PABLO..
Después de despedirme de Dayan, quede muy confundido, ¿Por qué la profesora de artes le pediría traer a su acudiente? ¿Por qué Dayan estaba tan nerviosa? No sé qué oculta, me dirigí al trabajo, nosotros estudiamos en las mañanas para tener tiempo aunque a veces vamos en las tardes con la excusa de que vamos ayudar a los maestros o investigar para aprender más sobre cosas.
Salí como a eso de las once de la noche y me dirigí a mi casa, diablos las luces seguían encendidas y tenía que entrar ahora o me dejarían en la calle, acomode el bolso en mi espalda y me dirigí hacia la puerta del apartamento donde vivía. Cuando entre papá estaba en el sofá acostado con mamá mientras tenía varias botellas de licor sobre ellos y alrededor, hice el silencio que más pude cuando cerré la puerta y sentí una respiración pesada en mi cuello cuando les di la espalda.
Aarón mi hermano mayor estaba aquí, me tapo la boca al ver qué iba a reaccionar y me llevo a su cuarto. Cuando cerramos con seguro lo abracé fuertemente, lo extrañaba demasiado, de todos él es el único que me entendía.
- ¿Qué haces afuera a esta hora?
- Estaba trabajando.
- Deberías estar estudiando no trabajando, ¿En qué quedamos tú y yo?
- Papá me lo consiguió.
- Aaa ahora entiendo todo ese viejo, ¿Te quita el dinero? - Asentí - Solo saben beber.
- ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no volverías.
- Ey pensé que la bienvenida iba hacer mucho mejor - Ríe levemente.
- Y te extrañe, pero es raro verte aquí.
- Hice un viaje fuera de aquí, fue increíble sentirse en paz y feliz. Aunque créeme que nuestras teorías son ciertas.
- ¿Qué teorías?
- Las de papá y mamá.
- ¿Qué son nuestros idiotas? Si y mucho, Pero nuestros. - Empezó analizarme completamente.
- A ti no te gusta los busos..
- Jaja ahora sí.
- Mm conoces a una chica que le gustan ¿No?
Cómo pudo atinarle, aparte de la razón de ocultar mis cortadas, llevo busos por Dayan. Poca veces me contaba que amaba mucho los busos porque se sentía abrigada y protegida, una razón más para utilizarlos, pero solo he podido lograr que se lo coloque una sola vez.. dejo su aroma y me ayuda cuando lo deja. Ella se convirtió en alguien muy especial para mí aunque su mal genio sea nivel mil.
- Jeje te dejo pensando en ella.
- Déjame.
- Descansa.
- Tu igual.
- Mañana hablamos.
Amaneció y ya estaba escuchando gritos, no sé cómo, pero mi hermano trancón desde adentro con una silla.. Empezaron a golpear la puerta.. una.. dos.. tres.. y siguieron así hasta que él hablo.
- Sal de tu maldito cuarto. - Es papá.
Empezó a temblar mi cuerpo, yo sabía que pasaría si abría o no, pero tuve el valor de abrirla y me aleje cuando se acercó.
- ¡Aarón ven aquí! - Entro mi hermano y me miró fijamente mientras pude notar como su labio inferior estaba reventado. - Ustedes dos son mis hijos y hacen lo que yo quiera ¿Entendido?
- No por mucho viejo. - Respondió mi hermano y vi a mamá detrás de él con un palo en la mano.
- Respeta a tu padre. - Primer golpe en sus piernas, segundo en su espalda y con ese lo hizo caer. Mis manos comenzaron a temblar aún más.
- ¿Tienes alguna objeción?
- N-no.
- No ¿Qué?
- No papá.
- Dame lo que te pagaron anoche.
- Necesito para mis útiles papá. - Mamá se acercó. Busque mi bolso y le di la mitad.
- Todo Pablo. - Dijo mamá. - Le di el resto y guarde un billete en ese momento no me fijé cuál.
- Es todo. - Sentí el primer golpe del palo en brazo, el segundo lo sentí en mis piernas y el tercero fue en mi cabeza. Después de eso no recuerdo cómo fui a parar allí.
Aarón estaba a mi lado agarrando mi mano.. ella que hace aquí.
Dayan.. ¿Está es su casa? Cómo vine a parar aquí..
- ¿Estás bien?
- Eso creo.
- Está vez llegaron lejos. - Me senté y los miré, ella ni siquiera me miraba, estaba entretenida haciendo mariposas con cinta.
- ¿Ya terminaste linda? - Pregunto Aarón a Dayan.
- No baby. - Respondió ella.
- ¿Ustedes se conocen?
- Si, Dayan me ayudó a enfrentarme, es una chica increíble, siempre me saca de apuros. - Los miré confundido, y yo nunca supe. Derrotado por mi propio hermano, ella le dijo baby.
- Quédate quieto. - Su voz me daba escalofríos.
- Si.
Puso hielo en los golpes y empezó a pasar trapitos con cuidado como aquella vez, está ves puede ver más cerca su rostro. Sus pestañas son largas, rectas, ojos negros y profundos, su aroma era como estar en un campo lleno de flores. Aunque traía el cabello desordenado y pijama en ese momento, la hacía ver tierna.. única. No se parecía nada a su versión en el colegio.
- Ey ey. - Chasquea los dedos.
- Perdona.
- Cuídate pendejo.
- Aush eso dolió. - Después de terminar se sentó en otra cama que se encontraba en frente mío. Aarón se acurrucó en su pecho y se quedó dormido mientras ella acariciaba su cabello y limpiaba su labio con delicadeza. No es por nada, pero quisiera ser mi hermano en este Momento.
- Está vez ¿Qué pasó? - Me miró fijamente.
- Mm.. nada.
- Deberían irse.. tengo contactos y puedo ayudarlos.
- No gracias.
- Como quieras. - Se acurrucó con Aarón.
- ¿Por qué eres cariñosa con él?
- Es un amigo y es tierno. ¿No te has dado cuenta verdad?
- ¿De qué?
- Tu hermano es fuerte, pero muy frágil a la vez y está buscando libertad y yo se la quiero dar también porque..
- Dejen dormir. - Dijo Aarón somnoliento.
Los observé por un buen rato mientras Aarón dormía y Dayan nos revisaba a cada uno para ver cómo seguíamos.
- ¿Cómo sabes tanto?
- Mamá me enseñó para valerme por mi misma. Yo sola me cuido y yo los cuido a ellos.
- ¿Crees que estaremos bien?