14-Talentos encontrados

Cecilia

Luego de que sonara el timbre entramos al salón y nos sentamos, como ya era costumbre, adelante. Conversábamos sobre la cita que habían tenido Mica y el chico con quien había dado su primer beso. Nos contaba los detalles y lo tratábamos de interpretar entre todas.

—Chicos. — llamó nuestro tutor desde la puerta. — Los profesores los esperan en la sala multieventos.

Con las chicas salimos primeras del aula y nos dirigimos a la sala que nos habían indicado, sin dejar de charlar en el camino. Llegamos y ya estaba más de la mitad de la otra división sentada. Las primeras tres filas de asientos ya estaban ocupadas. Nos dirigimos a la quinta y nos sentamos una al lado de la otra, con Mica en el centro para que nos siguiese contando.

—Cuando salimos de la heladería fuimos hombro con hombro tooooodo el tiempo. — dijo Mica prolongando la o.— Pero no me abrazo ni me tomó la mano. Y lo que es peor, no me dio un solo beso.

—Quizás quiere ir lento. — opiné yo.

—Ceci tiene razón, si hubiese querido algo no serio te hubiese besado. — me apoyó Mandy.

—¿Están seguras? ¿No será que no le gusto?

—Sí no le gustas, es un idiota. Por no decir que está ciego.

—Tonta.

Alguien carraspeó y todos miramos hacia el frente.

—Bueno, primero que nada, Buenos días.

Se escuchó un Buenos días por parte de algunos.

—Se estarán preguntando porque nos reunimos aquí y no fue cada uno para un salón. O quizás no, pero de todos modos les diré por qué. — el profesor de música hizo una pausa. — Junto con la señorita Lucrecia y junto con Pablo, hemos decidido que este trimestre trabajaran las tres materias juntas. ¿Qué que tiene que ver la música con plástica y con lengua y literatura? Es arte, todas son ramas del arte. Sé que hay quienes cantan, quienes bailan o actúan, quienes dibujan o quienes escriben, también sé que muchos de ustedes tocan bien los instrumentos. En fin, saben de algún modo u otro hacer arte.

—Será un solo trabajo que se entregará para la nota última de las tres materias. Sera en grupos, y los proyectos a elegir son varios. Entre ellos esta hacer un cortometraje, una publicidad, escribir un pequeño libro, interpretar algún disco, entre muchísimos más. Sería ideal que la idea saliese de sus cabezas, y si no, pueden tomar uno de los proyectos anotados en la pizarra. — continuó Lucrecia.

Hasta que nombró la pizarra no la había visto, era verde y estaba a un metro del piso. Estaban escritos los proyectos que había mencionado y también había unos cinco más. A mí se me ocurrió una idea que no estaba escrita, miré a las chicas con cara de complicidad y asintieron. Estaba por primera vez entusiasmada con un proyecto escolar. Podíamos hacer un disco, yo diseñaría la portada y las chicas harían lo que supieran hacer. Escuchamos todo el resto de cosas e indicaciones que nos dieron y después se empezaron a formar los grupos.

—Chicas ¿Qué saben hacer? — pregunté mirándolas.

—Cantamos, las dos sabemos cantar. — contestó Mandy.

—¡Wow! — dije realmente sorprendida. — Eso es genial. Muéstrenme un poco— pedí.

—No, nos da vergüenza.

—Vamos, tienen que perderla si queremos un buen proyecto.

—Bien, pero solo un poco.

Se miraron, contaron hasta tres y empezaron a cantar Rolling in the depp de Adele. Quedé atontada y fascinada. Tenían unas voces realmente hermosas. Cerré los ojos y las seguí escuchando. Las admiraba, y muchísimo. Se callaron y abrí los ojos. Las dos sonreían.

—Es, es, ¡Woooow! — exclamé quizás demasiado emocionada. — Hermoso, cantan como ángeles. Son realmente increíbles.

Soltaron una pequeña risita y sonrieron de nuevo.

—Gracias.

—¿Qué tienes en mente? — preguntó Mandy.

—Un disco, y nos viene como anillo al dedo. Solo tenemos que encontrar alguien que escriba y alguien que toque algún instrumento.

—Marcos toca la guitarra. — dijo Micaela.

—Genial, le iré a preguntar si esta con alguien. — me paré y me giré con una ceja levantada— ¿Cómo sabes eso?

—Tocó en la muestra del año pasado.

Fui hacia donde estaba Marcos, que se encontraba con Manuel y con Coral. No cruzábamos más palabras de las necesarias en casa y en el colegio no nos hablábamos, tampoco es que le estuviese prestando demasiada atención, pasaba mucho tiempo con mis amigas.

—¡Hey! ¿Tienen grupo? — pregunté de forma alegre.

—Somos nosotros tres, ¿Qué piensan hacer ustedes? — contestó Marcos mirándome.

—Pensábamos hacer un disco, nos falta algún instrumento y alguien que escriba.

—Genial, con Coral podemos escribir las canciones y Marcos toca la guitarra.

—Las chicas cantan, y déjeme decirles que hermoso. ¿Somos un equipo?

—Dalo por hecho. — dijo Marcos levantándose y dedicándome una hermosa sonrisa.

Nos reunimos todos alrededor de una mesa y anotamos los integrantes del grupo y el proyecto. Algunas alumnas hablaban con la señorita Lucrecia, que vestía una falda negra hasta las rodillas junto con una camisa blanca y un sweater rosa. Ella era la profesora de plástica, y a pesar de que yo amaba dibujar, nunca me había terminado de llevar del todo bien. Por su parte, Alejandro, el profesor de música, le caía bien a todo el mundo. Rondaba los 56 años y era muy divertido.

—Perfecto. — dijo Coral una vez que terminó de escribir. —¿Qué temática tratara el disco?

—¿Los sentimientos? — preguntó Mica tímida.

—Me encanta. —la apoyé. — ¿Qué dicen ustedes?

Todos estuvieron de acuerdo. Decidimos que iban a ser tres canciones ya que serían de autoría propia. Cada uno mostró lo que tenía. Primero fue Marcos, quien interpretó Mi enfermedad. Las chicas se sabían la letra así que se le sumaron cantando. Juntos sonaban hermosos. Las voces de las chicas eran distintas, pero había partes que solo una llegaba y se turnaban. En cierto momento Marcos se les unió, terminando de embobarme por completo. Imaginen lo malditamente sexy que se veía cantando mientras tocaba la guitarra con la camisa con los tres primeros botones desabrochados, era un adonis. Y encima cantaba hermoso. Iba a ser un gran proyecto y realmente iba a disfrutar de su armado.