Mi Pequeña Galaxia

24. OMEGA

Alejandro Mccain / Dayan Morcant / Aarón Sallow

Alejandro Mccain

Ella estaba en SHOCK.

¿Sé supone qué no debería sentir nada? Porque verla llorar descontroladamente me preocupa tanto.

-Dayan.. yo.. lo siento.. - Me aleje al verla.

¿Qué hago?

Intente acercarme.. lo empeoré. Dejó de llorar de un momento a otro, su mirada estaba roja, sin emociones estaba, ¿Qué sentía? ¿Qué fue lo que le pasó?

Solo la toque.. toque y bese su cuerpo con delicadeza, quería ser una dulce cadena en ella.

Tome varios pañitos fríos y lo pase por su cabeza, cuello, manos y pies. Y ni aún así respondía.

¿Qué fue lo que le hicieron?

Pasó mucho tiempo y seguía en la misma posición, su respiración era lenta. Era un cuerpo sin alma, y tenia miedo, con solo verla.. parecía muerta.

No me quedo más otra opción que traer a Aarón.. ¿Cómo le explico todo esto?

Lo llame después de vestirla, aunque cuando lo hacía sus ojos se llenaban más de lagrimas, que por alguna razón no salían, pero desaparecían, como si estuviese tratando de no llorar.

-Necesito que vengas.. Es Dayan. - Un golpe del otro lado escuche, ¿Dejó caer su celular? Volteé para mirar a Dayan, aún estaba igual.

Después de hacerle el amor, le iba a contar todo, pero así, ya no puedo. Ya quiero deshacerme de ella, aunque yo la quiera y ella me ame.

No pasaron ni diez minutos cuando tocaron la puerta, sabia que era él y decidí no abrirle hasta cinco minutos después.

-¿Qué le pasó? ¿Dónde está? - Estaba lleno de sudor, respiraba con rapidez, es la primera ves que lo veo en esta situación - Responde idiota.

-Está en la habitación, y no se mueve.

-Otra vez.. no. - Camino rápido.

No miento que su rostro cambio cuando la vio, fue como si la TRISTEZA lo hubiese gobernado por completo.

Se acerco lentamente y con suavidad toco sus manos.

-Hola linda, soy Aarón.

Empezó a hacerle masajes en las palmas de sus manos, poco a poco iba subiendo. El cuerpo rígido de Dayan, se suavizo. Poco tiempo después, él la acerco a su pecho; posiciono su cabeza de lado, ella dejo salir sus lagrimas y lo abrazo con fuerza. Él acariciaba su cabello.

-¿Cómo es que lo haces?

-No conoces nada de ella aún, si quieres quitármela debes subir de nivel y conocer sus pesadillas.. y vivirlas con ella.

-¿Qué le pasó? - Seguí analizándolos, esa conexión es inquebrantable.

-Eso no te incumbe, como ya te dije, tienes que vivir en sus pesadillas. Porque si no la entiendes, ni mereces estar con ella. Ahora déjanos solos. - Quito la mirada de odio que tenia sobre mi, salí y cerré la puerta. Me recosté sobre ella y espere, quiero escuchar lo que le dice.

¿Fue mi culpa?

Esa pregunta comenzó atormentarme ferozmente.

-No... Ella tiene la culpa, sabia lo que quería y que hacer. - Resople y seguí esperando.

Ella tiene la culpa.

Aarón Sallow

Otra vez, lo hizo otra vez.

Sé que tuvo que ser aquella pesadilla, el tormento que la ha perseguido desde aquel día.

Verla así, me destruye.

Es como si estuviese muerta como aquel día que la encontré.

-Dayan.. Estoy aquí para ti. Despierta y vuelve a mi. Te necesito, quiero oír tu voz.

No responde, estoy con la desesperación en la borda. Claro, si funciono esa vez puede que funcione de nuevo. Aunque su latido es más lento y me asusta. La subí sobre mi y la abrace con fuerza, en ningún momento soltó su agarre.

Y empecé a cantarla suavemente:

Déjame un ratito más
Quedarme en tu pecho
Déjame explorar
Que todo sea perfecto.

No temas
Estoy contigo hoy
Estando en silencio nada más,
No dejes que te haga un mal.

Coro (bis)

Me prometiste

No estar a así

Te pido perdón

Porque sé que estás

muriendo

Déjame quedarme otro rato más.

Comenzó a llorar..

Un nudo en mi garganta apareció cuando me dijo:

-¿Por qué yo? - Su voz quebrada, me lo decía todo.

-No sé que paso, pero estoy aquí, ¿Okey?

Fue muy raro lo que hice.

Limpié sus lágrimas mientras su respiración se calmaba. Mi mano se deslizó por su rostro, y, por un momento, me quedé contemplando lo delicada que parecía. Pensar que a ella no le gusta el rosado, y ahora sus mejillas estaban teñidas de aquel color. Agarré su mentón con suavidad, inclinándome hacia ella. Podía sentir el calor que emanaba de su piel y el temblor leve en su cuerpo.

Contrólate me dije. Pero la atracción, la necesidad de consuelo mutuo, era más que fuerte.

Así que la ignoré.

Porque si algo amo de estar con ella, es que en todas sus versiones, me atraen con una fuerza.

La besé suavemente, un roce apenas perceptible, buscando consuelo en ella, y esperando ofrecerle lo mismo. Por un segundo, pensé que se alejaría, que me rechazaría. Pero ella (....)

.
.
.

-¿Qué pasó? - Levanto su mirada y negó con la cabeza - Háblame linda.

-No paso.. nada.

La recosté de nuevo en mi pecho y cerro sus ojos.

-Necesito que me digas.

-Aún no, solo quiero estar así un rato más.

Recosté mi cabeza y entro Alejandro.

-Gracias al cielo, estas bien. - Se acerco a Dayan y ella apretó su agarre, lo cual levante mi mano para detenerlo.

-Dime, ¿Qué le hiciste?

-Nada, solo estábamos.. en cama.

-¿Te atreviste a tocar su cuerpo sin consentimiento?

-Yo.. lo hice, me deje llevar.

-Controla te; yo quiero matarte y no me dejo llevar, ahora veo que eres un estúpido niño, crece idiota. Ella necesita un caballero, no un pendejo que no sabe como calmarse.

Me levante lleno de IRA.

La tome en mis brazos y camine.

-Esta es la casa de ella.

-¿Tiene algún problema si la llevo a la mía?

-Es mi novia.

-Y es mi.. mundo, Alejandro. Tú y yo somos diferentes, soy el único que sabe todo sobre ella, déjala y no la engañes más.




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