006
Takeshi guio a Irene hasta el puesto de guardia.
“De aquí se siente bastante fuerte.”
“Este es un puesto de guardia, y sirve de barracas para los guardias de este distrito. ¿Qué puede haber aquí?”
“Ya nada. Pero, la esencia esa se siente como... concentrada.”
“Hmm. Ya veo.”
“De todas formas... Sigamos. Hay más.”
Salieron de allí, y Takeshi se dirigía rumbo a la casa abandonada.
El lugar era despreciable. Todos edificios venidos a menos. El pavimento de la calle era faltante en lugares, con adoquines salidos y vegetación crecida en medio.
Irene estaba visiblemente nerviosa.
“Eh... ¿seguro que es por aquí?”
“Sí. Es en alguna de estas casas.”
“Hm. No me gusta nada esto.”
“Solamente confía. No es pura intuición, o una trampa.”
“Diciendo aquello, solamente suenas más sospechoso.”
“¡Maldición!”
“Bien, confío. Después de ver tu actuación en el callejón, me siento segura contigo. No eres un peligro.”
“¡Oye!”
“¡Tómalo como un cumplido!”
Takeshi hizo un gesto de descontento.
“Como sea... ¿cuál de todas es?”
La de la derecha... sí. De allí viene. Ah, es demasiado concentrado.”
“La puerta está bloqueada. Tiene todas estas vigas de madera encima... ¿cómo podrían entrar por aquí?”
Takeshi señaló una escalera de madera sobre la ventana del primer piso.
“No sé por qué, pero algo me dice que por ahí.”
Irene suspiró.
“Ah, gracioso. Vamos yendo.”
Ambos subieron, para encontrar una habitación vacía, polvorienta y a oscuras. Muebles viejos en una esquina, dan a entender que esto fue, alguna vez, un dormitorio.
“Bien. El aroma viene de abajo.”
Irene se mostraba nerviosa.
“Bien... ahora sí que no me gusta esto.”
“Si quieres tomarme de la mano, puedes.” Dijo Takeshi.
Irene no respondió, y un silencio incómodo se hizo presente en el lugar.
Bajaron por las escaleras, hasta llegar a la planta baja. Esta estaba casi completamente vacía, de no ser por una antigua estantería decrépita, y unas cajas de madera rotas. Una vela estaba apoyada sobre una de las estanterías, aun ardiendo.
“Dudo que esto haya estado aquí desde hace mucho.” Dijo Irene. “Alguien estuvo aquí.”
“Sí. Solamente tendríamos que buscar algún pasadizo o entrada.”
“Mira, allí, en el suelo. Esa trampilla.”
“Agh. El olor es muy fuerte allí.”
“No creo que debamos bajar. Creo que ya es suficiente. Debemos ir a mi residencia, y reportar esto.”
“O bien... podríamos bajar, y capturar a Erasmus.”
Irene suspiró.
“No sabemos cuán peligroso es allí abajo. No sabemos cuánta gente nos espera, si esto es una trampa, o si quiera si Erasmus está allí verdaderamente.”
“Pues hay una sola forma de averiguarlo, ¿no? Bajemos.”
“Takeshi... algo me suena muy mal a bajar. Es demasiado arriesgado, y además estoy inhibida. No iremos y ya.”
“Bajaré yo.” Dijo Takeshi, con certeza.
“¿Estás loco? Ni siquiera sabes pelear.”
“Bien, entonces, si me matan, será tu culpa. Podrías haberme ayudado, y, sin embargo, no quisiste. Cargarás con ese peso toda la eternidad.”
Irene refunfuñó.
“Vamos, no seas idiota.”
“Estoy hablando completamente en serio. Sígueme, o déjame morir.”
“¿Y si mejor nos vamos?”
Takeshi rio, y fue hacia la trampilla. Tiró del cordón que estaba atado, y la levantó.
“Mi decisión es esta. Bajaré.”
“Takeshi... no hagas algo estúpido.”
“Si no quieres que haga algo estúpido, entonces acompáñame.”
Irene protestó contra Takeshi, pero se rindió al final.
“Como esto sea una trampa, si llegamos a sobrevivir, te prometo que te mataré.”
“Para eso, primero tendríamos que sobrevivir.”
Irene lo miró furiosa.
“¡Eh, bueno! ¡Vamos ya!”
Irene no dijo nada, y solamente bajó antes que Takeshi. Y él bajó luego.
Al bajar, vieron un largo túnel debajo. El túnel conducía a una puerta con una iluminación roja.
“¿Qué... es esto?” Preguntó Irene, atónita.