Mi otra yo

22-Cena familiar

Marcos y Manuel se encontraban conversando en el cuarto del primero, la pelea de las mellizas de la noche anterior había dejado muy en claro las razones de su pelea y que realmente se encontraban muy distanciadas. Ellos las querían y querían que estuviesen bien, por lo que estaban intentado crear un plan para lograr que ambas se reconciliarían. Esa noche, los padres de los mellizos habían invitado a cenar a toda la familia de las chicas, por lo que era una ocasión ideal para conversar con ellas. Manuel también estaba decidido a decirle a Coral todo lo que sentía, y se lo había comentado a Marcos. Este le había dicho que le parecía bien, pero que no fuera demasiado ilusionado, después de todo, él era el mejor amigo de Coral, y sabía muy bien que su amiga no estaba ni un poco interesada en Manuel. Pero no quería ser él quien rompiera en pedazos la burbuja en la que su hermano se encontraba, y creía que Coral tendría las palabras adecuadas para aquella situación.

La cena ocurrió sin demasiadas complicaciones, pero la tensión entre las muchachas podía sentirse en el aire. Conversaron todos de todo un poco, y luego de cenar los más pequeños se fueron al cuarto de Lucas y Sofia a jugar. Era sábado, así que no necesitaban volver temprano, y los padres les habían dado permiso para jugar un rato. Ellos aprovecharon y se sentaron a mirar una película en el living y a tomar un poco de vino. Marcos invitó a Cecilia a su habitación y Manuel a Coral a la suya. Cecilia subió encantada de la vida, quería seguir besando a Marcos como lo había echo la noche anterior. Lo único claro de aquella noche en su mente era ese beso; sabía también que había discutido con su hermana, pero no recordaba el por qué ni el cómo. Ni siquiera recordaba la conversación o como había llegado a su casa. Coral subió pensando en pedirle disculpas a su amigo por como lo había tratado la noche anterior y dispuesta a conseguir información sobre su primo, Demian.  

Marcos invitó a Cecilia a sentarse en su cama, ella se sentó con una sonrisa en el rostro, pero la expresión del chico mostraba incomodidad y algo de nerviosismo.

—¿Pasa algo Marcos?

—Quiero que hablemos, pero primero ¿Recuerdas algo de anoche?

Ella pensó que quizás el se encontraba así porque pensaba que había olvidado su beso con él, eso la alivió un poco y le contestó sonriendo coquetamente.

—Por supuesto que recuerdo lo que paso entre nosotros.

 —No estoy hablando de eso Ceci, estoy hablando de la pelea con tu hermana.

Cecilia enfureció por dentro y frunció el ceño, siempre su hermana tenía que estar arruinándole todo con aquel chico, estaba harta.

—Sí ¿Por qué? — contestó de muy mal modo.

—¿Recuerdas algo de lo que dijiste?

Hizo memoria y trato de recordar, pero nada aparecía en su mente.

—No.

—Bueno, pues entonces tendré que decírtelo, por que creo que tu hermana merecer cuan lo mínimo una disculpa.

Y ahí estaba otra vez, preocupándose por Coral. Cecilia no pudo más y con lagrimas de enojo y tristeza le contestó a Marcos.

—Sí tanto te gusta porque no te vas con ella y a mi me dejan en paz.

—Cecilia, tu hermana esta lejísimos de gustarme. ¿Sí? Es mi mejor amiga, y no soporto verlas así. — suspiró. — Además, si queremos ver que es lo que sale de esto, necesito cerciorarme que tus palabras de ayer fueron efecto del alcohol y no piensas realmente de ese modo.

Cecilia tragó, se sentía algo confundida y también avergonzada. Sabía que ebria y enojada era una mala combinación, y que de su boca en ese estado podían salir palabras y sentimientos que realmente se esforzaba por mantener en línea. Al ver que Cecilia había agachado la vista y no hablaba, Marcos prosiguió.

—Le dijiste a tu hermana que yo era tu propiedad y que ya me habías ganado, que se buscara otro. Además, la llamaste a ella mojigata, cosa que esta muy lejos de ser.

Cecilia estaba más avergonzada que antes y se maldecía por dentro por haber bebido tanto y haber dicho semejantes cosas. No podía volver atrás, pero aquella era una oportunidad para intentar remediar lo sucedido, tenía que ser cien por ciento sincera con Marcos si quería que las cosas fuesen bien. Suspiró y tomó la palabra, las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas.

—Te contaré la verdad, de todo esto que me esta pasando. Es realmente muy vergonzoso aceptarlo en voz alta y creo que solo desearas que me aleje de ti cuanto antes.

—Te escucho.

—En nuestra antigua ciudad, yo estaba muy mal acostumbrada a ser el centro de atención de la escuela, pero cuando vinimos aquí, decidimos con Coral que cambiáramos de rol, porque ya estábamos algo hastiadas de nuestra vida anterior. En un principio se sintió genial no estar en la mira de todos, pero en cuanto me di cuenta que me gustabas y que tu mira también estaba puesta en ella y no en mí, me sentí furiosa por dentro por haber aceptado semejante plan. Realmente creo que mi hermana es mucho mejor que yo en muchos sentidos, y ver el tiempo que pasaban juntos y la relación que mantenían me estaba haciendo muy mal. Estaba completamente cegada por que te quería para mí.

Marcos permaneció en silencio, notaba que Cecilia estaba hablando desde el corazón y eso le gustaba. Se veía que su ego había sufrido un cambio muy drástico y claramente no había logrado afrontarlo de la mejor manera.




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