Mi Pequeña Galaxia

5. ¿QUÉ PASO?

Llegué a mi casa temprano, aún estaba sola y sí, era lo que quería. Mire mi celular y tenía varias llamadas perdidas, en eso una nueva entró y me fijé de quien era el número... Desconocido que raro, conteste pensando que sería papá o mamá, pero no.

Esteban fue el que me llamó, quería colgar, pero casi me rogaba que lo escuchará.

- Dayan... Yo lo siento en serio, no.. no debí decirte eso. Yo te quiero linda, solo que no estaba en mi mejor momento y Clara me está asfixiando. - Seguía escuchando lo que para mí eran excusas- En serio perdóname.

- Ilusa - Solté una leve risa- Así me gritaron mientras me iba y tú seguiste... Escúchame bien y recuérdalo.. en tu vida trates de volver a contactarme.

Y así colgué, Alejandro me llamo, pero solo le respondí que estaba ocupada y apague los datos de mi celular. Alejandro paso de ser nada a hacer todo en mi día a día. Después de bañarme me acosté mirando el techo, parecía que estuviera en un trance hasta que otra vez llamaron.

Esteban... Que fastidioso, colgué y me cubrí desde las plantas de mis pies hasta la punta de mi cabeza con una sábana, empezó a llover, no había ruidos en casa.. solo mi respiración.. como cada gota caía en mi techo resonaba... Claro y así empezaron mis pensamientos a fluir.

Jaja ¿Un amigo? ¿Tú con un amigo? Mírate, sola sin nadie a tu alrededor... Solo eres tú y nadie más que tú... Esa soledad que empieza a acariciarte poco a poco para hacerte suya.

Aunque tú sabes más sobre eso ¿No Dayan? Piensa... Solo eres una más de sus excusas... Una cabeza para conseguir lo que quería... Nada fuiste para él... Deberías hacerle caso, mi pequeña Dayan.

Me levanté y lave mi cara, ¿Qué eran esos pensamientos? ¿Por qué se siente tan delicados y agresivos? Quisiera saber ¿Por qué?

Al día siguiente Esteban me estaba esperando y me saludó e indico que fuera hacia él, lo ignore y corrí a los brazos de Pablo.

- Hola mi pequeña enana - Sonríe un poco y agarre su brazo - Tranquila no te molestará.

No dije nada y seguí jugando con sus manos y resolviendo los ejercicios que nos dejaban. Solo eso no dejaba mi mente, llora linda.. destrúyete sola cariño, sabrás que será lo mejor y poco a poco sabrás porque te lo digo mi pequeña Dayan..

Tendría que dejar de pensar en ello ¿No? Claro.. sería lo mejor.

Al llegar el descanso, Pablo agarro mi mano y me llevo a la cafetería.. no quería entrar y mantuve mi frente en alto.

Pablo me sentó a su lado y me dio de su comida.. ¿Qué querrá el poste de luz? Comí todo lo que me ofreció hasta el punto de quedar llena.

- Uy enana, tenías hambre.. ¿Cómo sigue tu mamá? - Lo mire fijamente y baje la mirada, no tenía ni idea papá solo me sacaba excusas de que debería estar en observación y sin darme cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas.

- No lo sé.

- Tranquila - Me jaló hacia él y me abrazó fuerte, me acomode para ocultar mi cara hasta que se secaran mis ojos, pero Pablo siempre tiene las palabras perfectas...

- Él es una mala persona linda, tú no perdiste nada, fue él ¿Okey? Solo deja que salga y no guardes nada de rencor por él, no lo merece, se que estás pasando por algo difícil en tu casa y en tu vida también. Solo déjame ser protagonista de tú felicidad y de tus tristezas.. déjame estar a tu lado por favor.. como amigo claro - Soltó una risa nerviosa o eso fue lo que sentí - Dayan eres muy buena ocultando lo, pero ya te vi llorar.. vi tus mejillas sonrojadas como nunca.. y se que tú también lo haces - Tomo mis manos con algo de fuerza y las limpio. Pensé que lo escondía bien.. mis manos están lastimadas llenas de morados y rasguños. Yo no presento el dolor en mi rostro, todo sentimiento que llega se convierte en ira.

Mis nudillos estaban en varios tonos, morado, verde y amarillo como si fueran parches. Si tengo problemas de ira y no se cómo controlarlo.. la última vez tuve un gran problema con eso. ¿Cómo lo supo? ¿Por qué? Nadie sabía de esto y trate de no acercarme a nadie y controlarme para no tener uno.. otra vez no.

Jaja descubrió tu debilidad, te aplaudo Dayan, lo que hiciste fue llamar la atención, claro como siempre. Por eso es que nadie está de lado tuyo, apoyándote o ayudándote.. déjame salir, solo trataremos de darnos respeto.. ¿No te sientes sola? Déjame arreglar todo Dayan mi pequeña, solo déjame y verás como tú vida cambiará. Déjame.. déjame.. déjame, nadie sé meterá contigo mi Dayan.

Apreté tanto mis puños que Pablo estaba intentando que aflojara mis manos, cuando volví en sí, mira fijamente sus ojos y el estaba ahí, preocupado, tratando de que no me lastimara sola, tenía un huracán de sentimientos, pero el que reinaba era la rabia.

- Por favor ya - Solté mis manos al escucharlo- Deja de hacerte daño Dayan.. no quiero que lo hagas - Lo decía con su voz quebrada y sus mejillas estaban rosadas.

- Pablo.. - Me acerco a él y me abrazó fuerte.

- Me tienes a mi, habla conmigo.

No.. no quiero llorar.. no.. otra vez no.. esa calidez y conexión que transmite su abrazo, no puedo dejarlo que libere esa parte de mí, Lo separe rápidamente.

- No quiero tú lastima.. no quiero que me mires así.. yo estoy bien.. solo déjame.

- Dayan...

- ¡NO! No quiero eso de ti - Me aleje de él rápidamente.

- ¡Dayan!

Que mala persona eres, debiste darle su merecido.. linda déjame hacerle entender que no nos merece.. Cállate.. oye no es mi culpa, es la tuya. Yo no soy el que te hace pensar en todo con cada mínimo de detalle, ¿Y tú mamá? Jaja ¿Tú papá? ¿Los ves?... NO... No... Nunca estuvieron para mí.. solo decían que llamaba la atención, que trataba de llenar un vacío.. mi estúpido vacío.

Me senté detrás de un muro, estaba calmando mi respiración o tratando de hacerlo, no pude en mucho tiempo y empecé a golpear las paredes mientras lloraba, mientras me decía una y otra y otra vez lo que escuche aquel día.




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