Mi otra yo

1-Mi mundo se viene abajo

Coral

Me levanté como cualquier viernes, desperté a Ceci y corrí para tomar lugar en el baño. Me limpié la cara, cepillé mis dientes y me peiné. Una vez que salí me encontré con una Cecilia zombificada parada en la puerta.

—Todo tuyo hermanita. — dije pasando por su lado.

—Aaaaa. — contestó como si no supiese hablar.

Era sumamente cómico compartir las mañanas con ella, puesto que tardaba horas por detalles estúpidos. A veces salía del baño enojada porque le había salido un grano, que ni siquiera se le veía. O porque su maquillaje había salido mal y no tenía tiempo de retocarlo. Aunque muchas veces llegábamos tarde por su culpa.

Me vestí con un jean azul, una remera lisa lila y mi buzo de Mickey. Puse mis cosas en mi mochila y preparé la de Ceci, para agilizar un poco la cosa, puesto que llevaba ya 10 minutos en el baño. Pasé por el baño y le avisé que llevaba sus cosas, para variar, no obtuve respuestas. Que mujer.

Una vez que terminé de desayunar saludé a mis papas y a mis hermanos y le dije a mi hermana que la esperaba en el auto. Lo puse en marcha y puse mi CD favorito de rap. Una vez que Ceci se subió al coche arranqué.

—Pon radio, o algo bueno. — se quejó ella.

—Detesto la música en inglés y no hay ninguna radio decente, así que espera tu turno. — respondí.

—Mala. —bufó.

 

—Buen día profesor. —saludé en cuanto el de matemática entró. — ¿Ha corregido los exámenes? — pregunté.

—Sí, señorita Coral. —contestó sentándose.—Venga y reparta.

—De acuerdo. —dije parándome.

Comencé a repartir los exámenes, las notas eran casi todas MB, y había algún que otro B o R. En cuanto tocó la mía la dejé con despreocupación sobre mi banco, sin prestar atención a la nota. Leí el nombre Colton y mi corazón se aceleró, amaba a ese chico.

—Toma. —dije tendiéndosela mientras miraba la nota, una R.

—Gracias. —dijo sonriendo y tomando la hoja.

—Si necesitas ayuda, puedo ser tu tutora o puedo ayudarte. — dije tímida sacando valor quien sabe de dónde.

—Me lo pensaré. — respondió volteando nuevamente a sus amigos.

Terminé de repartir los exámenes restantes y me senté. ¿¡Qué?! Me había sacado una B, una puta B. Revisé el examen furiosa y busqué en que me había equivocado. Solamente había hecho mal parte de una cuenta, haciendo que su resultado fuera erróneo. Me paré y fui hacia el profesor.

—Sabía que vendría. —dijo con una sonrisa burlona.

—¿Por qué es una B y no una MB? Muchos de los chicos han hecho lo mismo y tienen MB. —reclamé.

—Tú tienes mayor capacidad, creo que andas algo distraída y sabía que la nota te dolería. Es un aviso. — dijo parándose para silenciar la clase.

Gran tonto, ya había amargado mi día. La clase pasó normal, nos dio ejercicios, los cuales terminé en mitad de hora y me puse a organizar como juntaríamos fondos con el grupo de las olimpíadas, ya que en un mes debíamos viajar.

—Yo creo que debemos hacer una feria americana. — propuso Laila.

— ¡Me encanta! — dije entusiasmada.

—Es muy buena idea, se suele ganar bien. — reflexionó Estrella.

—Y yo podría vender los gorros que hago con mi abuela. — comentó alegre Fred.

— ¿Tejes con tu abuela? — pregunté frunciendo el ceño con una ceja levantada.

—Sí, la ayudo en realidad. — contestó

Luego de organizar todo y anotar las cosas en la libreta, sonó el timbre. Tomé mis cosas y salí de la clase, topándome con Colton en la puerta.

— ¡Hey! — me llamó. — ¿Cecilia verdad? —preguntó apoyando un codo en la pared.

—Coral. — le corregí.

— ¿Son mellizas? — preguntó burlonamente.

—Sí. — contesté un tanto molesta.

—Ah, eso es genial, chicas lindas por dos. — dijo coqueteando.

—¿Qué necesitas? Tengo cosas que hacer. — dije ya algo irritada.

—Me gustaría que fueses mi tutora. — contestó.

A pesar del enojo morí de felicidad por dentro. Él había dicho que sí. No era una cita ni mucho menos, pero implicaba pasar tiempo juntos.

—Genial ¿El lunes después de las 2 en la cafetería? — pregunté sonriente.

—Sí, claro.

—Nos vemos allí.

—Adiós.

Fui hacia el kiosco para comprar un alfajor águila brownie. Había demasiada gente como para llegar a pedir, así que busqué alguna cara conocida, pero no había ninguna.

—Te he estado buscando Caracol. — dijo mi hermana apareciendo por detrás.

—Estaba hablando con Colton. — dije mientras recordaba el momento.

—Es un estúpido, pero me alegro porque por fin te notara. — dijo ladeando la cabeza.

—Que haya sido un patán con Ashley no implica que lo sea con todos, además ella no puede hablar mucho. —contesté.

—Buen punto, dame la plata. — dijo tendiendo su mano.

Le di el dinero y se abrió paso entre la multitud, o mejor dicho le abrieron el paso, hasta que llegó delante. Dos minutos después ya tenía el alfajor en mis manos. Ser mi hermana tenía muchas ventajas socialmente.

—Después de todo, es grandioso los privilegios que ganas por ser popular. Nos vemos hermanita. —dijo ella lanzándome un beso.

 

 

—Niñas, a comer. — escuché a mi madre desde el otro lado de la puerta.

—Ya vamos ma. —contestamos al unisón con mi hermana.

—Embrujada. —dijo Ceci divertida. —Sin decir una palabra hasta terminar de comer.

Salió dando saltitos del cuarto, y yo salí detrás. Una vez que nos sentamos, como era usual, comenzó la charla colegial. Mi mamá le preguntó a mis hermanitos como les había ido, ellos contaron todo lo que habían hecho en el día y luego nos preguntaban a nosotras.

—Bastante bien, me saqué una maldita B en un examen de Matemáticas y ya organizamos que haremos para recaudar fondos para el viaje de Olimpiadas.

—No te frustres cariño, de vez en cuando hay que sacarse una baja calificación, ¿Qué tienen en mente para recaudar fondos? — preguntó mi madre.




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