Salgo junto a mi amiga camino a la estación del metro, ella camina a toda prisa y me cuesta seguirle el paso; no entiendo su apuro.
~Oye. La llamo . Porque la urgencia?
~Tengo que entregarle un trajo a Robert que dejo en mi casa anoche, ya sabes el novio tan despistado que tengo y ahora debo llegar media hora antes para poder llevárselo. Asiento dando la razón, su novio es muy despistado, parece un chiquillo al que ella vive regañando siempre...son una pareja especial, y baya que lo son
~Creo que deberías acelerar el paso entonces para agarrar el tren que esta por salir. Le hago ver mirando la hora en el móvil.
~No quiero dejarte sola, pero tienes razón. ~ Tranquila, camina mas rápido o no llegaras. No camino como era de esperarse, corrió a todo dar.
~Baya, tendré que estar agradecido de pasar por el trauma del metro en estos días. Subo mi rostro y tengo al frente al gracioso “chico del tren” que hizo todo para que hablara hace unos días atrás,
~Hola.
~ Hola. Me mira sorprendido y yo no se que dije para tener esa reacción.
~Me has contestado sin que tenga que poner una cuchara en tu boca. Ruedo los ojos por lo exagerado que es, si no esperaba que le devuelva el saludo, entonces para que saluda? ~ Oye, las niñas lindas no ruedan los ojos.
Ahí vamos de nuevo, solo quiere ligar, debí suponerlo.
~ Ya no me hablaras mas ?
~ No te conozco, no tengo por que hacerlo. Me mira unos largos segundos y extiende su mano.
~Es cierto, no me conoces, soy Charles.