
—Tú no te preocupes, me haré cargo, Alice, tú solo preocúpate por ti, por la princesa, ¿de acuerdo?
—Está bien, Matt prometo que un día te compensaré todo.
Matt sonrió y recogió algunas cosas, recogió un abrigo, lo puso en los hombros de Alice y subieron al auto.
Christopher había abordado un taxi con rumbo a su empresa, mientras intentaba llamar por quinta vez a Gisela, quien no respondía, había intentado una última vez, no obtuvo respuesta y decidió llamar directamente a Eulises.
—Mi estimado, espero que tu insistencia tenga motivos importantes —se dignó a responder.
—¡Así es! Tengo buenas noticias, pero me gustaría revelar el asunto en persona, para ratificar mi falta con tu hija, y por esta noticia, me gustaría invitarte esta tarde a cenar en casa.
—Es una pena, Christopher, no voy a poder acompañarlos esta vez, tengo asuntos muy importantes, debo agilizar algunos procesos, Christopher muy pronto tengo una sorpresa para ti. Puedes si gustas decirme de que se trata tu noticia.
Christopher se sintió emocionado al escuchar de su suegro tales palabras, en su ignorancia aquello significaba que pronto ocuparía ese lugar que tanto anhelaba.
—Lo he hecho, me he realizado la vasectomía, Eulises, finalmente dejará de ser una preocupación ese asunto.
—Vaya, esa sí que son buenas noticias, tu padre… Daría lo que fuera por ver su rostro ahora mismo.
—Claro, estaría orgulloso, estoy siguiendo los pasos que él hubiera querido, todo eso gracias a ti, que me permitiste conocer la forma en que pensaba, sus deseos y planes para conmigo y sobre todo Eulises, gracias a qué me permitiste formar parte de tu familia, esposar a una mujer tan hermosa como lo es Gisela, no voy a defraudarte.
—Muy bien mi estimado, celebra con mi hija, no olvides compensar tu falta —recordó el hombre y dejó la llamada con una amplia sonrisa.
«Lo tienes Christopher, lo tienes, ha sido más fácil de lo que pensé, tiene una sorpresa para mí, seguramente se trate de la cesión de su cargo»pensó emocionado y lamentando no poder beberse un trago.
Eulises se había puesto en contacto con el abogado tratando de agilizar el proceso. Para mala suerte de sus planes, aquello le llevaría un par de semanas o un poco más, aunque no era bueno para él, decidió esperar, era menos de lo que ya había esperado durante esos años, menos que el mes al que ya se había resignado.
Christopher atendió algunos asuntos en sus empresas, cumplió con algunos compromisos benéficos, actos que solo fingía, pero que lo mantenían como un empresario y socialité, reconocido y respetado, él quería más.
Las horas seguían avanzando, mientras Alice y Matt iban de un lado a otro, cumpliendo sus planes, sus diligencias, Gisela intentaba convencer a Samir de no dejarla, explicando los planes de su padre al hombre, mismos a los que Samir les restó importancia.
Gisela no tuvo más que aceptar su derrota, dejar los planes de su padre implicaba perder más, de lo que estaba perdiendo al dejar ir a Samir, Gisela contempló la llamada de su padre y decidió ignorarla; sin embargo, lo que no pudo ignorar fue el mensaje de Christopher diciéndole que tenía algo especial para ella.
Christopher había salido con la intención de comprar flores para su esposa, necesitaba tenerla feliz y así garantizar el éxito rotundo en sus planes. Christopher condujo y tuvo el descaro de dirigirse hasta la floristería de Alice, o al menos hasta lo que quedaba de ella, vio el aviso de clausurado que ya poseía el establecimiento. Se quedó a observar unos minutos y quiso saber de ella, no dudó en llamar a su hombre de confianza para saber de Alice, no logró obtener información.
Esa tarde Alice y Matt habían logrado hacer más de lo que tenían planeado, Christopher tuvo una cena con Gisela en la que ambos fingieron según sus intereses. Gisela había sido instruida e informada por su padre, de los planes que tenía, omitiendo la parte de lo que sería el destino de Christopher. Samir había logrado pasar su carta de renuncia, sin que Gisela hubiera intentado intervenir.
Matt y Alice, habían logrado realizar todas las diligencias y hasta más de lo que habían pensado, logrando dejar todo en orden.
—No estés triste Alice, es maravilloso, será una princesa más —consoló al leer de nuevo los exámenes.
—No estoy triste por lo que crees, Matt solo quería que fuera un niño para evitarle tanto sufrimiento.
—Ah, bueno, déjame decirte que los hombres también sufrimos, Alice del sufrimiento, nadie está exento. ¿Quieres ir a almorzar?