Ya había pasado una semana después de lo que pasó, no, no tuve descanso, papá me dijo que no era bueno para mí perder tiempo. El lunes volví al colegio, Pablo estaba caminando de un lado a otro mientras miraba la entrada, no quería hablar con nadie y lo evité, aunque se que no durará mucho.
Cuando llegue al salón de artes.. mi segundo lugar favorito, Pablo se acercó a mí y me abrazó fuerte, no encontré las palabras y solo lo abrace fuerte. La profesora llegó y tomamos asiento en la última fila, últimos puestos, trabajo de sombras aprenderíamos hoy. Me encanta, trabajar con las sombras en el dibujo y a Pablo ni se diga, el hacia dibujos hermosos y perfectos en sombras, era mi profesor.
Mientras trabajamos en ello, empezamos a escuchar música, nuestro cantante favorito de música electrónica; Pero no se podía quedar quieto y tomo mi mano cantando en voz alta en las partes que salían en inglés, solo reía y cantaba horrible, pero hacia su mejor esfuerzo. La profesora entro al salón y nos regañó, no por la música si no por hacer desorden. Decía que el silencio también ayuda a despejarnos y liberarnos, así no nos dejó colocar más música e hicimos todo en completo silencio después de que nos separarán.
Cuando nos dieron nuestras instrucciones para los bocetos que habíamos hecho, miré fijamente el mío.
Una chica solitaria, recostada en un árbol de cerezos, se encontraba mirando el cielo, llovía, en su cabeza se encontraba unas cadenas que casi se unían con las ramas de aquel árbol, parecía que hiciera mantener su mirada fija al cielo.
No lo sé.. me dejaba llevar por el lienzo.. Empecé a plantear lo que aquel silencio hacia emanar.
Seguí con mi dibujo, ya no estaba sola, había una gran montaña llena de vidrios con zonas puntiagudas y filosas.. hice una muñeca igual e intentaba escalar esa montaña. Aunque se lastimaba y perdía cosas al avanzar, seguía, pero no lo lograba. Dibuje otra mirando a las otras dos muñecas, mantenía una sonrisa, pero no hice su rostro solo su silueta.. seguí y seguí.. ya no dejaba de dibujar.. al final, hice las tres mismas muñecas detrás de la montaña, la primera que estaba con cadenas en su cabeza, estaba tumbada en el suelo; la segunda sostenía una pequeña daga mientras miraba fijamente a la tercera; la tercera, mantenía su sonrisa mientras estaba posicionada enfrente de ellas, sostenía un gran espejo, haciendo reflejar a las otras dos.
¿Por qué dibuje eso? No lo sé, me deje llevar por mi creatividad o eso creo.
Pablo se acercó y me pidió que le diera mi opinión conforme a su boceto, me acerque y lo que pude deducir fue: ese cráneo donde entran todos, pero no el primero, se puede reflejar a algo desconocido que emana curiosidad, pero el primero sabe lo que se encuentra.. ¿Y por qué no entra?
Me miro fijamente y sonrió.
- No era eso, pero me gusta tu redacción.
- Pero ¿Por qué el primero tiene un lazo con la tierra?
- Tu eres la inteligente, no yo.
- Mmm, es tú dibujo ¿No?
- Si, pero das una redacción que me gusta siempre.
Regrese a mi boceto, seguía detallando cada parte de las muñecas.. un lazo con la tierra o es algo que no quieres soltar, pensé. Algo que no te deja avanzar, algo que te impide, una carga más.
Cómo ya había terminado mi boceto quise hacer la continuación en mi cuaderno, las tres muñecas se encontraban unidas por un círculo, las cadenas de la primera intentaban abrazar a las otras, pero la segunda intentaba deshacerse de ellas; a la tercera es como si no la pudiese tocar, en vez de eso.
Acariciaba las cadenas, está vez dibuje su rostro.. calmado, manteniendo su sonrisa.. viendo fijamente la cadena mientras sus dedos se posaban en ella, como si ya las conociera y no quisiera sentir algo más. Cómo si no quisiera dejarse llevar de nuevo por ella, aunque parecía que su piel no era penetrada por las cadenas se veía la fuerza que ejercían sobre ella para poder tomarla.
El espejo se encontraba debajo de sus pies y había otro espejo encima de sus cabezas, el circulo que las unía se convirtió en un hilo fino color rojo, era lo único de color que hice en ese boceto.
Cerré mi cuaderno y me recosté sobre la mesa, no entiendo porque dibuje eso, pero yo sé lo que para mí significa.
Pablo se acercó y me abrazó.
- ¿Todo bien linda?
- Eso creo - Sonreí levemente.
- Tranquila - Se acurrucó en mi espalda.
- Pesas feo.
- Oye si soy bien hermoso - Me hizo levantar mi cabeza y mirarlo.
- Lo que tú digas poste con patas.
- ¿Porque faltaste la semana pasada?
- Estuve ocupada.
- Mm, okey.
No quería hablar, siento como un gran hueco en mí pecho y está lleno de miedo, hace rato no me lastimaba como esa vez. Aunque el infierno que se venía era mayor.
La profesora se acercó, no le voy a negar que Pablo y yo somos buenos dibujando, detallando primero el de Pablo y dijo; es muy curioso y se ve que él sabe algo que él resto no. Me gusta la forma de tu cráneo.
Me miro fijamente esperando que le mostrará mi boceto, no quería ella ve cosas con el dibujo que otros no. Se los mostré y se quedó analizando cada parte, tenía temor, su cara representaba confundida y como si atara cabos poco a poco, sentí pesadez en mi pecho, más de lo usual.
Me entrego mi boceto y me dijo que si me podía quedar al final de la jornada unos minutos, acepte, quería ver qué cabos había atado. La necesidad de saber esa curiosidad me invadió y a Pablo también.
Termino la jornada y fui al departamento de artes, increíblemente no era eso, pidió que alguno de mis padres viniera y me entregó un papel del día que tenía que asistir y a qué hora.
No saben lo que sucedió y lo que tuve que aguantar.
Pablo me estaba esperando y me agarró el brazo, le conté y se quedó mirándome raro, jaja también entendí su reacción así quede yo, ahora mi curiosidad se centro en porque quiere a mi acudiente.